Por: Alexis Guerrero
agosto – septiembre, 2011 |
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La Flaca, como la conocen todos, comparte con los lectores de CLAVE! noticias sobre sus futuros proyectos, su nuevo amor y posiblemente su nueva dirección domiciliaria.
Tu vida ha transcurrido siempre en Guayaquil?
Siempre he vivido aquí. Primero en Urdesa, luego en la Kenndy y ahora en Ciudad Colón.
¿Qué te atrajo de Ciudad Colón para vivir?
Soy amiga de Mauricio, el promotor del proyecto, y de Daniela, su mujer. Cuando me hablaron del proyecto me encantó y fui de las primeras en comprar casa ahí. Estoy acostumbrada a este sector de la ciudad, no podría vivir en Samborondón ni Vía a la Costa. Quería mudarme, pero a un lugar que me quede cerca de todo. Ciudad Colón está cerca al centro, donde está Ecuavisa, estoy cerca de mi mamá que vive en La Kennedy, y también a corta distancia de Samborondón, donde tengo amistades.
¿Hace cuánto tiempo te mudaste?
Hace cinco años, cuando me casé. La ubicación es perfecta, céntrica, si bien tiene tráfico, no se atranca porque tienes tres vías para entrar y salir. La seguridad es excelente, no he tenido ningún problema. Si no estás en una urbanización privada, hay mucho robo. Además hay áreas verdes, tres parques, una piscina y una cancha de tenis.
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¿Y entonces porqué trotabas en Samborondón cuando tuviste el accidente?
Yo no iba a estar en Samborondón ese día pero quedé con Pierina Uribe para ir a correr cerca de su casa, por eso fui. Generalmente corro en diferentes lugares para no aburrirme, a veces aquí, a veces en Los Ceibos, en Samborondón, en Urdesa o en la Espol. La ventaja de Samborondón es que tienes una vía larga. Si quieres correr largo es ideal.
¿Cuál es tu rutina diaria?
Me levanto a las 5 de la mañana. Los lunes, miércoles y viernes normalmente salgo a correr; los martes y jueves hago ciclismo. Esto me toma alrededor de una hora u hora y media. Regreso, me alisto y voy al canal. Por falta de tiempo he dejado la natación que formaba parte de mi entrenamiento para el triatlón.
¿Siempre corres en la calle?
Sí. Muy pocas veces voy al estadio a correr, es aburrido dar vueltas y vueltas, por eso prefiero la calle. Nunca salgo sola, corro con bastante gente, incluso ahora lo hago con un profesor brasilero. Practicar este deporte en Guayaquil es peligroso porque no hay lugares donde puedas correr sin que te atropellen!
¿Lección aprendida?
Pero es que no hay alternativa. En Guayaquil no hay lugar como en las ciudades grandes. No hay un parque del tamaño de La Carolina, en Quito, que tiene 4 km cada vuelta. No hay dónde entrenar. Los ciclistas enfrentan el mismo problema, tienen que salir a la Vía a la Costa o la Vía a Samborondón, pero haces deporte con los carros que te pasan por al lado y no respetan al deportista. Fíjate que en Quito los domingos cierran ciertas calles y se convierten en una ciclo vía. Sería fantástico que acá se hiciera algo así.
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¿El Parque de La Kennedy no es una alternativa?
Pero cada vuelta tiene 300 metros. Está bien para pasear pero no para entrenar. Ese parque es más pequeño que el Estadio Modelo, es bueno para quienes empiezan a trotar pero para los atletas no hay espacios. Tenemos que salir a la calle. Hay gente que trota en el Estero Salado pero tampoco es una vía larga, puedes hacer deporte recreativo pero no sirve para entrenar.
¿Tienes alguna propuesta en este sentido?
En otras ciudades hay ejemplos que podríamos replicar acá sin ningún problema. En Río de Janeiro hay calles que son para vehículos y otras exclusivamente para que la gente entrene. La ciclo vía que hay en Quito los domingo te permite andar 40km de ida y de regreso, ya sea en bicicleta, caminando o corriendo. Llegas hasta el Centro Histórico que es fantástico. Hay varias opciones que se aplican con éxito en otras ciudades. Acá hay que entrenar en contra vía, y aún cuando terminas de correr y cruzas la calle, te atropellan!
