Violeta León Moscoso es una emprendedora en el estricto rigor de la palabra. Con solo 35 años ha consolidado Violeondesign, dedicada a la arquitectura, diseño de interiores y diseño de mobiliario. Para emprender hay que sacudirse los miedos, algo que Violeta hace desde que estudiaba diseño interior en la universidad.
Violeta León
Inició su formación académica en la UEES en Guayaquil. Sin embargo, sintió que había un cable suelto, algo que no encajaba. La clase de una materia importante la desmotivó y buscó respuestas en el extranjero. A ella le gustan los retos, esos desafíos que impresionan, y decidió encontrarlos. Sin temor, el siguiente paso fue transferirse al Instituto Europeo de Diseño en Madrid.
Recuerda que antes de viajar había elaborado un mueble para una clase de diseño de mobiliario. Quedó tan bonito que su mamá le pidió que se lo regalara para ponerlo en el dormitorio de su hermana. Ese primer mueble fue el enganche para que terminara diseñando la habitación completa. Una prima vió el resultado final y le pidió que también hiciera el suyo. Estos primeros trabajos los realizó a distancia, pues ya se había instalado en la capital española, sin embargo, con su maestro carpintero de confianza, consiguió los resultados esperados. Ahora tiene su taller de carpintería propio, donde supervisa cada detalle de la fabricación de sus productos. Así, sin que ella lo supiera, mientras estudiaba en Madrid, su futuro empezaba a delinearse en Guayaquil.
De esos años recuerda con orgullo el proyecto que realizó para Eastpak. El IED convocó a un concurso para que sus alumnos elaboraran propuestas para una exposición de esta marca de mochilas. Violeta y una de sus compañeras metieron las mochilas en unas bolas de acrílico, como si fueran burbujas, para apreciarlas suspendidas en el aire. Fue todo un éxito.
En 2013, con el título en mano y el horizonte más claro, regresó a Guayaquil. Trabajó como dibujante durante un año en Decoratta. Le gustaba lo que hacía, pero creció el número de clientes que demandaban sus servicios de diseño y elaboración de muebles. Reconoció que estaba lista para ser independiente y dedicarse completamente a su emprendimiento.
En la clase de portafolio en el IED había trabajado en su marca personal. En 2014 Violeondesign estaba listo para arrancar. Los diseños los elaboraba desde casa. Fue en 2017 que alquiló su primera oficina en Urdesa. Tal como ella recuerda “era un espacio reducido” pero le permitía independencia. También recuerda la manera en que cargaba en automóvil todos los materiales necesarios o los muebles ya terminados, porque un emprendedor es un todólogo que conoce todas las facetas de su negocio. Violeta tiene experiencia dibujando, planificando, elaborando planos técnicos y arquitectónicos, sabe de dirección de construcción, de elaboración de muebles, de costear propuestas económicas y por supuesto, de hacer entregas a sus clientes. Su calidez humana es otra de sus fortalezas. Dice lo que piensa, pero siempre con respeto y desde el profesionalismo. Los clientes se sienten absolutamente respaldados por la seguridad que emite.
Entre 2017 y 2020 se consolidó en el mercado guayaquileño. Con la llegada de la pandemia tuvo que cerrar la oficina y el pequeño taller que había alquilado, pero no paró de trabajar a pesar de que en esa época también dió a luz a su primer hijo. Violeta tiene mucha experiencia en remodelación de espacios residenciales, pero también, por factores del destino ha impregnado su huella en varios e importantes proyectos comerciales.
En 2016 arrancó con el diseño y construcción de Nice Lab, la primera heladería de nitrógeno que se instaló en el Puerto Principal. Aquella fue su carta de presentación para que se le abrieran las puertas de otras marcas interesantes como Quicksilver, Claires y Smile Box. Fue el boca a boca, más que las redes sociales, el responsable de su éxito. La recomendación de sus clientes ha sido fundamental, algo que la llena de gratitud hacia ellos.
La cereza del pastel la ponen Victoria Secret y Bath & Body Works. El cliente que la contrató para implementar el diseño de Quicksilver la puso en contacto con estas franquicias. Primero le pidieron unos planos técnicos: demanda eléctrica, sanitarios, aire acondicionado… Fue después que le pidieron que implementara el diseño interior según los planos arquitectónicos que le entregaba la franquicia.
El proyecto es enorme, pues ambas marcas se rigen bajo sus propios estándares y todo se aprueba en Estados Unidos. Pero Violeta no teme a los retos. Con su segundo hijo de apenas dos meses y el apoyo de su esposo se lanzó al agua. Han pasado casi dos años y sigue a cargo de la implementación del diseño de los locales que siguen abriéndose en Quito y Guayaquil. En los locales más nuevos también ha elaborado los muebles, que en un inicio venían importados de países asiáticos.
Proyectos residenciales, otra fórmula mágica
Si bien se ha ganado una reputación importante en el ámbito comercial, no deja de lado los proyectos residenciales. Es otro tipo de magia. Ha hecho varias remodelaciones de casas y departamentos. Le gusta diseñar espacios luminosos, acogedores, impregnados en tonalidades naturales: madera casi sin tratar o en colores beige o neutros. No es de colores oscuros o negros, prioriza el uso de las piedras como granito, mármol o cuarcita; combina madera con rafia; usa textiles sutiles para crear espacios limpios, con detalles decorativos que generen identidad. Las habitaciones de bebé son otra especialidad. Al ser madre de dos, conoce perfectamente las dinámicas familiares, las necesidades de los recién nacidos y la paleta de colores indispensable para hacerlos únicos.