Por Natalia Gandarillas
El impacto que tienen el transporte y la movilidad en el ambiente, en la economía y en la sociedad a nivel global es sumamente importante, y requiere de acciones urgentes para su manejo. De acuerdo a cifras tomadas de los documentos temáticos desarrollados para la consecución de la Nueva Agenda Urbana (NAU), en 2010 el transporte generó el 23% del total de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Esto no sólo aporta negativamente al Cambio Climático, sino también a la sociedad. En 2012 se estimó que se provocaron 3,7 millones de muertes prematuras en todo el mundo debido a la contaminación del aire, ocasionado en buena medida por el transporte urbano.
A su vez, el impacto que tiene el transporte y la movilidad sobre la economía de un país, es considerable. La congestión del tráfico en las ciudades no sólo aumenta la contaminación del aire local, sino que también causa pérdidas económicas generadas por el desperdicio de tiempo que requieren las personas para movilizarse, así como el desperdicio de combustibles. Por ejemplo, en Estados Unidos, el tiempo inútil por tráfico generó una pérdida del 0,7% del PIB, en Reino Unido el 1,2% y en Lima, Perú, el 10% donde en promedio los ciudadanos requirieron cuatro horas diarias en movilización. Esto según cifras de los documentos temáticos de la NAU.
Sin embargo, el transporte y la movilidad tienen también efectos positivos en la economía y en la sociedad, por lo que es preciso buscar modelos sostenibles que eliminen o reduzcan los efectos negativos mencionados anteriormente. En este marco, la NAU define que “la movilidad sostenible tiene que ver con la calidad y la eficiencia de llegar a destinos cuyas distancias se reducen. En consecuencia, la movilidad urbana sostenible está determinada por el grado en que la ciudad en su conjunto es accesible a todos sus residentes (…)”.
Bajo este contexto, el Concejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES) llevó a cabo el IV Foro Internacional de Ciudades Inteligentes y Sustentables en la ciudad de Quito, el pasado mes de septiembre. El Foro contó con la presencia del Economista Juan Tapia, experto en transporte y movilidad sostenible y Presidente Ejecutivo del Centro de Investigación y Asesoría del Transporte Terrestre (CIDATT) de la ciudad de Lima, Perú, quien compartió con CLAVE! las problemáticas de la movilidad urbana actual y los desafíos para alcanzar su sostenibilidad.
¿Cómo los medios de transporte afectan a la salud?
La contaminación ambiental que generan, principalmente los que utilizan energías fósiles, es muy alta. Actualmente, organizaciones como la OMS, los gobiernos, y otros, han desarrollado normas ambientales de calidad de aire, con el fin de establecer límites permisibles de concentración de contaminantes. El propósito de estas normas es proteger la salud de la población, particularmente de los grupos con mayor susceptibilidad.
La población que más sufre de afecciones respiratorias y que mayor consecuencia tiene debido a la exposición permanente al aire contaminado, es la población infantil. Exponerlos al aire contaminado hace que almacenen partículas tipo PM10 y PM2.5 en sus pulmones, afectando gravemente su proceso de crecimiento y desarrollo. No en vano, gobiernos locales como el de Ciudad de México prohíben que salgan a las escuelas y calles durante los días en que los límites permisibles de concentración de contaminantes en el aire superan los rangos de tolerancia del ser humano.
Asimismo, los índices de fallecimiento por enfermedades de infecciones respiratorias agudas, debido a la alta acumulación de partículas tipo PM10 y PM2.5 almacenadas en los pulmones de las personas va en aumento. En 2005, datos oficiales informaron que ese año murieron cerca de 5.000 personas por esta causa en Lima, Perú. Lamentablemente son muertes “silenciosas”, que todavía no han generado mayores alertas en los gobiernos y población en general.
Sin embargo, en el marco de un crecimiento urbano acelerado como el actual, la movilidad es una necesidad imperante, pero no de menor importancia son las consecuencias que genera en el ambiente y en la salud del ser humano. En este contexto, el factor de desplazamiento eficiente dentro de la movilidad urbana, juega un papel importante como estrategia para alcanzar la sostenibilidad.
¿Desplazamientos eficientes?
Para comprender la relación entre desplazamiento y movilidad sostenible, en primer lugar es preciso tomar consciencia que la acción más realizada por una persona en su diario vivir, es el desplazamiento entre un lugar y otro. Puede ser desde la cama hasta la cocina, o desde la casa al lugar de trabajo, es movilidad.
Cuando la acción de desplazarse no se la puede realizar con el cuerpo humano como “único medio de transporte”, requerimos de otros medios como son: bicicleta, moto, auto, taxi, bus, el metro, etc. Todos estos medios de transporte generan, en diferentes niveles, impacto en el entorno urbano, en el medio ambiente, en la sociedad y en la economía. Por lo tanto, la suma de desplazamientos humanos que absorbe una ciudad debe ser lo más eficiente, para que su impacto sea el menor posible.
¿Soluciones para alcanzar la movilidad sostenible?
El primer gran paso es implementar Sistemas Integrados de Transporte (SIT) que sean tan efectivos y eficientes que por sí solos puedan reemplazar al máximo al micro transporte (vehículo privado), brindando un servicio seguro y de alta calidad a la ciudadanía.
Un Sistema Integrado de Transporte implica que una persona pueda viajar tramos de su recorrido en distintos medios, y de la forma más rápida y eficiente. Para ello, principalmente se requiere de:
- Rediseño del recorrido de transporte existente, para reducir desplazamientos innecesarios,
- Integración entre varios tipos de transporte urbano como buses de gran capacidad, metro, teleféricos y otros existentes en las ciudades,
- Mejorar la tecnología de combustibles usados y/o las emisiones generadas por los sistemas de transporte utilizados,
- Implementación de un sistema de cobro unificado para reducir costos, así como tiempos de viaje,
- Implementación de tecnología que brinde seguridad y eficiencia en el sistema.
¿Cómo lograrlo?
Para alcanzar la movilidad sostenible no se requiere de mucho tiempo ni muchos recursos económicos. Durante mi trayectoria profesional he visto cambios muy significativos en varias ciudades de Latinoamérica, realizados en no más de cuatro años y sin mayor inversión. El gran reto está en contar con líderes, generalmente alcaldes y a veces representantes de la ciudadanía, que tengan una visión clara y la voluntad política para generar cambios. Uno de los mayores a gestionar en las ciudades de América Latina es la integración, o no, de los buses privados existentes.
¿Qué pasa con los buses privados?
El sistema de transporte urbano individual (buses) puede ser un aliado estratégico para un plan de SIT en una ciudad. Sin embargo, si no se integran adecuadamente a los SIT, están destinados a desaparecer. Por ejemplo, en Lima, Bogotá, Ciudad de México y Guayaquil, los alcaldes lograron trabajar de la mano con los transportistas privados para incorporarlos dentro de un sistema integrado, ordenado, eficaz y eficiente. Contrario a esto, en Santiago de Chile, los transportistas no quisieron formar parte del SIT por lo que, con la implementación de un sistema eficiente y que no maltrata al usuario, dejaron de ser atractivos para los pasajeros. Consecuentemente, desaparecieron los buses privados y no articulados al SIT en esa ciudad.
Como se puede observar, alcanzar un modelo de movilidad sostenible no solo mejora la experiencia de desplazarse diariamente en las ciudades, sino también, las ciudades se recuperan urbanísticamente, la gente vuelve a caminar en las calles, se generan más áreas de espacio público, y la ciudad, en sí misma, comienza a integrarse.