RVC ARQUITECTOS CONSULTORES C.L. - ESPECIAL ARQUITECTOS ECUADOR 2016

RVC Arquitectos es una firma de arquitectura creada en 1982 por Rafael Vélez Calisto, quien a lo largo de más de cuarenta años de ejercicio profesional ha consolidado una de las más importantes y reconocidas prácticas en nuestro medio. El quehacer arquitectónico de RVC se sustenta en la experiencia de su fundador y la energía y fortaleza de un equipo joven de trabajo, que incluye a su colaborador y socio, el Arquitecto Rafael Vélez Mantilla.

El equipo de trabajo de RVC Arquitectos a lo largo del tiempo se ha caracterizado por ser consecuente con los más altos valores de la profesión, aportando a nuestras ciudades con proyectos que destacan por su coherencia y compromiso con el entorno, así como por la búsqueda constante de una expresión formal, contemporánea y comprometida con un discurso maduro, que se va definiendo en cada uno de los proyectos en los que tenemos el privilegio de participar. Este equipo está conformado por Rafael Vélez Calisto, Rafael Vélez Mantilla, Cristhian Erazo Puente, Renato Ávila Claro, Carolina Proaño, Daniela Campuzano, Gabriela Ordóñez, Gabriela Chacón, Olga Carolina Rodríguez, Andrés Salazar Del Pozo y Christina Kling.

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EDIFICIO TITANIUM PLAZA

CLIENTE RIVCONCIV

El reto de insertar un edificio de carácter corporativo dentro de una zona consolidada de la ciudad exige identificar rasgos implícitos en el contexto tales como: el espacio público, la escala, la heterogeneidad de los recursos arquitectónicos en los edificios circundantes, el paisaje natural y sus visuales, etc. El edificio Titanium acoge estas condicionantes y las resume en el uso de dos recursos básicos de composición: el pliegue y los pixeles; el primero soluciona el problema de la “escala”, ya que la exigencia de ocupación en la rentabilidad inmobiliaria obliga generalmente a volúmenes masivos y agresivos, sin embargo, Titanium pliega sus fachadas y crea una percepción visual de subdivisión de la masa. La subdivisión en pixeles de la fachada resuelve el problema de integración a un contexto en extremo heterogéneo, permitiendo libertad en el juego de vanos y llenos sin afectar al resultado final de la composición. La materialidad del edificio es sencilla; hormigón a la vista, vidrio transparente, aluminio natural y mampostería pintada de blanco, sumados a la geometría básica del edificio, conforman un todo que no pretende más que insertarse discretamente y sin ornamentos a este importante centro financiero de la ciudad. Adicionalmente se crea una generosa plaza que rodea el edificio en tres frentes, devolviendo al peatón su protagonismo dentro del medio urbano.

EDIFICIO SILJA

El edificio Silja es la última pieza del paramento oriental de la Av. González Suárez, que es la fachada lejana de Quito desde los valles. Completar el vacío adaptándose a un entorno completamente consolidado, con un discurso arquitectónico contemporáneo es siempre un desafío. La arquitectura residencial en altura en Quito ha recurrido con frecuencia al uso de los balcones como el principal recurso plástico, cayendo a veces en excesos formalistas que muchas veces no guardan relación con el espacio interior.

Sin embargo, en el edificio Silja utilizamos justamente este recurso, reinterpretando un ritmo en zig-zag que logra zurcir el paramento, logrando integrar lo anterior con lo contemporáneo, en un ejercicio integrador que desdibuja los límites del tiempo. En el proceso se utilizó el diseño paramétrico para explorar las posibles combinaciones y encontrar el mejor resultado. El edificio Silja tiene unas visuales excepcionales hacia Guápulo y Monjas en el oriente, y hacia Quito y el Pichincha hacia el occidente, las mismas que son percibidas en su esplendor desde sus balcones.