Guayaquil
Un pedazo de México en Samborondón
La Doña”, ubicada en el exclusivo malecón de Plaza Lagos, ofrece una experiencia que todo amante de la comida mexicana debe probar. Es el restaurante recomendado por locales, y su éxito se debe a la conjugación ideal de gastronomía, ambiente y servicio de primera.
Sin todavía mirar la carta el ambiente nos traslada a México. La decoración destaca tradiciones de ese colorido país, resaltando elementos artesanales e íconos culturales, que sin duda alguna son el perfecto abre boca para lo que se viene por delante.
El menú hace de lo suyo tentando la curiosidad gastronómica de cada uno. Hay opciones para todos los paladares y para cualquier tipo de antojito. El chef rescata en cada preparación los sabores característicos y auténticos del país.
Las tortillas de trigo y maíz brillan por la originalidad en su preparación, mientras que los burritos y las quesadillas son de los platos más apetecidos por los recurrentes. La cazuela de queso fundido con chorizo, las tostadas de pangora y los tacos de camarón no se quedan atrás. Sin embargo, el plato estrella es uno de los más completos que se ofrece. Se trata de los nachos “María Bonita”, que debe su nombre a la canción que Agustín Lara, reconocido cantautor mexicano, le dedicó a María Félix.
Los postres son otro manjar. Dentro de los más demandados por los clientes están los churros, especialidad de la casa que se convierte en el broche de oro para finalizar esta travesía gastronómica mexicana.
Para esas tardes con amigos La Doña ofrece un bar especializado en cocteles. Se trata del “Bar Negrete”, llamado así en memoria del esposo de María Félix, Jorge Negrete. Su especialidad, obviamente, son los margaritas. No es de sorprenderse, pues los mexicanos perfeccionaron el arte de mezclar el tequila con limón.
Por si le quedaba alguna duda, sí, La Doña lleva su nombre por María de los Ángeles Félix Güereña, la reconocida actriz mexicana. Es por ello que, en términos decorativos, es un cuadro de ella el que atrapa el protagonismo del restaurante. A través de retratos y frases representativas se rinde tributo a esta mujer que se convirtió en ícono nacional, por su carácter de fortaleza y su trabajo en la Época de Oro del cine mexicano.
Después de siete años de atender al público sus anfitriones siguen recibiendo a sus clientes con una sonrisa y servicio personalizado. El exitoso resultado es evidente. Si la decoración es lo primero que invita a entrar, la comida es la razón por la que uno siempre quiere volver.