Por Lorena Ballesteros
Sostenibilidad. Un término que está en boca de todos. Las empresas, las instituciones públicas y privadas, las familias, trazan objetivos para reducir el impacto ambiental y social. Sin embargo, el camino por recorrer es largo, quizás infinito. La buena fortuna es que hoy, a diferencia del siglo pasado, la sostenibilidad ha dejado de ser una utopía.
Existen cada vez más actores que se suben a este tren. Si bien en Ecuador apenas se van dando pequeños pasos, contamos con personajes firmes que llevan años de dedicación a la conservación ambiental, al desarrollo de políticas inclusivas, a la creación de políticas sustentables.
Ese es el caso de Yolanda Kakabadse, quien comenzó su periplo como directora ejecutiva de Fundación Natura en Quito, cargo que ocupó durante una década. Ha sido también ministra de Ambiente y creadora de Fundación Futuro Latinoamericano. Actualmente preside el directorio de la Fundación Charles Darwin de las Galápagos, también es miembro del directorio del Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, tanto del internacional, como del de Estados Unidos. En definitiva, Yolanda es una autoridad en temas de conservación y sustentabilidad.
¿Hay práctica de procesos de sostenibilidad en el sector de la construcción?
En Ecuador y América Latina es todavía muy incipiente. Tenemos tantos recursos naturales que los usamos de manera irresponsable, no generamos conciencia de que se pueden agotar. Por ejemplo, en el país tenemos una riqueza enorme de luz solar, pero no estamos aprovechándola porque la alternativa, que son los paneles solares, está disponible exclusivamente para quienes pueden pagarlo. También debemos ser más conscientes con materiales como el bambú, estuvimos a punto de que se pierda este recurso en el país.
¿A qué te refieres?
El bambú es un material fabuloso que estuvimos a punto de perder. Lo que sucedió es que no se le dio el valor merecido, no había conocimiento de la empleabilidad del bambú, y sustituimos este material por cemento. En Colombia hay un desarrollo maravilloso de construcción con bambú y en Ecuador tenemos que fomentarlo mucho más.
Yolanda Kakabadse
¿Cuáles son las ventajas de construir con bambú?
En primer lugar que es una especie nativa. Al sembrar una especie nativa generas riqueza, tanto para el suelo como para el sembrador. El bambú es una planta que vive casi 100 años, y si le cortas un tallo, vuelve a crecer. La flexibilidad y durabilidad que tiene el material es fantástica. Una viga construida con bambú es más dura que el hierro. Es urgente recuperar estas plantaciones, porque al momento estamos importando ese material desde China.
Y esa importación incrementa la huella de carbono…
La sustentabilidad es un camino consciente, y ahí está la importancia de consumir productos locales. La distancia entre China y Ecuador es enorme, los medios de transporte utilizan diesel y emiten gases contaminantes. Eso no solo que no es sostenible, sino que es inconcebible que una especie nativa tenga que ser importada. Hoy su mayor uso es en pisos, pero imagínate lo que sería construir con bambú. Paralelamente hay emprendimientos maravillosos que reutlizan plásticos para elaborar materiales de construcción; también se está reutilizando madera para crear insumos que sustituyan a la espuma flex. La economía circular es muy importante.
Mencionaste paneles solares, ¿cómo fomentar su uso?
El Estado debería generar un incentivo tributario para motivar esta transformación de forma masiva. Los arquitectos, ingenieros o constructores que invierten en energía solar deberían tener la posibilidad de pagar por el sistema de panelería solar a 10 años plazo, en lugar de pagar la factura de luz. Hay que incrementar la demanda, porque mientras más consumidores de productos y servicios sostenibles tengamos, más accesibles serán. La tecnología para paneles solares ha mejorado a nivel mundial, y eso ha resultado en una reducción de costos. Es imperativo lograr que en Ecuador se popularice este sistema, por ejemplo aplicándolo en vivienda social.
¿Alguna ciudad que esté dando pasos importantes hacia la sostenibilidad?
En materia de construcción hay muchos temas pendientes. En materia de transporte público, Cuenca ha mejorado muchísimo con el tranvía. Veamos cómo se configurará Quito con el Metro. Además está la importancia de promover diseños arquitectónicos que contemplen viviendas que no necesiten sistemas eléctricos para aire acondicionado o calefacción. Pero además de eso, hay ciertos valores de la sustentabilidad que son transversales a todo el sector social. Por ejemplo la equidad, la justicia, el evitar el trabajo de menores de edad, la inclusión y respeto del trabajo de la mujer, la igualdad.
La sostenibilidad en Ecuador se va encaminando de a poco. ¿Qué ha sucedido en las últimas décadas?
Hace 20 años no se hablaba de sustentabilidad y quienes lo hacíamos éramos personas relacionadas con organizaciones ambientales o algunas agencias de desarrollo. Ahora todo el mundo habla de desarrollo sostenible. Está en la boca de los empresarios. Los gobiernos lo tratan desde distintos ángulos: infraestructura, extracción, manejo responsable de recursos, educación, salud. En este momento hay mayor claridad sobre la importancia de cuidar el planeta y el impacto positivo que esta filosofía tiene sobre la humanidad. Somos conscientes de que la salud del planeta garantiza la salud del ser humano, pues no puede haber una sociedad sana en un mundo enfermo. Por su parte, la pandemia también contribuyó a la visibilización y a la generación de conciencia.
¿Se ha convertido en moda?
