Guadalupe Durán
QUITO
Por: Irene Ycaza Arteta
Diciembre 2013, Enero 2014
Guadalupe Durán es Gerente General de Microsoft Ecuador, empresa en la que ha trabajado durante 11 años, hasta convertirse en la primera mujer en ocupar tan alto cargo en Ecuador. Su vínculo inicial se dio en Estados Unidos, pero con el nacimiento de sus mellizos, ella y su esposo tomaron la decisión de regresar al país.
A su retorno inicialmente vivió en Cumbayá, pero el tiempo desperdiciado en los traslados hacia la ciudad, y la afectación que esto tenía en su vida familiar, hizo que los Ponce Durán repensaran la ubicación de su residencia. La decisión fue regresar a Quito, al sector del Quito Tenis, zona que cuenta con características especiales de vida urbana fijadas a través de una ordenanza municipal. Entre otros aspectos, prohíbe la presencia de centros de diversión nocturna y comercios, a la par que regula la velocidad vehicular y conserva espacios verdes de importante extensión.
La casa de Guadalupe Durán está formada por una combinación de estilos que reflejan la vida familiar. Es limpia, amplia, ordenada y con muchos detalles. A pesar de sus responsabilidades laborales, no contrató a un decorador o interiorista para diseñar los espacios, sino que personalmente se encargó de cada detalle, mueble, material y textura. Es una aficionada a la decoración que encontró las piezas principales idóneas para cada espacio, y trabajó el resto de elementos alrededor de ellas.
En tonalidades claras con acentos de color, muchos libros en cada habitación, y abundante luz que inunda los ambientes, su casa se ha convertido en un espacio que disfrutan en familia. Además, goza de una ubicación privilegiada con todos los servicios alrededor, y está equidistante de los principales puntos importantes de la ciudad.
¿Qué te motivó a regresar a Ecuador?
Mi esposo y yo estuvimos viviendo en Estados Unidos por más de seis años. Los dos trabajábamos con América Latina y el nacimiento de nuestros mellizos nos hizo repensar donde debíamos estar. En ese país, si no tienes familia o ayuda en la casa, las cosas se complican y la necesidad de regresar es más fuerte. Lógicamente escogimos Ecuador, porque queríamos que nuestros hijos crezcan en familia, rodeados de abuelos, primos y tíos, fortaleciendo los principios y valores con los que mi esposo y yo fuimos educados.
Una decisión difícil de tomar…
Mis amigos y compañeros en Estados Unidos no entendían las razones por las cuales nos regresamos; mis jefes no captaban porqué prefería volver a Ecuador, un país pequeño si lo comparas con otros como Brasil, México e inclusive Colombia. En Ecuador nos creyeron locos, sin embargo, cuando veo a mis hijos creciendo con la familia, fortaleciendo sus raíces y su forma de evaluar lo correcto de lo incorrecto, miro en retrospectiva y estoy feliz con mi decisión.
¿Hay algo que extrañas de vivir en Estados Unidos?
Una de las cosas que más extraño es la tranquilidad del día a día por tres razones: la seguridad; la política que no es un tema de conversación diaria entre la gente; y el respeto que se tienen entre todos. Allá sí puedes afirmar que tu libertad termina donde inicia la del otro, la gente es respetuosa hacia los demás, y eso me gusta. No son tan divertidos como los latinos, pero son considerados con el entorno en general.
¿Qué responsabilidades tienes en Microsoft?
La organización ha establecido que la estrategia correcta es manejar las operaciones independientemente en cada país, eliminando el concepto de administraciones regionales. El enfoque es 100% local, con gente local que está absolutamente comprometida con el desarrollo y superación de su país, y soy quien lidera este maravilloso equipo humano. El mayor reto que he tenido en Ecuador es provocar un cambio a nivel cultural en relación al software que comercializamos.
¿A qué te refieres?
Como empresaria estoy embebida en el mundo de la tecnología, y eso implica explicar y transmitir el valor de la innovación, y por ende, la necesidad de respetar y valorar la propiedad intelectual. Si esto no sucede, viviendo en una era digital como la actual, difícilmente lograremos ser una economía competitiva en el mercado internacional.
¿Cómo se proyecta Microsoft en esta era digital?
Microsoft está totalmente comprometida con el potencial del país y su gente. Somos una empresa que cree en la investigación y desarrollo, en la innovación, en entregar tecnología de manera escalable. Queremos seguir contribuyendo y esperamos convertir la vida de los ecuatorianos en más móvil, digital, fácil, interesante, colaborativa, divertida y productiva. Eso es lo lindo de esta industria, no se detiene, va a mil y está llena de innovación.
¿Cómo ha sido tu experiencia laboral?
Tengo un poco más de 20 años en el mundo laboral, he trabajado en emprendimientos propios y para varias empresas a nivel local y regional. Estoy feliz de que mis últimos 11 años de carrera profesional hayan sido en una empresa más comprometida hacia las sociedades. Esta es una de las pocas a nivel mundial que se toma muy en serio el contribuir y potencializar los ecosistemas locales de cada país.
¿Cómo lo hacen?
