La mejor aventura
ORELLANA
Agosto-Septiembre 2013
El viaje a Sacha Lodge empieza en Quito. Desde ahí, un avión que toma 25 minutos de sobrevuelo por sobre la Cordillera de Los Andes donde se pueden ver algunas de sus cimas cubiertas de nieve, finalmente desciende 2.600m para aterrizar en la región amazónica. El Puerto de destino es Francisco de Orellana, localmente conocido como El Coca, donde el turista es recibido por guías bilingües y guiado a un embarcadero privado.
La aventura continúa abordando una canoa motorizada y cubierta, durante un trayecto de dos horas por los 80 kilómetros de distancia río abajo por las aguas del Napo, el río más largo de la Amazonía ecuatoriana. Durante este viaje es muy frecuente el avistamiento de aves exóticas que aparecen entre las chozas nativas desperdigadas en la selva. La distancia que se interpone entre este paraje y la civilización se hace evidente.
Al llegar a las 1.500 hectáreas de la reserva privada de Sacha Lodge, los visitantes caminarán por un puente colgante de 275m de largo a 36m de altura, sobre una densa selva donde varias especies de monos juegan alegremente. Este trayecto desemboca en el Lago Pilchicocha, un paraíso de aguas oscuras donde lo menos que se anticipa es encontrar signos de vida humana, pero pequeñas canoas esperan a los turistas para adentrarlos aún más en la selva.
El canto de pájaros tropicales envuelve a los turistas mientras cruzan el lago hacia el destino final donde se vivirá una emocionante aventura selvática. Un denso techo de paja se expone poco a poco, cubre el restaurante y el espacio destinado a sala de lectura. En el piso superior se encuentra el bar y otros ambientes para relajación de los visitantes.
El personal de atención al cliente se ocupa del equipaje hasta la cabaña asignada. Al entrar en ella vemos un habitación completamente protegida de los mosquitos. Correr las cortinas de las ventanas permite el placer de revivir experiencias de la infancia en una casa en el árbol. La naturaleza que rodea cada cabaña provee un ambiente único, e invita a relajarse en la hamaca ubicada en el balcón para respirar ese aire puro, virgen, que quisiéramos traer de regreso a la ciudad.
Cómodas cabañas, excelente servicio, cocina nacional e internacional, y un relajado ambiente para compartir con amigos y extraños.
La convocatoria a las comidas se realiza a través del sonido que emite un cuerno de bambú que se escucha sobre el resto de sonidos ambientales.
En la noche, la luna y las estrellas inundan el cielo al son de una sinfonía de sonidos limpiamente expresados por la naturaleza, que representan el antecedente a un temprano amanecer con variadas actividades únicas de esta localidad.
Construídas con materiales naturales, las cabañas se mimetizan con el entorno y se complementan con elementos de la era moderna: una caja de seguridad, una caja seca para los aparatos de video o fotografía, servicio de lavandería, agua caliente en el baño, con jabón y shampoo biodegradables, botas y ponchos de agua, y un paraguas. En la zona administrativa hay una sala de computación para aquellos que quieren estar lejos pero cerca a la vez, un espectacular criadero de mariposas, una plataforma para natación en el área del muelle y un espacio para BBQ.
ALGO DE HISTORIA
En 1963, el ciudadano suizo Arnold Ammeter, más conocido como Benny, salió de su país a bordo de un barco, en una arriesgada travesía para llegar a costas chilenas. Ya en tierras latinoamericanas, se despierta su inquietud aventurera por descubrir paraísos perdidos en estas recónditas selvas.
Viaja a Bolivia y luego al norte de Perú. A finales de 1979 decide emigrar hacia Ecuador, donde reside hasta el día de hoy. Se radicó en la parte alta del Río Napo, donde se encuentra el Valle Ahuano, y construyó La Casa del Suizo, hospedaje que todavía recibe a turistas nacionales y extranjeros.
Pasan los años y la civilización crece, al punto de peligrosamente acercarse a esta zona. Surge en Benny la necesidad de buscar espacios más alejados, donde la selva sea aún virgen, para construir un nuevo lodge.
Para 1989 había visitado territorio Huaorani, el Parque Nacional Yasuní y la región del Río Aguarico. Los escenarios eran espectaculares, pero no se conjugaban con la visión que tenía de un “rainforest lodge”, ya que la mayor parte de las tierras pertenecían al gobierno.
Finalmente, en la parte baja del Río Napo, se encontró con un habitante local. Le contó su sueño y este personaje lo llevó directamente al lugar preciso para construirlo. Caminaron por un pantano, sin aún saber que ese camino se convertiría en el Andén de Sacha Lodge.
Llegaron a una laguna que parecía estar alejada del mundo, la Laguna Pilchicocha, y Benny decidió que ahí construiría su hotel. Compró las 500 hectáreas que rodean Pilchicocha, y en 1991, 120 obreros empezaron la construcción de Sacha Lodge y su famosa Torre de madera.
Seis meses más tarde, la etapa inicial estaba terminada. En abril de 1992, Sacha Lodge oficialmente abrió sus puertas al mundo con seis habitaciones, un comedor e instalaciones para los guías y el resto de personal de servicios. Benny vivió ahí y administró el lodge durante los primeros seis meses.
Con el paso del tiempo se vio obligado a crecer su capacidad y a comprar más tierras. Hoy en día, esta magnífica propiedad representa un refugio seguro para la tremenda variedad de flora y fauna nativas de la selva ecuatoriana, y ofrece una maravillosa oportunidad para que los visitantes vivan la experiencia en carne propia.
Desde su fundación en 1992, Sacha Lodge ha probado que sí es posible alcanzar un balance entre crecimiento económico, conservación ambiental, desarrollo humano y respeto a la cultura local. “Nos enorgullecemos de mantener nuestra responsabilidad social y ecológica, la que consideramos ser la base del verdadero ecoturismo”, expresa.
Sacha Lodge es una empresa ecuatoriana que emplea aproximadamente a 80 personas que provienen en su mayoría, de comunidades locales. Esto los convierte en uno de los grandes generadores de empleo del sector turístico en la región amazónica ecuatoriana.
Los visitantes se benefician de conocer el lugar de la mano de guías turísticos nativos, quienes comparten los conocimientos ancestrales, como el entendimiento de plantas medicinales, que a través de generaciones recibieron de sus antepasados.
Adicionalmente, Sacha ha invertido fuertemente en la compra de tierras de colonizadores que llegaron de diferentes ciudades, con la intención de dedicarse a desarrollos agrícolas y actividades de cacería para sobrevivir. Gracias a esta inversión se ha logrado salvar de la deforestación a más de 1.000 hectáreas de selva, que ahora forman parte de una de las grandes reservas declarada como área de Bosque Protector Privado por el Ministerio del Medio Ambiente.
Contactos
Página web: www.sachalodge.com
E-mail: info@sachalodge.com
Teléfonos en Quito: (593) 2 256 6090, (593) 2 250 9504
Teléfono gratis desde Estados Unidos: 1800 706 2215
Oficinas en Quito: Julio Zaldumbide N25-42 y Valladolid.