Hay una premisa que dice “sin áreas verdes, ciudadanos enfermos”, ¿estás de acuerdo?
Totalmente! Si no hago deporte me pongo de mal genio, me amargo. Luego del accidente pasé casi los dos meses que no pude entrenar. No sabes cuánto me costó, me desesperaba con todas esas endorfinas que
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no podía eliminar. El deporte es salud, el sedentarismo es negativo.
¿Dónde fue tu accidente?
Frente a la casa de Pierina, por el sector de la Parrillada del Ñato en Samborondón. Después de correr por la Vía a Samborondón crucé la calle a coger el carro. Es alto riesgo en una vía rapidísima que no tiene un paso peatonal, tienes que esperar la luz roja y ni así estás a salvo. Nosotros cruzamos con la luz roja, pero yo no alcancé ni a cruzar y el carro me golpéo y fui de cara.
¿Iba a alta velocidad?
No me acuerdo de nada. Escuché el frenazo y me levanté una hora más tarde en el hospital. Sé que la gente que estaba conmigo empezó a llama para pedir ayuda, que varios ciclistas hicieron parar un carro y me llevaron a emergencias, pero no recuerdo nada.
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¿Cuándo recobraste el sentido ya estabas operada?
Sí, me hicieron cirugía plástica en la frente, me cocieron los codos, me fisuré una costilla, me rompí la mandíbula en dos partes y perdí seis dientes. Lo de los dientes fue lo peor de todo. Me desperté demasiado adolorida.
¿El Presidente Correa y el Alcalde Nebot te mandaron flores…
Sí, la gente se portó súper chévere, me di cuenta que tengo a millón gente que me quiere mucho y se preocupa por mí. Fueron dos meses que no pude hacer nada, estuve fuera de pantalla, imposibilitada.
¿Te cambió la vida?
Valoro más la vida, tengo mayor respeto hacia todo, estoy más pendiente de las calles. La verdad me lo tomé con mucho humor porque a pesar de todo, estoy viva, estoy bien, y eso es lo más importante. Realmente hay gente que la está pasando muy mal, comparado con eso, mi desgracia es hasta divertida. Tanto así que hicimos una obra de teatro que se llamó “Precaución, Flaca cruzando”.
¿Qué tal te fue con la obra de teatro?
Fueron tres días de lleno total en el Centro de Arte en Guayaquil. Como hubo tantas versiones de lo que pasó, Paco Cuesta, que fue el mentalizador, propuso hacer una comedia con la historia contada desde tres enfoques: una, la empleada de Samborondón; otra, el guardia de seguridad; y otra, dos peluconas. Terminé diciendo que ninguna de las versiones es verdad, y eso es todo.
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¿Actuaste en estas tres supuestas versiones?
Sí, yo salgo en las tres. Sonreír es el mejor remedio para cualquier dolor. La verdad es que tienes dos opciones, o vivir amargada o reírte de lo que sucedió. Prefiero reírme de mí misma.
¡Los seguidores en Twitter fue una cosa de locos!
Cuando tuve el accidente comencé a subir a 1.000 seguidores por día. Cuando abrí la cuenta tenía 100.000 seguidores, ya en ese momento era la más seguida en el país. Después del accidente llegué a 150.000, fue una locura. Me llegó una información de una empresa de Twitter donde yo estaba en el número 5 de entre las 25 más influyentes.
Ese es un muy buen posicionamiento…
Claro, abrías el twitter y veías que todo era periodistas mientras que la mía hablaba de deportes, de comida, de mis cosas muy normales y naturales. No hablo de política ni de polémica, hablo de mis cosas personales. Pienso que la gente busca algo relax, ya están cansados de tanto problema.
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¿Crees que esa es la razón de tener tantos seguidores?
Puede ser. No entiendo porqué me siguen. La mayoría son niños y por eso tengo que cuidar mucho lo que pongo, pero es agradable sentir que la gente está pendiente de mí todo el tiempo. Si escribo me contestan al segundo y no puedo responder a todos, son 150.000, así que reviso los 10 primeros…
¿Te manejas desde el BlackBerry?
A veces, porque como ahora estoy con novio, me puede matar si me ve con el BlackBerry todo el día. De repente trato de mandar unos pocos twitts.
