Por Caridad Vela
El sueño de nuestros padres y abuelos fue tener casa propia, familia y trabajo estable. Eso no ha variado. La generación millennial tiene el mismo sueño, pero sus condiciones y prioridades son otras. Un estudio de la OBS Business School determina que los millennials -que tienen capacidad de compra-, y los centennials -que pronto la tendrán-, representan el 59% de la población mundial. Así las cosas, resulta obvio que todas las industrias, con mayor razón la inmobiliaria, deben adaptarse para satisfacer las apetencias de este alto porcentaje de la humanidad.
La generación millennial está integrada por quienes nacieron entre 1981 y 1993, es decir que ahora tendrían entre 30 y 42 años. Podríamos aventurarnos a afirmar que son personas con criterio formado, educación universitaria, ingresos económicos estables y han formado su propia familia. Los centennials, si bien en cantidad también son muy significativos, aún están cruditos pues son aquellos que nacieron entre 1994 y 2010, por lo que a la fecha tendrían entre 13 y 29 años. Este es un grupo aun joven que está empezando a planificar la vida.
En este reportaje hemos recogido voces de desarrolladores inmobiliarios cuyos proyectos en Quito, Cumbayá y Guayaquil, han adaptado su oferta para atender a este creciente segmento de la población.
Para efectos comparativos demos una mirada al pasado. “Los baby boomers hablan con nostalgia de su época de barrio, donde todo se resolvía caminando”, comenta Mauricio Martínez Swamberg, Gerente General de Acervo. Ellos “en algún momento adoptaron el modelo americano y emigraron a los valles, compraron minivans y vivieron en ciudadelas cerradas. En ese ambiente nacieron los milllennials, quienes a una edad muy temprana viajaron por el mundo, y luego realizaron sus estudios universitarios en ciudades donde todo estaba a la mano y se resolvía caminando. Al regresar a Ecuador, a la casa de sus padres, enfrentaron la frustración de vivir dependiendo que alguien los lleve a comprar el pan, al gimnasio, a sus reuniones sociales, etc.”
Los baby boomers buscaban la casa en la que vivirían toda su vida, los millennials buscan vivienda para el presente, para el momento que viven hoy. Esta generación sale de la casa de sus padres tan pronto como puede -no cuando se casan-, y no caigamos en el error de pensar que es demostración de rebeldía, porque es todo lo contrario. En realidad es su forma de mostrar que están listos para la vida, que pueden mantenerse, formar hábitos propios y actuar con madurez. Pero, ojo! No buscan cuatro paredes y un techo, buscan vivir nuevas experiencias.
Pablo Campana, Presidente de Millenium, cuyos proyectos de vivienda y oficinas están ubicados en Guayaquil, afirma que los millennials buscan tres cosas puntuales: ubicación, comodidad y seguridad. “En su mayoría son profesionales solteros, sin hijos, que valoran su tiempo y requieren estar conectados con el mundo. Por ello, vivir cerca de su lugar de trabajo, de parques, centros comerciales, etc., es algo que marca la diferencia al momento de decidir qué comprar. Si se trata de oficinas, prefieren lugares con prestigio, bien ubicados, que cuenten con áreas de co-working para tener la opción de ampliar sus necesidades de espacio en momentos puntuales”.
En Quito, sin duda la zona alrededor del Parque La Carolina tiene un atractivo especial para los millennials. David Rosero, Gerente General de Rosero Construye, afirma que el 50% de sus compradores son millennials que buscan departamentos de una habitación, de entre 50 y 60m2. “Nuestros edificios son pequeñas ciudades verticales que llevan al usuario a vivir en centralidades donde en menos de 10 minutos, es decir a 1km a la redonda, disfrutan de parques, restaurantes, centros comerciales y espacios culturales. El resultado es calidad de vida sin congestionar la ciudad, evitando al máximo el uso del automóvil y un mejor aprovechamiento del tiempo. Las áreas comunales más atractivas para ellos son: piscina, spa (sauna, turco, hidromasaje), gimnasio, terraza roof top panorámico y áreas de coworking.”
El valle de Cumbayá también ha mostrado ser sumamente atractivo para los millennials. Living Cumbayá es la propuesta de Acervo, al respecto de la cual Mauricio Martínez destaca que “el uso mixto de este proyecto permite acercar la residencia a los servicios actuales de la zona, es decir, tener la alternativa de caminar para satisfacer varias necesidades diarias sin usar el vehículo. Esto no solo genera mejor calidad de vida y hace más felices a las personas, también tiene muchos beneficios ambientales para la ciudad”.
Pablo menciona dos factores importantes para los millennials: “prefieren lugares eco-friendly para ahorrar en mantenimiento, y pet-friendly pues la mayoría viven con mascotas. En el caso de vivienda, las amenidades preferidas son gimnasio, piscina, sala de juegos, área de BBQ y otras áreas recreativas que les permitan socializar y generar nuevas redes de contactos que se adapten a su constante movimiento y evolución. En el caso de oficinas las amenidades son de otra índole: auditorios, salas de reuniones, cafetería, gimnasio y canchas de squash o pádel son las preferidas”.
