Entre la innovación y el patrimonio

Por Nataly Revelo Morales

Desde hace tres años, Quito ha sido testigo y partícipe de la construcción del Metro, la mayor obra de infraestructura destinada a movilidad en la historia de la ciudad. Su impacto se percibirá en varias aristas tales como movilidad, desarrollo urbano, y la proyección internacional de la capital, tanto para inversionistas como para turistas.

El proyecto del Metro de Quito busca solventar una de las necesidades urbanas más grandes: el transporte. La infraestructura de la ciudad tiene que crecer acorde, o más rápido, que el crecimiento poblacional de la misma, caso contrario el colapso es inevitable. Sin duda, una ciudad vanguardista requiere un sistema de transporte eficiente, que brinde el servicio adecuado a los ciudadanos y aún más, mejore su calidad de vida. Es así que, después de estudios, opiniones y muchos debates, el Metro está próximo a entrar en funcionamiento.

A día de hoy, esta mega estructura contempla la construcción de la Línea 1, la cual recorre 22km y conecta el Labrador con Quitumbe. El tiempo de recorrido de extremo a extremo es de 34 minutos, y se prevé que servirá aproximadamente a 400 mil pasajeros diarios. Esta obra implica procedimientos constructivos innovadores, así como también condiciones adecuadas dentro de las quince estaciones que el Metro recorre a lo largo de su trayecto. Las diferentes características, como su ubicación, hicieron que las estaciones representen su propio desafío, y por ello la estación del Metro de la Plaza San Francisco merece su mención aparte.

Estación Metro de Quito - Revista CLAVE

San Francisco

Estación San Francisco

La Línea 1 del Metro recorre longitudinalmente la ciudad, pasando por diferentes puntos e hitos que han sido referencia principal para la ubicación de sus estaciones. Uno de los puntos más importantes de este recorrido es, sin lugar a dudas, el Centro Histórico, el cual, debido a sus condiciones patrimoniales, tenía que ser tratado cuidadosamente y cumpliendo con todas las medidas necesarias de conservación y preservación.

La Estación que se encontraría en el casco colonial de la ciudad iba a tener características muy especiales, que harían de ella uno de los espacios más importantes de la Línea 1. Después de un extenso y profundo análisis, se determinó que la ubicación sería la Plaza de San Francisco, un espacio lleno de historia, además de ser patrimonio arquitectónico y monumental de la ciudad. Esta estación no solo resulta icónica por su ubicación y su carácter histórico, sino también por ser la más profunda de las quince y por el tipo de trabajos que fueron necesarios realizar para su construcción. 

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Ingreso Estación Metro

Patrimonio y Preservación

En el año 1978, el Centro Histórico de Quito fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, con lo cual las edificaciones que se encuentran a su alrededor, catalogadas como inmuebles patrimoniales, no pueden ser afectadas ni alteradas. San Francisco, una de las plazas más importantes y de gran simbolismo para los quiteños se encuentra dentro de estas construcciones, por lo que, al determinar que bajo la plaza se ubicaría la estación del Metro que lleva su nombre, todos los trabajos de construcción debían llevarse a cabo con el mayor cuidado para no afectar ni las edificaciones aledañas, y claro está, mantener intacta a la plaza. Es así que se contemplaron procesos de preservación patrimonial, validados tanto por la UNESCO, el Instituto Metropolitano de Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.

En primer lugar, para procurar la preservación de la plaza, fue necesario remover las piedras que la recubren; esto con el fin de poder acceder y llevar a cabo la obra en la parte subterránea de San Francisco. Las acciones realizadas en este proceso iniciaron en el año 2016 con la codificación de cada una de las 107.695 piedras, procediendo a removerlas y dejarlas bajo protección del Instituto Metropolitano de Patrimonio. Actualmente las piedras han sido colocadas en su sitio original, restituyendo la plaza en su totalidad.

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©Metro de Quito

Otro aspecto importante en esta estación fue el hallazgo de vestigios arqueológicos durante la excavación bajo la plaza. En un inicio se realizó un escáner a láser para conocer qué se podía encontrar debajo de la superficie, y posteriormente se llevaron a cabo investigaciones arqueológicas que constaten la información. Objetos cerámicos, elementos de construcciones antiguas como canales, bases en cangagua, fueron parte de los hallazgos. Se tiene previsto que estos restos arqueológicos sean exhibidos en el vestíbulo de la estación, considerando diferentes zonas en las que se muestre al público los elementos encontrados. Así, la estación también servirá para contar la historia de la plaza a través del tiempo.

Por último, uno de los grandes retos en la construcción de la Estación de San Francisco fue el acceso de pasajeros. Al inicio no se consideró el derrocamiento de predios ni su ubicación en medio de la plaza, más bien se buscó que se acople a lo que es el Centro Histórico. Es por ello que se decidió ejecutar el acceso a través de la casa patrimonial ubicada en la esquina de las calles Benalcázar y Sucre, en donde antiguamente se encontraba una agencia bancaria.

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©Informate-y-Punto

Este inmueble, al ser una casa de la época colonial, es considerado patrimonio arquitectónico de gran valor histórico. Por ello, como parte de la última fase de la construcción de la estación se están realizando trabajos de refuerzo que permitan mantener la fachada intacta, y a su vez adecuar su interior para el acceso de miles de pasajeros. En la estación se dispondrán espacios destinados a la exposición de la historia y el desarrollo del Centro Histórico, y además contará con accesibilidad universal para el fácil ingreso de personas con discapacidad o movilidad reducida.

Esta estación, distribuida en tres niveles subterráneos, es la séptima partiendo desde Quitumbe, y la novena desde El Labrador. Al interior cuenta con un paso peatonal ubicado bajo la Calle Cuenca, que conecta a los usuarios desde la Plaza de San Francisco hasta el Boulevard de la Av. 24 de Mayo, permitiendo una mejor conectividad entre el Metro y los sistemas de transporte tradicionales. Los usuarios de esta estación, desde los residentes de los sectores aledaños hasta los turistas que visitan el centro de Quito, serán parte del espacio más emblemático de la Línea 1 del Metro. La estación los recibirá con una imagen panorámica de nuestra ciudad que simboliza patrimonio y cultura, pero más aún, el trabajo de tantos quiteños que son parte de su historia.

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Estación Metro San Francisco

La construcción del Metro de Quito y sus estaciones representan un gran proyecto de infraestructura. Sin embargo, la Estación de San Francisco específicamente, resalta por ser una obra de preservación patrimonial de gran importancia y reconocimiento internacional. El Centro Histórico de Quito, el más grande y mejor conservado en Latinoamérica, junto con la Plaza de San Francisco, uno de los más emblemáticos espacios públicos de nuestra capital, son el elemento vivo de esta estación y le dan el carácter único de patrimonio y cultura.

No escapa nuestra atención que el Metro de Quito representó un tema de gran discusión para todos los ciudadanos al ser un proyecto de gran envergadura que incluyó procesos macro, alta inversión y complejidad constructiva. Pero la realidad es que es una obra de infraestructura que busca mejorar las condiciones de movilidad, tráfico, contaminación, tiempo y calidad de vida. En definitiva es un proyecto que, independientemente de la posición, transformará Quito, generando no solamente un cambio urbano, sino también un cambio social y evolutivo de lo que fue, de lo que es, y de lo que será nuestra ciudad.