La sostenibilidad es un término popular entre las nuevas generaciones, pero no hay claridad en su significado. Incluso se habla de sostenibilidad y de sustentabilidad como términos diferentes, pero son lo mismo. Muchos piensan que la sustentabilidad es una meta, cuando en realidad la sustentabilidad es un camino que te acerca al objetivo, un objetivo que se ve lejano porque hay mucho por hacer. Lastimosamente el desarrollo de la sociedad y la industria actual viene acompañado de un impacto que puede afectar al planeta. Por eso, para cuidar los recursos naturales, en este camino hay que cuestionarse e ir modificando.
Si la sostenibilidad es un camino, ¿qué coloca a una empresa en ese camino?
Existen algunas iniciativas alrededor del mundo que están destinadas a trabajar con el sector productivo y trazar la hoja de ruta para las empresas. En el caso de Ecuador me gustaría mencionar a José Ignacio Morejón, director ejecutivo de Sistema B. Él es alguien que puede establecer parámetros diferenciadores en el sector empresarial. Lo que es cierto es que cada sector o área tiene sus propios indicadores y objetivos. Por ejemplo, no es lo mismo hablar de sustentibilidad en un banco que en una embotelladora.
¿Cómo se direcciona?
Debe ser trazado por las más altas esferas. Directivos, accionistas, gerentes, hasta llegar hasta la persona que cuida la puerta, porque si no se involucra a todos los actores no se consigue una gestión efectiva. Si los estatutos de la empresa no prevén la apertura para insertar ciertos valores y ciertas formas de trabajo, hay que cambiarlos. En el mundo de hoy también es un tema de imagen, si tus productos no son aceptados por el consumidor por su respeto al planeta, simplemente será rechazado y se cerrarán las puertas. Esos son los nuevos hábitos de consumo, y la demanda es la que manda.
¿Cómo deben involucrarse las personas?
Es erróneo pensar que estas prácticas están limitadas al que produce algo. La sustentabilidad está en el individuo; en el niño, el adulto, el joven, los profesionales, la urbanidad, la ruralidad… Todos, de alguna forma, estamos relacionados con los recursos naturales, comenzando por el aire y el agua. Si vivo en la costa tengo una relación con el manglar o con las especies marinas; en la sierra con los bosques y el sector agrícola.
¿Consejos prácticos para andar ese camino?
Soy una gran promotora de evitar el desperdicio de alimentos. Se debe tener conciencia sobre qué se compra y cuánto se compra. Hay que empezar por detalles sencillos, como aprovechar los alimentos. Si el tomate está brillante hago una ensalada, si está muy maduro preparo una sopa. La pérdida y desperdicio de alimento tiene un impacto enorme en el calentamiento global y el cambio climático. Hay otras iniciativas básicas como el cuidado del agua en la ducha, para lavar los platos, la ropa, los vehículos, etc.
El Estado debería generar un incentivo tributario para motivar esta transformación de forma masiva. Los arquitectos, ingenieros o constructores que invierten en energía solar deberían tener la posibilidad de pagar por el sistema de panelería solar a 10 años plazo, en lugar de pagar la factura de luz. Hay que incrementar la demanda, porque mientras más consumidores de productos y servicios sostenibles tengamos, más accesibles serán. La tecnología para paneles solares ha mejorado a nivel mundial, y eso ha resultado en una reducción de costos. Es imperativo lograr que en Ecuador se popularice este sistema, por ejemplo aplicándolo en vivienda social.
¿Alguna ciudad que esté dando pasos importantes hacia la sostenibilidad?
En materia de construcción hay muchos temas pendientes. En materia de transporte público, Cuenca ha mejorado muchísimo con el tranvía. Veamos cómo se configurará Quito con el Metro. Además está la importancia de promover diseños arquitectónicos que contemplen viviendas que no necesiten sistemas eléctricos para aire acondicionado o calefacción. Pero además de eso, hay ciertos valores de la sustentabilidad que son transversales a todo el sector social. Por ejemplo la equidad, la justicia, el evitar el trabajo de menores de edad, la inclusión y respeto del trabajo de la mujer, la igualdad.
La sostenibilidad en Ecuador se va encaminando de a poco. ¿Qué ha sucedido en las últimas décadas?
conciencia de que se pueden agotar. Por ejemplo, en el país tenemos una riqueza enorme de luz solar, pero no estamos aprovechándola porque la alternativa, que son los paneles solares, está disponible exclusivamente para quienes pueden pagarlo. También debemos ser más conscientes con materiales como el bambú, estuvimos a punto de que se pierda este recurso en el país.
¿A qué te refieres?
El bambú es un material fabuloso que estuvimos a punto de perder. Lo que sucedió es que no se le dio el valor merecido, no había conocimiento de la empleabilidad del bambú, y sustituimos este material por cemento. En Colombia hay un desarrollo maravilloso de construcción con bambú y en Ecuador tenemos que fomentarlo mucho más.
¿Cuáles son las ventajas de construir con bambú?
En primer lugar que es una especie nativa. Al sembrar una especie nativa generas riqueza, tanto para el suelo como para el sembrador. El bambú es una planta que vive casi 100 años, y si le cortas un tallo, vuelve a crecer. La flexibilidad y durabilidad que tiene el material es fantástica. Una viga construida con bambú es más dura que el hierro. Es urgente recuperar estas plantaciones, porque al momento estamos importando ese material desde China.
Y eso incrementa la huella de carbono…
La sustentabilidad es un camino consciente, y ahí está la importancia de consumir productos locales. La distancia entre China y Ecuador es enorme, los medios de transporte utilizan diesel y emiten gases contaminantes. Eso no solo que no es sostenible, sino que es inconcebible que una especie nativa tenga que ser importada. Hoy su mayor uso es en pisos, pero imagínate lo que sería construir con bambú. Paralelamente hay