¿Te han contratado empresas para que hagas twitts?
Al principio muchos amigos míos que tienen empresas, me pedían que ponga twitts con tal o cual mensaje. En un momento dado los ayudaba, pero luego todo el mundo quería que lo haga. Esto no es un negocio, es un tema personal, pero tengo tantos seguidores que me han propuesto firmar un contrato para usar mi cuenta de Twitter.
¿Tú te consideras ya una marca?
Yo creo que mi nombre sí vende, tanto así que trato de no vincular mi nombre con muchas marcas. Quiero que mi nombre se asocie con algo deportivo o saludable, por la responsabilidad que tengo con la gente que me sigue.
Cambiando de tema, cuéntame de tu nuevo novio…
Es brasilero, trabaja en General Motors y lo trasladaron por tres años a Quito. Es cero televisión, cero farándula, cero todo, y me encanta que sea así. No le gusta figurar, para famosa, yo. A él mejor ni meterlo.
Si vive en Quito, ¿cómo lo conociste?
Lo conocí en una carrera cuando ya estaba divorciada y fui a Quito a competir. Él estaba en la misma carrera y yo estaba con Pierina. Teníamos que regresar de la Mitad del Mundo hacia Quito, hicimos dedo y él nos regresó. Así lo conocí.
¿Cómo se las arreglan entre Quito y Guayaquil?
Nos vemos los fines de semana. Él viene o yo voy. No es fácil pero así es todo al principio. Creo que a la larga yo voy a terminar yéndome a vivir a Quito.
¿Te gusta Quito?
Me encanta, Quito me encanta para vivir. Me gusta el sector del Quito Tenis que es donde él vive. Además, estando en esa altura es fantástico para entrenar. Correr o hacer ciclismo en el Parque La Carolina, en el Parque Metropolitano o en El Chaquiñán es algo que disfruto mucho. Hacemos deporte juntos, de hecho nos íbamos a competir en un Ironman en Orlando cuando tuve el accidente y él se quedó conmigo, tampoco fue a la competencia.
¿Es soltero o divorciado?
Es soltero, nunca se ha casado y no tiene hijos. Habla mandarín, portugués, inglés y el español lo habla perfecto.
¿Piensas casarte?
Si todo sale bien si. Él es un buen hombre. Por lo pronto hay tres años más en Ecuador, después de eso, quién sabe si nos iríamos a vivir a Brasil.
¿Quieres tener bebés?
Sí, claro que quiero ser mamá. Quiero tener un hijo, pero el próximo año.
¿Cómo te ves de aquí a diez años?
No me gusta hablar del futuro porque uno nunca sabe qué va a pasar. Mira lo que me pasó a mí, casi me muero. Mejor vivo mi presente. Hay muchas cosas para gozar en este momento como para pensar en lo que va a pasar después. Obviamente ahorro e invierto mi dinero para el futuro, pero ahorita vivo mi presente y lo disfruto mucho. Lo que sí quisiera es seguir en televisión.
¿Quisieras proyectarte en entretenimiento, periodismo, deportes?
Lo mío es entretenimiento y deportes. Me acuerdo claramente cuando el Presidente Correa me llamó a mi celular a decirme si quería ser Asambleísta. Él me cae bien, pero yo le dije la verdad, que me está faltando al respeto, que si quiere me hable del mundial de fútbol pero que yo de política no sé nada. No había leído ni la Constitución! ¿Qué podía ser asambleísta? Yo soy realista y no voy a hacer algo por fama. Lo mío es entretenimiento y deportes y punto.
¿La política no te interesa ni un poquito?
Para nada. No sé nada de política. No me interesa. Para eso están los políticos, no yo. Toda la vida he hecho entretenimiento y deportes, y no me voy a poner ahora, por plata o desesperación, a hacer otra cosa. Estoy bien enfocada en eso. Es más quisiera dedicar más tiempo a entrenar para competir.
¿Cómo sería la casa de tus sueños?
Soy totalmente descomplicada. Me gustaría vivir en una casa que tenga mucha área verde donde pueda dejar mis bicicletas, que tenga piscina, que la decoración no sea muy recargada, más bien de estilo moderno.
¿Te veremos por Quito próximamente?
Si todo sale bien voy a vivir en Quito más rápido de lo que imaginas.
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