Una alfombra puede ser más que una pieza decorativa. Puede ser una obra de arte. Una alfombra puede tender un puente entre culturas distantes, generar vínculos, alimentar sentimientos de pertenencia. En Medio Oriente una alfombra hace las veces de mesa, de silla, e incluso de cama. Una alfombra tiene la capacidad de contar historias, de denunciar guerras, de demostrar afecto.
Juan Andrés Rodríguez, Sirah Andrade y Sebastián Nicholls
Hace una década Juan Andrés Rodríguez, Sebastián Nicholls y Sirah Andrade consolidaron la marca Nomada´s Design que en sus inicios importaba alfombras de Afganistán y que ahora lo hace desde varios países de Medio Oriente. Bautizaron su emprendimiento bajo la filosofía de la libertad de espíritu, uno que caracteriza y representa a una de las pocas poblaciones nómadas que aún existe en el planeta.
En Afganistán, al este del país, transitan los kuchi. Un grupo étnico que se asienta en las montañas de Pakistán durante el verano, y cuando el clima dictamina, inician su periplo hacia Jalalabad, un valle agrícola afgano. Relatan que se parecen a los gitanos, que utilizan trajes de colores brillantes, que sus mujeres utilizan aretes largos y llamativos. Viajan con sus tejidos, con sus borregos, enseres y otros animales, para asentarse por una breve temporada. Sus mujeres no usan burka, a pesar de la rigidez del gobierno Talibán. Son de las pocas culturas que mantienen sus tradiciones contra viento y marea. Son un símbolo de libertad y permanencia.
Dentro de ese espíritu es que se enmarcó Nomada´s Design. También arrancaron como una suerte de nómadas. En sus inicios no alquilaron un local fijo. Exponían su mercadería en sus propios hogares o en bazares y eventos pop up, evocando la experiencia similar a la de visitar un mercado árabe. Actualmente cuentan con un espacio permanente en El Potrero, en San Luis de Lumbisí. Sin embargo, la esencia oriental se mantiene.
En su tienda las paredes están forradas de kilims y de pequeñas alfombras iraníes que en sus tejidos cuentan historias de tradición y de guerra. Y como es también común en esa región, Juan Andrés, Sebastián y Sirah están dispuestos a desplegar hasta la última alfombra de su stock. No intentan convencerte de que compres una alfombra, ellos promueven una experiencia, un servicio, que trasciende al producto que ofrecen.
En Nomada´s Design no hay insatisfacción. Ellos mismos se ofrecen a llevar una o varias alfombras a la casa del interesado, mover muebles, probar espacios y dejarlas por una semana para que el cliente tome la decisión final. Incluso está la posibilidad de devolverlas si no está convencido. Trabajan bajo el lema “lleva a casa algo que te haga feliz”.
En su variado despliegue hay kilims, que son de lana de borrego y tinturadas con extractos naturales, y que tienen un estilo más boho chic, campestre. Por su parte, las alfombras iraníes, que acá en Ecuador se popularizaron como persas, son más costosas y rondan por estilos que van desde lo más clásico a lo elegante; y según sus patrones, también a lo moderno. La paleta de colores es infinita y tiene relación directa con el país de origen de cada alfombra.
El precio varía según su tejido, extensión y por el tiempo que tomó tejerlas, que en algunos casos puede superar el año. La antigüedad de la alfombra le suma valor, hay piezas que se han mantenido hasta por cuatro generaciones viendo la vida pasar.
En Nomada´s Design se importan alfombras de distintos rincones de varios países. Visitar su tienda es como viajar a Afganistán, Turquía, Marruecos, Pakistán e Irán en una sola visita.