El cierre del año 2016 dejó resultados económicos poco alentadores en muchos países de América Latina. Panamá es una de las excepciones pues, a pesar de que sus índices de crecimiento fueron menos altos que en años anteriores, el país se mantiene con parámetros envidiables si los comparamos con el contexto internacional.
Las cifras de crecimiento estimadas para 2017 por varias entidades internacionales destacan a Panamá como uno de los países más atractivos para los inversionistas. No solo continúa creciendo, sino que ese crecimiento se estima será sostenido durante los próximos años. Además, su sistema bancario es sólido y, a diferencia de otros países en la región, Panamá muestra estabilidad política. La suma de estos factores representa un nivel de seguridad tranquilizador para empresas y personas naturales que buscan rentabilidad en sus gestiones financieras.
Hay mercados emergentes que resultan llamativos para inversionistas de alto riesgo que apuestan a obtener altos retornos. También hay opciones que, por su alta seguridad, ofrecen retornos mínimos o nulos a inversionistas extremadamente prudentes. En el justo medio está Panamá como una de las únicas opciones que ofrece razonable equilibrio entre rentabilidad, estabilidad a futuro, y seguridad.
En un informe reciente, el Banco Mundial predijo un moderado 2,7% de crecimiento a nivel mundial para el año 2017. Dentro de ello, se estima que los mercados emergentes podrían esperar un crecimiento de hasta un 4,2% en sus economías. Este porcentaje es incierto porque su cumplimiento depende, como de costumbre, de las políticas financieras que se implementen en los países grandes cuyas economías repercuten en las más pequeñas. En el mismo informe, se menciona que las economías de América Latina y el Caribe saldrán de su recesión este año, y probablemente crecerán a un ritmo del 1,2%, luego de haber registrado una contracción regional de 1,4% en el año 2016, que, recuerda el informe, “fue el segundo año consecutivo de recesión y la primera contracción plurianual en más de 30 años”.
Si analizamos el panorama en América del Sur, el Banco Mundial pronostica crecimiento en 2017 en Brasil (0,5%), Argentina (2.7%) y Colombia (2.5%), entre otros. Según mencionan varios expertos, este pronóstico deberá revisarse periódicamente, pues si los efectos de las investigaciones sobre los graves casos de corrupción detectados en Brasil y Argentina, y la firma del acuerdo de paz en Colombia no son positivos, la inversión extranjera continuará viéndose desmotivada ante la perspectiva de que esos índices de crecimiento podrían no ser sostenibles en el tiempo.
En el lado negativo, Venezuela y Ecuador continuarán en 2017 sus ciclos de recesión, con contracciones de sus PIB del 4,3% y 2,9% respectivamente. Esto, en gran parte causado por la prolongada merma en sus ingresos fiscales debido a los bajos precios del petróleo, factor al que se suma la inestabilidad política de sus gobiernos y el alto endeudamiento que registran.
El gran atractivo de la región continúa siendo Panamá. El Banco Mundial lo categoriza como el país con mayor crecimiento en América Latina, estimando que para 2017 mantendrá el mismo nivel que en 2016, es decir, crecerá al envidiable ritmo del 5.4%. La sostenibilidad de su crecimiento convierte a Panamá en la economía más atractiva para inversionistas del mundo entero. En el lado positivo también se encuentra República Dominicana que se estima crecerá este año a niveles del 4.5%, crecimiento que está condicionado a lograr mayor control en su gasto público.
El Fondo Monetario International (FMI), recién publicó sus proyecciones económicas actualizadas, y también coincide con las predicciones del Banco Mundial, aseverando que Panamá será el país de la región que más crecerá este año, con un 5,4%. Según información que se ha hecho pública, el año pasado la inversión extranjera en Panamá fue de casi $5.500 millones, lo que supera con gran distancia al resto de la región.
Los factores que llevarían a esta bonanza económica en el país centroamericano son, entre otras, la seguridad jurídica, las zonas francas económicas que no dependen de los vaivenes políticos, y la visión del país que apunta a un modelo económico con poca producción pero enfocada en servicios.
Por su parte, el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), resume que los países de Centroamérica tendrán un crecimiento del 3.6% en promedio, mientras que las economías de los países de la región Caribe se contraerán en el 1.7%, y América del Sur mostrará un crecimiento negativo de -2.4% en promedio.
