Por Caridad Vela
Guayaquil es ícono de transformación, es evidencia viva de que el trabajo honesto y el esfuerzo planificado exceden los resultados esperados. Durante las últimas décadas del siglo pasado la ciudad vivió nefastas suertes, cayó en un inmenso desastre administrativo, pero encontró en esas profundidades la oportunidad de reinventarse.
Fue el Partido Social Cristiano, bajo el liderazgo de León Febres Cordero, quien se echó al hombro la responsabilidad de recuperar la ciudad. Terminado su período tomó la posta el Abog. Jaime Nebot, quien durante 19 años ha sumado aciertos, uno tras otro, hasta convertir al Municipio de Guayaquil en ejemplo de administración pública.
Implementó modelos de planificación y acción diferentes, creó un concepto de planificación urbana integral para intervenir en zonas degradadas, asumió responsabilidades que excedían su ámbito de acción, articuló la transformación integrada que ahora presenta Guayaquil, y se retira del cabildo dejando un legado que debería convertirse en manual de estudio para los nuevos alcaldes del país. La ruta está trazada, las pruebas de error y acierto han sido superadas, ahora sí, la mesa está servida.
Harían falta muchas páginas para detallar la gestión del Abog. Nebot. Esta entrevista tal vez no demuestra sus aciertos en su justa dimensión, pero traza una línea muy clara a seguir.
¿Con qué visión se estructuró su plan de acción para transformar la Ciudad?
Partiendo del conocimiento de los problemas, priorizando lo que afecta a los más necesitados, generando paralelamente importantes obras, y actuando con pasión de servicio, con entereza, rectitud, eficacia y solidaridad.
¿En base a qué mecanismos?
Invirtiendo mucho y gastando poco, el 85% de los ingresos se invirtió, y se gastó solo el 15%; endeudándose solo para hacer obra pública, a largo plazo y bajos intereses; contando con el personal indispensable, tenemos menos empleados que León Febres Cordero en el año 2000, con un presupuesto casi ocho veces más grande; ganándose la confianza y respeto de la empresa privada nacional e internacional; y apuntando a mejorar la recaudación por la vía del crecimiento y no por el incremento de impuestos. Las empresas públicas municipales, sus corporaciones y fundaciones, siguen también este modelo.
¿En qué aspectos que no son competencia directa del municipio se involucró?
El primero en luchar para obtener, como en efecto obtuvimos, una serie de competencias que fortalecen la vigencia de la autonomía municipal y permiten prosperar en libertad. El respeto a las autonomías es el respeto a la diversidad, y el respeto a la diversidad es la consolidación de la unidad nacional.
Concretemos…
En concreto, en los siguientes campos: lucha contra la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo (programa amiga ya no estas sola); protección real de los océanos, ríos y esteros, entre otras cosas como la ordenanza que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso, que deben ser sustituidos por productos reciclados o biodegradables. Salud gratuita con 8 hospitales del día, 36 clínicas móviles, exámenes y medicinas gratuitas, y brigadas de fumigación y atención a mascotas, beneficiando a más de medio millón de personas cada año.
¿En educación y tecnología?
Libros gratuitos, laboratorios de computación e inglés en escuelas y colegios, becas de amparo, tablets para los bachilleres, internet gratuito y sin cable para los ciudadanos, centros de emprendimiento, banca de oportunidades y ahora la innovación a través de una comisión integrada por la academia, la empresa privada y el municipio, con asesoría extranjera.
¿En conectividad con otros cantones?
Los puentes sobre el Daule que unen Guayaquil con Samborondón y Daule; la aerovía; la metro vía y el dragado del canal de acceso a los puertos, y el impulso al Puerto de Aguas Profundas de Posorja.
¿Cuáles son las obras más representativas de su gestión?
Una. Servir. Servir es cambiar para bien la vida de los ciudadanos, especialmente de los que más necesitan, que hay que hacerlo con obras no con palabras, sumando y no restando, no con promesas falsas sino con compromisos cumplidos, construyendo y no destruyendo. Se puede servir a través de las muchísimas obras que ya he descrito, y a las que quiero añadir la regeneración urbana que ha transformado Guayaquil, no solo a su ornato, sino generando decenas de miles de plazas de empleo, moviendo la economía, valorizando las propiedades, creando espacios de entretenimiento gratuito y de cultura, que han sido factor básico para convertir a Guayaquil en la ciudad más visitada de Ecuador. Pero sobre todo, generando la gran autoestima que hoy caracteriza a quienes viven en Guayaquil.
¿Es partidario de las concesiones y/o alianzas público-privadas para desarrollar obras y atender servicios?
Si, por supuesto, porque se ejecutan importantes proyectos sin utilizar dinero del municipio ni endeudarse. Además, los servicios resultan más baratos y de mayor calidad, y no se aumenta el personal municipal. Ejemplos en Guayaquil: agua potable y alcantarillado, aeropuerto internacional, metro vía, puertos y dragado de su canal de acceso. En este modelo el Estado no se desprende de sus bienes, por el contrario, adquiere bienes, cede la administración y obtiene dinero a base del riesgo y trabajo del inversionista. Eso si, hay que negociar bien, por ejemplo, la concesión del aeropuerto de Guayaquil nos genera puntualmente el 55% de los ingresos brutos regulados del aeropuerto.
¿Alguna obra que faltó por hacer?
En lo conceptual, la lucha por la prosperidad es un proceso que nunca termina, pues los logros deben ampliarse y siempre nacen necesidades que satisfacer en la práctica. Mis cuatro compromisos electorales, que corresponden a mis cuatro alcaldías, fueron íntegramente cumplidos. Incluso hice más obras de las que me comprometí. Es fácil comprobarlo.
¿Vivió situaciones de corrupción en el municipio? Como las enfrentó?
Solo en asuntos menores que estuvieron a cargo de personal de menor rango. Fueron casos de excepción que se enfrentaron aplicando a los responsables todas las sanciones administrativas, legales y hasta penales, contempladas en la ley.
¿El Gran Guayaquil debería convertirse en Distrito Metropolitano?
Podría, pero qué se logra? Tener un asambleísta más, y qué se gana con eso? Adquirir más competencias? Y cuáles le faltan a Guayaquil? Ya tiene tránsito, dragado del canal de acceso a los puertos, aeropuerto, aerovía, bomberos, registro civil, registro de la propiedad, terminal terrestre, metro vía; recuperó agua potable y alcantarillado y sus puertos públicos están concesionados. No soy excluyente sino incluyente, prefiero hacer realidad, como lo estamos haciendo, el Gran Guayaquil que abarca un enorme territorio solo separado por una red fluvial, como Durán, Daule, Samborondón, Milagro, e incluso Babahoyo.
¿Aceptaría la candidatura a la presidencia de la República en las próximas elecciones?
Lo importante no es que yo llegue a la presidencia sino que el pueblo llegue, por fin, al poder. Los ecuatorianos de todas las regiones del país, de toda condición económica y social, pero especialmente los jóvenes, los pobres y la clase media, deben alcanzar, a paso firme, sin vuelta atrás, la prosperidad que necesitan.