Según Mauricio, Living Cumbayá es atractivo para los millennials por su cercanía al Chaquiñán, al reservorio, gimnasios, decenas de restaurantes y panaderías para su desayuno, excelente acceso a sus trabajos o a espacios de co-working. Y por si esto fuese poco, “hay un sinfín de opciones para el after-office, un ambiente vivo a sus pies para compartir con amigos, o si prefieren disfrutar de una vista espectacular hacia la cordillera desde sus terrazas para relajarse, la tienen en sus departamentos. Desde esa ubicación pueden caminar y resolverlo todo en un radio de 15 minutos”.
Si bien no hay una línea de comportamiento que aplique para todos, sí hay varios puntos de coincidencia. Por ejemplo en tecnología. Las llaves pasaron de moda, son obsoletas. Los ingresos al condominio y a los departamentos deben activarse desde el celular, igual que la iluminación y las cámaras de seguridad, para lo cual es indispensable que haya conexión de internet de alta velocidad. “Los millennials son muy exigentes”, dice Pablo. “Son, por naturaleza, una generación tecnológica. Es indispensable priorizar el consumo eficiente en las viviendas y oficinas a través de domótica, productos IoT (internet of things), sistemas de ahorro de agua y energía, entre otros. En una época post pandemia el trabajo remoto llegó para quedarse, y la tecnología aplicada en sus espacios de vivienda y oficinas es un factor decisivo”.
La sostenibilidad y protección al medio ambiente también son factores transversales en ellos. Sus viviendas deberán incluir sistemas de optimización de uso de recursos, tanto durante el proceso constructivo cuanto en el día a día. “En la actualidad y en el pasado todos buscamos calidad. Para los millennials los acabados de construcción son muy importantes, pues en ellos se verá reflejado su estilo de vida. Prefieren lugares con mucha iluminación, en paredes usan colores neutros y suelen elegir mobiliario funcional para optimizar los espacios. Sean materiales eco-amigables o de mayor lujo, lo que prima es la calidad”, comenta Pablo.
Los balcones y terrazas son un must. El departamento, loft o estudio, por pequeño que sea, deberá tener un espacio al aire libre, que según David Rosero, puede ser “una terraza o al menos un balcón francés. Además, es indispensable que la vista sea panorámica desde el área social y que haya mucha iluminación natural. Y hablando de áreas privadas, si bien estas son pequeñas, deben ser funcionales, con closets cómodos, preferiblemente walk-in closets, y prefieren personalizar los acabados finales en sus departamentos.”
Living Cumbayá, más allá de ofrecer una extraordinaria ubicación, tiene una oferta de departamentos diseñada para disfrutar experiencias, que es exactamente lo que buscan los millennials. “Las terrazas son para vivirlas y aprovecharlas como un placer de la vida. Las unidades tienen lo justo y necesario para el propietario, el resto lo da la ubicación y el barrio. No necesitarán una cocina muy grande porque todo lo resuelven a la puerta de su vivienda; no necesitarán un mega bar porque a 5 minutos podrán adquirir el vino de su preferencia; tampoco un gimnasio porque hay varios a mano. Incluso habrá áreas adecuadas para cuando reciban visitas de sobrinos o nietos”.
Los millennials no tienen miedo a expresar sus ideas, a vestirse contrariando las normas sociales cuyos estereotipos no merecen su atención; son consumidores más conscientes que intentan apoyar los comercios que existen alrededor de su vivienda; sus tendencias alimenticias son más bien sanas; algunos quieren casarse y tener hijos cuando estén en la década de los 30´s, otros no, nunca, pero todos quieren independizarse y sueñan con dejar de pagar arriendo.
Y ese sueño requiere superar obstáculos para conseguirlo.
“Para comprar se necesita tener ahorros al menos de un 10 o 15% del costo del inmueble, y en muchos casos los millennials siguen pagando sus créditos de educación, no tienen esa capacidad de ahorro, o sus ingresos actuales no les permiten acceder a un crédito hipotecario”, comenta Mauricio. Otro obstáculo importante, según criterio de David, es “la tasa de interés que se aplica a los créditos hipotecarios que actualmente ofrece Ecuador, que en promedio está en el 8,5% para compra de vivienda nueva y es alta para una economía dolarizada. Financieramente esta tasa no es atractiva para el cliente”.
Cada generación tiene sus particulares características de comportamiento, mismas que, según dicen los expertos, están determinadas como consecuencia del período que les correspondió vivir a sus abuelos y a sus padres, y de ahí la actitud que tienen para enfrentar la vida. Si los abuelos fueron restrictivos, por ejemplo en la educación de sus hijos, éstos, en reacción, serán liberales con los suyos. Y así, de reacción en reacción, la civilización evoluciona abriendo nuevos horizontes.