Por Caridad Vela
Su nombre resuena en la mente de quienes transitamos por los caminos de la comunicación y el periodismo. Entre todos nos conocemos, a veces no físicamente, pero siempre sabemos quién está dónde y a qué se debe el éxito, o el fracaso, de cada medio de comunicación.
María Teresa Escobar fue directora de Primicias hasta hace pocos meses. Ella es la mente detrás de una impecable labor periodística cuyo norte está diametralmente opuesto a la búsqueda de likes. Investigar, aprender, entender, y reportear con verdad, sin insultos ni ofensas, es la consigna que tiene escrita en piedra en el propósito de su profesión.
Ella, rápida de mente y pausada al hablar, me recibe en su hogar. Me inquietaba saber sobre su nuevo proyecto. Primicias quedo atrás y su vida da un nuevo giro de timón: Youtopia + RETT, un nuevo medio de comunicación en el que se asocia con Estéfani Espín y Marco Arauz, una trilogía que suma lo que todo medio quiere tener.
¿Por qué dejaste Primicias?
Desde el comienzo me lo planteé como un trabajo para un período determinado, el necesario para dejar un equipo consolidado que tome el relevo. Los medios ya no son monolíticos, cambian, se transforman todos los días, y yo no tengo todas las respuestas. En mi carrera fui la analista a la que llamaron para cargos fríos, para manejar números y estadísticas. Ahora quiero seguir contribuyendo e involucrándome en cosas que me llenen, pero desde otro ángulo.
¿Cuál es ese nuevo ángulo?
Voy por un periodismo más humano, basado en experiencias de vida de gente común y corriente. Mi período de entrevistar al poder político, al poder económico e intelectual quedó atrás. Hoy quiero saber qué pasa con la gente. Los medios no solamente están para ser rentables, que sí es importante porque hay que pagar a los periodistas, pero mi misión tiene que trascender la parte comercial para contribuir a la sociedad. Al fin y al cabo los periodistas somos los únicos que salimos a hablar con la gente, que nos preocupamos por los problemas y, si hacemos bien nuestra labor, contaremos la verdad.
¿Cómo se llama el nuevo medio de comunicación?
Youtopia + RETT. Nace de la unión del portal Youtopia de Marco Arauz y la Fundación RETT de Estéfani Espín. Estamos convencidos de que juntos podemos cambiar la mirada sobre nuestra realidad, abordando historias y debates sobre discapacidad, inclusión, medioambiente y sostenibilidad en Ecuador. No se parece en nada a Primicias, cubrirá temas de los cuales el país también necesita hablar.
¿Cómo empezar ese cambio?
Debemos dejar de tratar a los ecuatorianos como población y entenderlos como individuos, porque ese debate ahorita no se ve tan claro y la situación que vive Ecuador, que es de largo plazo, nos llevará a un punto en el que tendremos que volver la mirada a la gente.
¿Te refieres a la crisis de violencia?
Sí, y eso tiene una razón de ser, no solo aquí sino en el mundo entero: los políticos se han divorciado de la realidad. Si te pregunto a cuál admiras seguramente mantienes silencio, más aun después de ver lo que pasó, por ejemplo, en el último debate entre quienes estaban de candidatos a la presidencia de Estados Unidos.
La realidad se ha vuelto muy compleja
Tanto así que no descarto que venga una camada nueva de jóvenes políticos conectados con la gente, con la realidad, pero urge empezar a hablar de estos temas, no con mirada compasiva y caritativa donde se piensa que regalar y donar es hacer mucho. La sociedad civil ecuatoriana tendrá que empoderarse si quiere superar lo que estamos viviendo, que es muy duro.
¿La sociedad como generadora del cambio?
Los cambios que Ecuador necesita no van a salir de una asamblea, ni de un presidente, ni de los ministros, van a salir de la gente uniéndose para hacer un tejido cohesionado de la sociedad civil. Eso sucederá cuando haya un “ya basta” fuerte y claro, y no me refiero a una revolución sino al efecto que tiene el poder civil.
¿Qué transformaciones serían las fundamentales?
No lo sé, porque yo veo el mundo desde mi realidad y vivo en una burbuja, por eso es tan importante un debate que nazca desde la raíz de la sociedad. No podemos seguir esperando que venga un Mesías y nos resuelva la vida. Tenemos un presidente joven al que le ha tocado muy duro, y hace su esfuerzo, pero la solución no viene de los líderes políticos, las verdaderas transformaciones vienen de los ciudadanos que ejercen presión colectiva positiva, no con violencia ni con paros, sino con acciones y reclamos concretos que despiertan a los líderes políticos y los anclan a la realidad.
Hay ejemplos en la historia…
Estuve en Polonia hace algunas semanas conociendo su historia y hablando con su gente. Son una sociedad civil fuerte, empoderada, que se ha levantado mil veces para defender la existencia de su país, no para defender a un partido político ni una idea vaga de algo, han luchado para que su país exista y prospere. Colombia es otro ejemplo que no ha acabado de salir de la guerra, pero el cambio empezó cuando la sociedad civil se hartó y empezó a hablar de temas más allá de la política. Por ejemplo, de las víctimas del conflicto. Los periodistas se pusieron a la tarea de investigar y producir informes sobre los hechos que nos habían sacudido como nación. Fue un baño de verdad absolutamente necesario.
¿Nos hace falta ese baño de verdad?
