Por Lorena Ballesteros
Fotos cortesía de Diego Ledesma
Mientras le hacen algunos retratos fotográficos pienso en lo primero que le preguntaré, “¿se puede vivir del arte?”. Cuando finalmente nos sentamos a conversar no titubea al responder, “es posible hacer una carrera artística y vivir de ella”
En una tarde que pronosticaba lluvia llego al Café 303 ataviada con un saco de alpaca y un paraguas. Tras ser recibida por su propietario, Diego Ledesma, me invitan a pasar al área exterior del lugar. Las nubes ya se han recogido, aguantando la lluvia para el día siguiente.
Título: Signos Técnica: Óleo/ acrílico sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 80x130cm
En el interior no queda rastro de la distribución habitual de la cafetería. Los muebles han sido desalojados y reemplazados por luces fotográficas. Las paredes están todas vestidas con la obra pictórica de Pedro León, el personaje que me ha dado cita para sostener una entrevista sobre su trayectoria y momento artístico actual.
Mientras le hacen algunos retratos fotográficos pienso en lo primero que le preguntaré, “¿se puede vivir del arte?”. Cuando finalmente nos sentamos a conversar no titubea al responder, “es posible hacer una carrera artística y vivir de ella”. Mientras avanzamos en nuestra charla va revelando los pormenores de ser artista y dedicarse exclusivamente a ello.
Pedro comenzó a pintar desde la infancia. Reconoce que el arte vino por herencia de su abuelo Pedro León Donoso, quien fue un protagonista de las artes plásticas ecuatorianas. Introdujo el modernismo en el país, fue director de la Escuela de Bellas Artes y profesor de la camada de Kingman y Guayasamín. Lastimosamente, Pedro no conoció a su abuelo, pues falleció de manera temprana por una mala práctica médica. De hecho, el papá de Pedro se quedó huérfano de padre con tan solo 11 años. A pesar de que se fue muy pronto, su legado ha trascendido en la familia. El tío y el primo de Pedro también se han dedicado a esta profesión.
Pedro León
Si bien su afición arrancó de manera inconsciente con los primeros trazos de un niño que va desarrollando su motricidad fina, su talento era perceptible desde entonces. Recuerda con nostalgia sus cuadernos del preescolar, en los cuales copiaba caricaturas y cómics. Le pregunto por su primer cuadro y me sorprende cuando responde que lo pintó a los ocho años. Hizo un bodegón. El bodegón en arte hace referencia a una composición pictórica que representa naturaleza muerta o seres inanimados. El resultado de esas pinturas de la infancia y preadolescencia daban crédito de que Pedro tendría futuro en ese campo. Pero, como en la adolescencia todo lo predecible se hace impredecible, dejó de pintar. En esa época, salir con los amigos le parecía más atractivo que encerrarse entre lienzos y acrílicos.
Mientras se toma un café y yo lo acompaño con un agua aromática, reflexiona sobre el momento en el que sintió el impulso de volver a pintar. Fue tras graduarse del colegio. Se inscribió en la Universidad Central en la facultad de Arte. Por motivos de su propio pensamiento se dio cuenta de que le iría mejor como autodidacta. Así que revisó mallas curriculares y dictaminó que debía instruirse en tres ramas: grandes maestros, historia del arte y medios con todas sus técnicas. Lo teórico se conjugaba con lo práctico. Se dedicó a pintar y lleva 33 años de hacerlo sin descanso. Tampoco con treguas ni crisis existenciales.
Título: Caserío Técnica: Óleo sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 120x120cm
Me resulta increíble que alguien pueda comprometerse desde tan joven sin estar dirigido por una estructura académica. A lo que Pedro me responde con absoluta convicción: “el artista que está inmerso en esta profesión le dedica las horas necesarias, ya sea en un régimen de educación formal, o como en mi caso, que he sido autodidacta, a investigar, buscar y aprender. Se hace sencillo cuando es lo que realmente quieres”. Sus primeras creaciones fueron sobre metal con pintura automotriz. “Una época loca y muy espontánea”, comenta.
Reconoce que han influido en su obra personajes de la talla de Leonardo da Vinci por su sfumato, técnica que el maestro creó en la época del Renacimiento y que utilizó para pintar la Mona Lisa. Otra tendencia influyente es la del fovismo o fauvismo, que es una corriente francesa de principios del siglo pasado y que se caracteriza por un uso provocativo del color. En la obra de Pedro se perciben esos tonos vivos, tanto como la importancia que da a los trazos limpios, minimalistas. Sus cuadros transmiten emociones vibrantes.
Título: Rosal Técnica: Óleo/ acrílico sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 200x100cm
Pedro comenzó a forjar su carrera en la década de los noventa. Recuerda que el mercado artístico era muy distinto al actual. En Quito todavía había galerías formales y la gente acudía frecuentemente a las inauguraciones y exposiciones. Los interesados en el arte interactuaban con los artistas y valoraban ese tipo de adquisiciones. Rotó activamente en lugares como la galería Latinoamericana, la Metropolitana, en la Posada de las Artes Kingman y en Atheneum. Sin embargo, los cambios culturales resultaron en el cierre de la mayoría de estos espacios. Pedro, que se había anticipado a este fenómeno, para el momento en que se da la caída de las galerías de arte en la capital, él ya había abierto la suya. Así dejó de depender de terceros. A la par se consolidaron nuevas oportunidades de negocio artístico y aparecieron nombres como Imaginar, Gogh, la galería de Pedro El Juri, que combinaron exhibición artística con marquetería.