Los países que merecen pronósticos positivos para 2017, y por lo tanto serán los más atractivos para los inversionistas se muestran en el Cuadro No. 1 y son los siguientes: República Dominicana (6.4%), Panamá (5.2%), Nicaragua (4.8%), Costa Rica (4.1%), Bolivia (4%), Paraguay (4%), Perú (3.9), México (2%), Colombia (2%), Chile (1.6%) y Uruguay (0.6%).
El desarrollo promedio de las economías de América Latina sufrirá una contracción del 1.1%. A pesar de que hay países que crecerán a ritmos sostenidos, como es el caso de República Dominicana y Panamá, el índice promedio refleja la situación negativa de Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador.
Los índices financieros del sistema bancario panameño respaldan los pronósticos del Banco Mundial y la CEPAL por la solidez que demuestran. El Centro Bancario mantiene un desempeño positivo según evidencia el Informe de Actividad Bancaria de la Superintendencia de Bancos, que expresa que la cartera de crédito local, con cifras cortadas a septiembre 2016, refleja un crecimiento del 9.7% en comparación con el mismo período del año anterior.
Al revisar los rubros de crecimiento por destino del crédito, se verifica que el que corresponde a empresas del sector real y personas con actividad empresarial fue el de mayor expansión. Pero más importante aún es comprobar que la expansión de nuevos créditos se dio en sectores económicos que repercuten en el crecimiento de la economía nacional, y que al continuar mostrando niveles dinámicos, afectan positivamente al crecimiento del PIB del país.
Dentro de ello se destaca que el rubro con mayor expansión en valores absolutos hasta septiembre 2016 fue el hipotecario, con un crecimiento de $1.600 millones comparado con el mismo mes del año anterior, es decir, un 12.4%. El saldo de cartera hipotecaria a esa fecha fue de $14,457 millones, lo cual demuestra que la actividad de la construcción continúa siendo uno de los factores que mejores panoramas presenta para inversionistas nacionales y extranjeros. En segundo lugar está el crédito para consumo, con $1.213 millones, y el tercer rubro de mayor crecimiento es el de la construcción, que refleja un monto de $843 millones.
Las instituciones financieras de Panamá destinan un 30% de su cartera total de crédito a préstamos hipotecarios, siendo éste el sector al que más recursos enfocan. En segundo lugar están los créditos comerciales con el 24% de la cartera total, y en tercer lugar los préstamos para consumo personal con el 21%.
Considerando el prudente accionar de los representantes de la banca panameña, es fácil deducir que la decisión de incrementar la colocación de créditos hipotecarios se debe a que es un rubro que presenta menores riesgos de morosidad que otros. Además, dado que la actividad de la construcción es la que más aporta al crecimiento de la economía nacional, es evidente que el interés mayor es lograr un doble efecto positivo en los índices del país.
Se estima que para 2017 el crecimiento de la cartera hipotecaria se mantendrá por la alta demanda de vivienda que hay, y también porque Panamá se presenta ante la comunidad de inversionistas internacionales como uno de los países más seguros y rentables para colocar sus excedentes de liquidez. Además, tanto el crédito para construcción cuanto el crédito hipotecario están disponibles para ciudadanos extranjeros, factor que facilita aún más la decisión de invertir en Panamá.
La solidez de la banca panameña se evidencia también en sus índices de valoración y respalda el crecimiento pronosticado por los organismos internacionales. Las cifras proporcionadas por la Superintendencia de Bancos demuestran crecimiento en el total de activos entre septiembre 2016 y septiembre 2015. En el mismo período, la liquidez promedio mensual del Sistema Bancario Nacional se colocó en un admirable 58.7%, lo cual demuestra una fuerte posición para cómodamente afrontar los vencimientos a corto y mediano plazo. (Banca oficial: 67.5%; banca privada extranjera: 64.7%; banca privada panameña: 46.7%)
Otro índice que continúa abonando a la fuerte situación del Centro Bancario Internacional, y por ende a su credibilidad, es el índice de adecuación de capital que al cierre del tercer trimestre de 2016 reflejó un promedio del 15%, es decir, un 1.06% más que en el mismo período de 2015, y muy por encima del 8% requerido legalmente.