Lo nuevo en diseño
Por Lorena Ballesteros
La democratización del diseño es una realidad. Cada vez es más común encontrar sillas, sofás, juegos de dormitorio, de sala y comedor que se articulan bajo una tendencia estética global. Además, plataformas como Pinterest o Instagram nos acercan a “lo que está de moda” en el mercado nacional e internacional, abriendo puertas a todo tipo de influencias.
Si bien el diseño es más accesible, también es cierto que en el país existen pocos referentes que conjugan estética, funcionalidad, precio, calidad y actualidad. Como primicia para el inicio de un nuevo año quisimos conocer las novedades que llaman la atención en el consumidor de hoy, e indudablemente Loft Noa es una de ellas. Es la marca más joven en el mercado ecuatoriano, hace un año y cinco meses que abrió sus puertas como parte de la ya reconocida empresa Studio Noa, y lo hizo de la mano de Sara Chiriboga, hija de Ángela Hoyos, propietaria de la marca.
Sara estudió Administración de Empresas en Emory University, Estados Unidos, y aunque no siguió los pasos de su madre con respecto al diseño, desde hace algo más de cuatro años contribuye en otra área del negocio familiar. Sara piensa en números, Sara es una hoja de Excel. Sara es práctica, esquemática y directa. Se encarga de inventarios, innovación, uso de herramientas digitales, planificación de entregas para ser más eficientes con los clientes brindando soluciones prácticas a sus requerimientos.
Loft Noa representa un aire nuevo, flexible, transformable, adaptable a distintos espacios y presupuestos. Las propuestas incluyen asesoría al cliente considerando las particularidades del comprador de esta era. ¿En qué consiste? ¿Qué ofrece? ¿Entra nuestro perfil entre los clientes que tiene en la mira? Para averiguarlo conversamos con Sara, el eslabón que ata las virtudes de Loft Noa y conjuga magistralmente la experiencia de su madre con la innovación que la caracteriza, para atender al mercado millenial que poco o nada tiene que ver con las generaciones anteriores. A este segmento le interesa lo que está de moda ahora para no quedarse atrás.
¿En qué se diferencia Loft Noa de Studio Noa?
Loft Noa es un proyecto consolidado desde hace algo más de un año. Respondemos a las nuevas necesidades de espacios que hay en el mercado, en vista de que los departamentos son cada vez más pequeños, pero usamos los mismos materiales que Studio Noa y el mismo control de calidad, con menos personalización, lo cual determina que el costo sea más económico. Tenemos clientes triple A en zonas estratégicas de la ciudad que se mudan a lugares de 86m2 con tres dormitorios, y si los espacios se encogen lo mismo debe suceder con el mobiliario, pero considerando todas sus funcionalidades.
¿Funcionalidades en qué sentido?
Que solventen necesidades. Por ejemplo, en una sala ya no es importante únicamente tener un sofá, sino tener un sofá cama, porque los departamentos no contemplan habitación para huéspedes. Obviamente el sofá cama no puede ser enorme como los del siglo pasado, debe ser estético, debe ser fácil de abrir y cerrar, pensado para una mujer que vive sola lo pueda hacer en cuestión de minutos, y lo más importante, debe ser de tan alta calidad que pueda abrirse mil veces sin poner en riesgo su durabilidad. En Loft Noa los tenemos en varios tamaños para que puedan estar en cualquier espacio del hogar.
¿Cómo ha redefinido el diseño esta tendencia de reducción de espacios?
Los muebles ahora son más pequeños. Una mesa de comedor estándar era de 2.40m por 1.10m pensada para ocho personas, y tal vez hasta diez. Esa mesa ya no cabe en un espacio actual. Todos los comedores en Loft Noa son para seis personas. Las camas tienen dimensiones estándar, pero la tendencia es comprar camas Queen, en lugar de tamaño King que hace una década estaban en auge.
¿Qué es lo que más le interesa al cliente de Loft Noa?
Alto diseño a muy buen precio. Y no es que aquí los muebles sean sumamente baratos, pero es la mejor relación costo-beneficio del mercado, son accesibles para el tipo de mueble que compras. Esa es nuestra propuesta de valor. Además nos mantenemos a la vanguardia con las últimas tendencias, por ejemplo los terciopelos para este año; poltronas, sofás y sillas en colores como el verde musgo, mostaza y azul.
¿Se mantiene lo vintage?