Un artista también necesita una visión cosmopolita. Viajar, recorrer museos y galerías internacionales lo foguearon. Incluso pudo llegar con su obra a espacios de exposición en Beverly Hills, Miami y New York. Para Pedro, Manhattan es un lugar de tránsito obligatorio. Claro que esos viajes tienen un costo económico alto para un artista. Pedro dedicó sus años “sin otras responsabilidades” a su profesión. Luego, al convertirse en esposo y padre de dos hijos, las inversiones tienen otros riesgos.
Él tiene claro que las tendencias de consumo también influyen en el arte. Por ejemplo, recuerda que en esa primera década de trayectoria, o quizás hasta unos años más adelante, vendía sus cuadros enmarcados. Con su primo Marcelo (también artista) iban a Tumbaco para comprar las molduras y ellos mismos enmarcarlos. Posteriormente, el marco comenzó a interferir en las transacciones con sus clientes. Muchos querían el cuadro, pero no lo querían con marco. Aprovechó la tendencia para crecer sus formatos. Los cuadros de 5×4 tienen un ancho ideal para colocarse sobre la pared sin marco. También crecieron en otras dimensiones. Pedro ha sido arriesgado, atrevido en sus propuestas y reconoce que “el mercado siempre ha reaccionado de manera favorable con mi obra”.
Con el paso del tiempo se siente más seguro. Ahora con 52 años está entrando en una fase de madurez artística. Ha definido el óleo y el acrílico sobre lienzo (que sea de 100% algodón) como sus medios ideales. Le gusta transmitir emociones fuertes que se expresan a través del fovismo.
Título: Cuántico Técnica: Óleo/ acrílico sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 160x160cm
Su madurez también se debe a que equilibra su profesión con la vida conyugal y familiar, roles que nunca ha descuidado a pesar de que sobre sus hombros recae la responsabilidad, tanto de crear como de comercializar su obra. Una de sus fortalezas es su olfato afilado y su capacidad de tomar acción. Si bien ha tenido espacios propios de exhibición permanente (su galería estuvo ubicada hasta hace poco en el sector de El Bosque), se ha dado cuenta de que el mercado actual es fluctuante, es un mercado al que hay que llegarle y no esperar a que llegue a ti.
Desde hace algo más de una década se ha ingeniado una especie de remolque para transportar hasta 12 cuadros por la ciudad. Esa fue su manera de llegar a Cumbayá. Recuerda que se estacionaba en la calle del Reservorio. La gente que regresaba a sus casas en las urbanizaciones aledañas se paraba para admirar su obra. Pedro cerraba las transacciones llevando el cuadro a la casa del interesado y colocándolo en la pared idónea. También ha sido una época de exponer en clubes sociales y deportivos, como el Quito Tenis y Golf Club, Arrayanes y Rancho San Francisco. Lo hace además en ferias. Recientemente estuvo en la Feria Inmobiliaria y de Decoración de Clave. En estos espacios se encuentra con el público de los valles. Ahora que propone formatos más grandes, de hasta 7×2 metros, sabe que las residencias en zonas como Puembo son un nuevo público objetivo.
Título: Flores silvestres Técnica: Óleo sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 275x125cm
Aprovecho este tema de conversación para preguntarle sobre la industrialización de la decoración y el diseño. En los noventa, cuando empezó, la adquisición de un cuadro era un sinónimo de exclusividad. Además del valor que tenía la narrativa de cada pieza adquirida. Actualmente hay una necesidad de llenar paredes sin salirse del presupuesto. Lo estético prevalece, pero se da menos importancia al origen de cada pieza. Pedro está consciente del cambio, pero sigue apelando al valor del arte, al trabajo que hay detrás y lo que puede transmitir. Sabe que hay personas de gran sensibilidad artística que siguen apreciando las artes plásticas.
No se define en un estilo específico. Él explora tanto lo figurativo como lo abstracto. En sus cuadros pueden aparecer caballos, toros, bodegones, árboles o flores; como también trazos y pincelazos abstractos que se completan con la interpretación de cada espectador.
Título: Debate sobre la ceración Técnica: Óleo/ acrílico sobre lienzo Autor: Pedro León Dimensión: 700X200cm (7 piezas de 100X200cm)
Detenemos la entrevista para justamente examinar una composición de siete piezas. Se titula “Debate sobre la creación” que tiene texturas y una gran riqueza cromática. La discusión alrededor de este cuadro podría dar para horas de análisis. “La comunicación es personal y totalmente subjetiva, así que en algunos casos merece una explicación y en otros el silencio es el mejor acompañante”, explica Pedro. Y así, en un momento de contemplación terminamos nuestra charla. El cielo celeste se ha tornado oscuro, las luces de la ciudad titilan alrededor. Con el último sorbo del café nos decimos adiós y me llevo grabadas las imágenes de su arte grabadas en mi mente para dialogar internamente.