Fotografías cortesía de Tunas y Cabras
Sugestivo nombre que nos transporta a bíblicas y lejanas tierras, donde profetas y exploradores escribieron las más relevantes páginas de la historia antigua.
En la provincia de Imbabura al norte de Ecuador, la antigua vía Ibarra Chota es el sendero que nos lleva en un viaje a tiempos remotos. Ascendiendo por las áridas lomas nos adentramos en el corazón de la provincia de los Lagos, donde reina un mágico clima y la zona está dominada por árboles singulares que le dan un toque casi místico al paisaje. Es un entorno rodeado de 7.000 hectáreas desérticas, donde solo encontramos viejos arrieros de la comunidad indígena de Pimán, que bajo los pencos se resguardan del agreste sol ecuatorial, mientras sus rebaños de cabras pastorean.
En medio de este recóndito pedazo de suelo ecuatoriano, matizado por su suelo árido y la abundancia de pencos, tunas y cactus, se encuentra nuestro oasis a 1.500 m.s.n.m. El clima envidiable y los paisajes lunares son la tónica de este hermoso sitio. Tunas y Cabras se ubica en medio de aquella geografía accidentada como un pequeño punto verde entre la magnitud terrosa que decora el panorama.
Aquí, todas las buenas prácticas que comulgan con el medio ambiente han sido implementadas y sobrepasadas, puesto que a más de contar con uno de los mejores sistemas de reciclaje de agua de toda la industria turística nacional, también cuentan con cultivos hidropónicos para alimentar a los animales de la hacienda.
Este hotel, es concebido con la idea de vivir la paz y la alegría que una hacienda familiar brinda, donde el trinar de los pájaros es la música que ronda todas la áreas del hotel y conjugan con la elegancia y diseño del mismo.
La propuesta gastronómica incluye productos locales y recetas tradicionales elaboradas con amor y dedicación, con perfecta sazón, garantizando un reparador descanso para toda la familia. Las habitaciones incluyen suites de alta gama, habitaciones simples, dobles, matrimoniales y especiales para familias numerosas. Todas están orientadas al Este, con magníficas vistas panorámicas hacia el valle, donde se pueden admirar espectaculares amaneceres acompañados por los maravillosos sonidos de la naturaleza.