Hay una onda sesentera para la decoración interior. Hay las típicas piezas que están en todas las tiendas, pero nosotros manejamos exclusividad y calidad. Esa garantía nos da el amplio abanico de proveedores con los que trabajamos en Asia (Japón, Vietnam y China), y en Europa (España, Bélgica, Italia). Mi mamá lleva 25 años viajando a ferias en el mundo, ha trabajado con cientos de proveedores, y con los que hoy mantenemos relación comercial son los que han probado ser los socios estratégicos idóneos.
Si hablamos de presupuestos, ¿cuál es la cifra?
Puedes amoblar sala, comedor y dormitorio, con accesorios como cuadros y alfombras, por alrededor de $7.900. Hay que considerar que el mercado millenial privilegia la filosofía de que nada es para toda la vida, y prefieren cambiar la decoración cada cuatro o cinco años que invertir $20.000 o más en amoblar su hogar, y vivir quince o veinte años en los mismos ambientes.
¿Cuál es tu rol principal en la empresa?
Mi mamá es la cabeza en cuanto a diseño. Tenemos un equipo muy creativo y eficiente, yo complemento esa creatividad con mi experiencia en Marketing Analytics y en el manejo correcto de los inventarios. Llevo estadísticas de cuánto rotó cada mueble, cada tela y todos los elementos que vendemos. Esta industria tiene un soporte tecnológico que también resulta en mayor satisfacción del cliente.
¿En qué sentido?
Contamos con procesos y logística de primer nivel. El cliente puede monitorear cómo se encuentra su pedido, en cuánto tiempo le entregan, en qué estado le entregaron sus muebles, quién y a qué hora lo recibió, etc. También manejamos un sistema de proformas automático en la página web, que tiene un link directo desde nuestras redes sociales, para que cada uno pueda elaborar su propio presupuesto desde la comodidad de su hogar. Así les brindamos la facilidad de combinar elementos, añadir alfombras y otros accesorios, mirar si están disponibles para entrega inmediata, y más.
¿Labores distintas que resultan en cumplimiento de objetivos?
En una empresa como la nuestra, el éxito se logra en base a la correcta conjunción entre los talentos creativos y los administrativos. Las dos aristas tienen la misma importancia porque, por un lado, debes ofrecer a los clientes las alternativas que buscan en cuanto a estética y funcionalidad para sus espacios personales, pero también debes hacer el seguimiento correcto de cada pedido, entender la aceptación en el mercado ante el inventario que propones, y analizar esos resultados para dirigir las líneas locales de producción y las importaciones. La satisfacción del cliente depende de que todos estos procesos sean pulcramente ejecutados.
¿También te involucras en los procesos de compra?
Absolutamente. Viajamos como equipo a las ferias internacionales porque las decisiones dependen de muchos factores. No compramos solo por estética, ni solo por precio, ni solo por funcionalidad, compramos cuando las piezas reúnen varios requisitos pensados en un comprador como el nuestro. Rosa Cristina Laureiro es nuestra arquitecta y stylist, mi mamá es diseñadora de muebles, y yo completo el equipo. Entre las tres miramos tendencias, estilos, hacemos números, planificamos y tomamos decisiones.
¿Cuál es el riesgo en la democratización del diseño?
Desde mi experiencia viajando a ferias en ciudades como Shanghái, donde encuentras sillas de comedor que van desde $4 hasta $80, el riesgo es que quizá a simple vista son iguales porque el diseño es exacto, pero hay una distancia abismal entre la calidad de la una versus la otra. No saber discriminar esa diferencia de calidad, que al final del día refleja la durabilidad del producto que compras, es un error dramático.
¿Y qué es positivo en esta democratización?
Qué hay más acceso para todos y eso permite que, en el sentido de tendencias en decoración, todos evolucionemos y nos abramos al mundo. Son facilidades no solamente para que los compradores alimenten su creatividad y depuren sus gustos, sino incluso para las personas que estamos vinculadas en esta actividad que ahora disponemos de catálogos digitales con información completa, muchos en 3D que permiten mirar cada pieza desde todos los ángulos posibles. Además, hay plataformas como Pinterest que ayudan a los clientes a tener más noción sobre lo que está de moda y facilitan la decisión de lo que quieren para sus hogares. El mayor acceso a información contribuye a una mayor retroalimentación de la información, que siempre es positivo.
¿Cómo ves el mercado en 2019?
Será un año complejo. Hay un poco de incertidumbre por la economía del país, sin embargo, hay mucha oferta inmobiliaria y eso nos da la certeza de que habrá movimiento. Tenemos mercadería nueva que llegó a finales de diciembre y ha comenzado a moverse mucho. El año arranca bien.