Por Mathieu de Genot de Nieukerken
La Galería de Arte Moderno en Florencia, en el Palacio Pitti, cuenta con más de dos mil obras de los siglos XVIII al XX. Leyeron bien: En la misma oración se encuentra la palabra “moderno” y “siglo XVIII”. Después, alrededor de los años 1900, se bautizó como moderno al floreado y asimétrico “Art Nouveau”. Aun más moderno fue su sucesor, el geométrico “Art Deco” en los años 1920. ¿Y qué decir del funcional e impoluto Bauhaus de Mies van der Rohe que está próximo a cumplir cien años?
Si lo “moderno” ya no es moderno ¿Cuál es la tendencia hoy en día?
La respuesta no es estilo contemporáneo, pues a lo único a lo que hace referencia esta palabra es al estilo vigente hoy en día. El renacimiento fue el estilo contemporáneo en el siglo XV, así como lo fueron el estilo Victoriano en la Inglaterra del siglo XIX o el estilo fifties en los Estados Unidos de post-guerra.
El estilo de la década 2020 será bautizado en el futuro cuando periodistas y escritores analicen las tendencias de esta década que, cruelmente, arrancó con una pandemia que nos encerró a todos en casa. Y es que definitivamente existe un antes y un después del Covid. Posiblemente es aun muy pronto para darnos cuenta de esta evolución, pero por ahora lo podemos llamar estilo post-pandémico.
A inicios del 2020 seguíamos exacerbados por una globalización casi frenética. Con el uso y abuso de imágenes que nos bombardeaban plataformas como Pinterest e Instagram en tiempo real, se compartían tendencias y modas desde las cuatro esquinas del planeta. De pronto todo se detuvo, y de manera casi universal nos encerramos en casa. Nuestros hogares se transformaron en habitación, oficina, colegio, sala de deportes, cine y restaurante; y queramos o no, nos ha obligado de redescubrir estos espacios y la forma que tenemos de concebirlos, habitarlos y decorarlos.
¿Cuál es entonces esta tendencia post pandémica en arquitectura y diseño de interiores? ¿Qué sorpresas nos trae este 2023? Una muy clara: se trata de hacer de nuestras casas verdaderos hogares llenos de naturaleza, color y texturas que reflejen nuestro estado de ánimo y personalidad. Crear espacios no genéricos que nos den la pauta para permitirnos brillar con luz propia resaltando una identidad única, sofisticada y sobre todo plural.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS ATERRIZADO
La pandemia nos ha vuelto a acercar a nuestra actividad más básica: el respiro; por eso está muy en boga recrear el look de casa de campo en la ciudad. Un estilo respetuoso de la naturaleza, suave y acogedor. Esto se destila de varias maneras: el minimalismo blanco, puro y austero se ha ido calentando con tonos neutros, los cuales en este 2023 se acercan cada vez mas de los colores tierra: beige, greige, canela, cobre, terracota y coral. En todos sus matices. Desde los más pasteles hasta los más oscuros que siguen en fuerte tendencia este año. No será sorpresa encontrar interiores en tonos café, carbón o vino tinto.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS ATREVIDO
Si bien la moda de los colores neutros continúa, la real tendencia es el retorno paulatino de los colores vivos a nuestras paletas. Cada vez más atrevidos, más originales y singulares. Y como todo se va equilibrando, el complemento natural al color terracota es el azul, que llega más vibrante que nunca en forma del muy intenso azul Klein presente con fuerza en pasarelas, mobiliarios y desde luego en interiores.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS ENVOLVENTE
Otra fuerte tendencia es la utilización de textiles tanto en cortinas de tela que hacen una fuerte reaparición, como en mobiliario o incluso paredes. Fibras naturales, esterilla, alfombras de lana y sobretodo el terciopelo inundan nuestros espacios dándoles un carácter cómodo, suave, que mejora la acústica de los espacios creando atmósferas envolventes. Se mantiene una clara tendencia al uso de líneas curvas, redondeadas, fluidas, tanto en mobiliario como en arquitectura, donde los arcos y las bóvedas seguirán dejando huella en este 2023.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS NATURAL
Más que nunca, las nuevas generaciones de diseñadores le están devolviendo la importancia merecida a lo local, lo ecológico, lo reciclable. La madera está presente en matices desaturados y con acabados mate; la piedra natural sobretodo de tipo caliza y los travertinos reaparecen con todas sus irregularidades e imperfecciones. El terrazo sigue muy en boga incorporando en sus mezclas texturas de piedras personalizando así los suelos de nuestras casas que vienen cada vez más trabajados. Nos distanciamos del falso, el sintético y el plástico para darle paso a una naturaleza cada vez más exuberante al interior de nuestros hogares. Y no solo hablamos de plantas y vegetación sino en general de estampados floreados, de frescos y papeles tapiz con escenas bucólicas, paisajes. Todo lo natural vuelve a estar en el epicentro de la arquitectura de interior este año.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS ARTESANAL
Después de años de fusionar todo, parece que estamos regresando a la búsqueda de resaltar la identidad nacional, local, y con ella nuestra personalidad singular frente a un mundo virtual estandarizado y globalizado. Regresan con fuerza los materiales locales, los objetos hechos a mano, la apreciación por todo lo artesanal y sobretodo la búsqueda de lo auténtico. Algo que nos distinga en una década donde el lujo ya no es ostentoso, no brilla. El nuevo lujo promueve lo hecho a mano y aprecia, ante todo, el tiempo con el que se lo hace, y claro, el espacio y la amplitud donde se lo ubica.
EL ESTILO POST-PANDÉMICO MÁS SUPERLATIVO
Una de las mayores tendencias en arquitectura es el juego de escala, sobretodo con la utilización de puertas hechas a la medida, altas, sin umbrales, corredizas, ocultas dentro de paredes o acristaladas para dar sensación de amplitud a espacios que, sin embargo, se puedan seguir compartimentando en caso de necesitarse. Se buscan espacios generosos, pero después de haber vivido y trabajado en casa, muchas veces con niños en clases virtuales, es necesario poder también diferenciar espacios para cada uso. Finalmente, regresa con fuerza el uso de ornamentos y objetos de decoración con una tendencia que apunta cada vez más a un maximalismo lleno de detalles, donde la celebre frase “less is more” (menos es más) se ve remplazada por “less is a bore” (menos es aburrido).
EL ESTILO POST-PANDÉMICO: UN CLÁSICO RENOVADO
Mucha gente tiene un gusto ecléctico al elegir un libro o una prenda de vestir. De igual manera está muy en boga decorar un espacio utilizando mezclas inesperadas de objetos, colores y texturas que creen un conjunto con mucha personalidad. Sin embargo, para que el resultado sea coherente y no una simple acumulación o desorden de ideas, se debe tener ojo para la escala y la jerarquía de las diferentes piezas. La meta es lograr que la combinación de objetos sirva para realzarlos mutuamente. Este es el tipo de decoración que no solo da profundidad y personalidad a un espacio, sino que además permite facilitarse la vida, dejando de lado viejos conceptos de que las cosas deben combinar a toda costa. Lo esencial es que ninguna pieza se coma a su vecina; cada mueble debe encontrar su puesto, y la mezcla debe realzar el conjunto sin crear ruido visual. Vemos con fuerza un retorno al estilo clásico renovado con acabados de calidad, texturas naturales, ritmo, simetría y muchos detalles únicos que resalten la personalidad y el punto de vista de quien lo habita.