En el caso de Ecuador, por cada dólar que se invierte en tecnología Microsoft se generan entre $8 y $12 para el ecosistema local y se fortalecen más de 800 empresas dedicadas a la industria de la tecnología. El nivel de impacto que se proyecta es muy grande y eso hace que cada persona que trabaja aquí se sienta motivada al saber que su esfuerzo irradia consecuencias positivas hacia la sociedad. El liderazgo y capacidad de ejecución que tenemos para contribuir a través de la tecnología, es lo que genera el enorme compromiso de quienes hacemos Microsoft Ecuador. Comparto plenamente los valores y principios de la empresa con los míos personales, y disfruto enormemente al sentir que lo que hacemos potencializa vidas, empresas y sociedades.
¿Siempre fuiste una persona aficionada a la tecnología?
Lo que me gusta de la tecnología es que está siempre cambiando y mejorando. Para sobrevivirla tienes que innovar de manera constante, lo que más me apasiona es que la tecnología es una de esas pocas herramientas que nivela sociedades, individuos, economías, y más. La tecnología no diferencia, te permite potencializarte sin importar quién eres, de dónde vienes, y en qué lugar del mundo estás. En el fondo, realmente soy decoradora y hacker frustrada.
¿Decoradora y hacker?
Sí. Siempre he sido una decoradora de interiores frustrada. Estudié administración y me encantan los negocios, pero me fascina el mundo de la decoración. En cuanto a lo de hacker, es importante establecer que el hacker se basa en parámetros éticos; el cracker no, eso es totalmente otro tema. Digo que quisiera ser hacker porque la tecnología me daría la posibilidad de resolver infinidad de temas, porque es una herramienta maravillosa, para que nada me detenga. Soy muy creativa y la capacidad de integrar la función de hacker con la de geek me permitiría hacer más de lo que hago, pero no sé codificar.
¿Lo más importante en tecnología es saber codificar?
Es fácil ser bueno para usar tecnología, pero es extremadamente relevante entenderla y saber cómo se crea. Por esa razón es que mi consejo a los universitarios, que lo estoy inculcando en mis hijos, es la necesidad de aprender código, para que entiendan cómo funciona la tecnología. La nueva publicidad es virtual, el mundo de los negocios incluye medios sociales y virtuales, las herramientas comerciales y de mercadeo son tecnológicas. La juventud de hoy vivirá entornos móviles 100% conectados, por lo que si no entienden como se crea, analiza y maneja el mundo virtual, no serán competitivos en el mercado.
Volvamos a tu entorno familiar. ¿Cuéntame sobre la decoración en tu casa?
Todo es producto de mi profesión frustrada, que es mi hobby y es lo que me relaja y encanta hacer. Me gustan los colores neutros en los elementos grandes y en las paredes, porque te permiten renovar la decoración constantemente con detalles que producen cambios impactantes y que los puedes hacer cuando te aburres del entorno. Los neutros te dan la base, y sobre ellos trabajas estilos versátiles de decoración para renovar espacios de manera rápida y económica.
¿Eres partidaria de alguna tendencia?
Lo importante es que el espacio sea acogedor. No me gustan las casas grandes que pierden vida porque sobra espacio; me gusta que la decoración perdure en el tiempo y que soporte variaciones poco complicadas sobre los muebles existentes, sin importar cuánto tiempo los tengas. Me encanta la luz natural y el sol de las tardes. Es por eso que lo que más me emocionó fue construir la pérgola en el jardín, donde estamos cómodos en familia y hasta el perro es feliz porque es el único lugar donde puede entrar.
¿Es el lugar más frecuentado de la casa?
La sala de estar, la pérgola, además de la cocina, son los espacios que más utilizamos. Es en donde estamos siempre juntos y relajados, no hay problema si estos espacios terminan patas arriba pues son cómodos y se prestan para descansar, jugar y comer en familia.
¿Qué te hizo regresar de Cumbayá a vivir en Quito?
La única razón por la que subí de Cumbayá a Quito es porque mi marido y yo trabajamos y no pasábamos suficiente tiempo con los chicos. Ahora tengo la oportunidad de venir a mi casa a almorzar con ellos, llegar temprano y cenar juntos, tener más tiempo en familia porque el trayecto me toma diez minutos. Nos congelamos, eso sí, pero el tiempo que pasamos en familia vale mucho más que los dos grados de diferencia en calor con el valle.
Con tantas ocupaciones profesionales, ¿no pensaste en contratar un decorador?
Creo que el decorador imprime una huella demasiado fuerte en sus obras. Me gustan los estilos personales, lógicamente con buen gusto, y de todas formas soy más afín a los diseñadores de moda que entran al mundo de la decoración de interiores, como es el caso de Ralph Lauren o la misma Silvia Tcherassi. Me apasiona el ámbito de la moda y el diseño, y en temas de decoración de interiores me inclino más por las casas de arquitectos que de decoradores.
Una ocasión escuché que te definen como una emprendedora aguerrida. ¿Cómo definirías tu personalidad?
No había escuchado esa definición, y creo que en el aspecto profesional y personal es bastante precisa. En el trabajo soy muy creativa, social, competitiva y me gusta ejecutar. Me encanta hacer que las cosas sucedan y que cuando lo hagan, tengan buenos resultados. Intento balancear mi vida personal y profesional equilibradamente, pues mi familia es prioritaria para mí. Microsoft es el complemento perfecto, pues es una empresa que impulsa la delegación de responsabilidades y permite mantener la flexibilidad necesaria para que ejecutes tu trabajo de manera responsable, encontrando ese balance que las personas requieren en el día a día.