Sí, y eso no te lo van a decir los políticos. Ellos no están programados para decir la verdad, eso es contrario a su oficio, al discurso practicado. La verdad solo puede venir de la gente, de los periodistas, académicos, estudiantes, campesinos, indígenas, etc., porque no hay una verdad absoluta, cada uno vive su propia realidad, y eso hay que contarlo para el presente, para el futuro y para la historia.
¿Esa será la línea de Youtopia + RETT?
Sí, es esa, es explicar la verdadera realidad, pero para eso primero tengo que investigarla y entenderla. Si la vida me dio las herramientas y me enseñó a analizar, a conseguir datos, a escudriñar y hacer inteligencia, mi obligación es usar esas herramientas para el bien. Hay cosas desgarradoras. He empezado algunos reportajes y veo que hay situaciones que daba por ciertas y no lo son.
¿Por ejemplo?
He defendido el capitalismo, pero después de vivir y leer a los grandes filósofos de la economía le estoy encontrando las grietas. La cobija no alcanza para todos, esa es la realidad. No creo en el socialismo, mi espina dorsal es la defensa de la libertad, y el socialismo y el comunismo no son sistemas en los que la libertad pueda florecer. Soy liberal, pienso que la salida no es con regímenes ni líderes autoritarios, sean de izquierda o derecha; tienen que ser democráticas, deben venir de la gente, y la gente tiene que ser libre para expresar lo que piensa, y que lo que dice se tenga en cuenta.
La libertad de expresión tiene líneas grises, ¿cuál es la que nunca atravesarías?
Nunca inventaría noticias. No me gusta la vulgaridad o los insultos, los veo como la sombra del fanatismo. Si recurres a ellos es porque no hiciste bien tu trabajo, no tienes toda la data, los hechos, las versiones. Si tienes que menospreciar a alguien es porque no tienes argumentos para respaldar la información. Siempre hay gente que se enoja y quiere callarte, pero si dices la verdad no debes tener miedo, y si te equivocas debes rectificar y reconocer abiertamente los errores. La verdad es un prisma que tiene muchos colores, las verdades absolutas no existen. Me gana más la curiosidad que la soberbia, prefiero no figurar.
En Youtopia + RETT conoceremos otra faceta tuya…
Quiero encontrar qué pasa más allá de toda nuestra gran burbuja. Contaré historias para gente joven, hay que hablarles a ellos y debatir con ellos, crear conciencia. Los jóvenes son mejores que nosotros, tienen sensibilidades que admiro, plantean nuevos debates que no son las mismas luchas por el poder y los conflictos estériles. El mayor riesgo que corre Ecuador es caer en el nihilismo, sentir que nada funciona, que no hay más opción que salir de aquí.
Es un año de elecciones, ¿qué piensas del futuro inmediato?
Ningún candidato ni líder político en Ecuador me representa, con ninguno tengo afinidad. Soy liberal y no veo ese discurso ni esa profundidad o visión de futuro, veo que apagan incendios. No hay defensa de los derechos humanos que para mí es tan importante, ni compromiso con la gente que no sea el asistencialista o caritativo.
¿Eres feminista?
No con esa etiqueta, pero tal vez sí. Al principio lo fui de manera inconsciente. Nunca pensé que había algo que no podía hacer o que ganaría menos que un hombre. Creo firmemente que las mujeres en Ecuador todavía tienen muchos espacios para conquistar. La paridad de género en las candidaturas políticas es un primer paso, pero me parece forzado porque las mujeres no debemos ser una cuota sino una fuerza con la que la sociedad pueda contar.
Estás frente a un nuevo primer día…
La vida ha sido muy generosa conmigo, y siento la necesidad de retribuir lo mucho que he recibido. Llegué a Primicias después de un importante proceso de selección y habiendo entendido que quienes estaban detrás son gente decente. Mi primer día fue trabajando en una esquina del escritorio de Juanita Ordóñez, ahora dejo Primicias con los mejores periodistas de Ecuador. Son una generación nueva, brillantes periodistas alfanuméricos, tecnológicos que tienen una mística de trabajo increíble.
¿Cuál fue el más grande desafío?
El armado de Primicias era una locura, hay un montón de trabajo en tecnología que es como un cerebro con una gran base de datos, y había que estructurarla, indexarla para que sirva. Teníamos las ideas, había que darles forma. Fue como armar un buque de esos súper gigantes que llegan en cajitas y con tornillos por separado. Te toca juntar todas las piezas y echarlo al agua, sin saber si navega o se hunde. Afortunadamente navegó.
Y creció
Creció en todo sentido. Contratamos más periodistas, abrimos oficinas en Guayaquil, porque fue ahí donde Primicias hizo su boom. Nos convertimos en un medio nacional y necesitábamos tener corresponsales dispersos en todas las provincias. El periodista local es vital, nadie sabe como él lo que sucede en su zona, a través de ellos tuvimos una voz que reporteaba información de primera mano desde cada rincón del país. Ecuador es una sola nación, y Primicias la cubre.
¿Satisfecha?
Imagínate mi satisfacción cuando al primer año de existencia merecimos el Premio a la Innovación Periodística, entregado por la Cámara de Comercio de Guayaquil. La línea de Primicias es de análisis más que de opinión, la información se sustenta en datos, los temas se tratan objetivamente, no políticamente, y eso decantó en el principal atributo de Primicias: credibilidad.