Por Caridad Vela
En Kubiec decidimos que nuestro objetivo no es vender techos, es vender energía, transmitiendo el concepto de que al construir se debe colocar paneles solares. Puede costar un poco más, pero más importante que el valor monetario de la inversión es entender que el planeta ya no aguanta más
La sostenibilidad dejó de ser tendencia para convertirse en práctica común, tan es así que quien no la implementa en sus procesos pronto estará fuera del juego. Las consecuencias de nuestro abuso en el pasado se reflejan en el presente, y si no queremos un mañana lleno de desastres naturales y climas extremos, las rectificaciones son de carácter urgente.
Henry Yandún no pertenece a la generación que nació con esta inquietud, en su colegio seguramente no había materias relacionadas con el medio ambiente, sin embargo, por conciencia propia salió de la comodidad del sistema industrial tradicional y transformó su empresa, Kubiec, hacia la sostenibilidad.
Además de ser presidente ejecutivo de Kubiec, es presidente del directorio de Constructores Positivos. Estas dos posiciones le han permitido entender el fenómeno de la industria de la construcción desde varias aristas, alcanzar importantes conclusiones y tomar acciones relevantes. Empieza esta entrevista afirmando que “la energía es tan barata en Ecuador que hay mucho desperdicio, si fuese más cara tendríamos más cuidado”.

Henry Yandún, presidente ejecutivo KUBIEC
¿Cómo presionar la transición hacia lo sustentable?
Educando al consumidor. Estamos en un momento tan dramático que es irresponsable no hacer esta transición. En Kubiec decidimos hace algunos años que nuestro objetivo no es vender techos, es vender energía, transmitiendo el concepto de que al construir se debe colocar paneles solares. Puede costar un poco más, pero terminará siendo gratis con el ahorro que generará a futuro. Más importante que el valor monetario de la inversión inicial es entender que el planeta ya no aguanta más.
¿Cuál es el mayor desafío?
Conseguir recursos para lograr créditos a tasas de interés más bajas a cambio de construir con conciencia ambiental, es decir, motivar la construcción sustentable. En Ecuador deberían surgir motivaciones desde el sector público a través de beneficios tributarios, o, en su defecto, castigos tributarios a quien no construye bajo parámetros de sostenibilidad.
¿Las prácticas sostenibles en la construcción en Ecuador han echado raíces?
Tardíamente, pero estamos tomando consciencia. Conocimiento hay, se ha entendido la teoría, pero en la práctica vamos paso a paso. Hace un año estuvimos en una conferencia en Cuenca con speakers internacionales de altísimo calibre, y al verificar lo que sucede en Colombia nos percatamos de que Ecuador está diez años atrás en este tipo de iniciativas. Es hora de acelerar el paso, de esperar que las autoridades tracen el rumbo y enfocarnos en esa meta.
¿Hay normativa al respecto?
Es más lo que se ha hecho en base a iniciativas privadas que lo que exigen leyes y normas. El marco legal que tenemos es desordenado, estamos haciendo esfuerzos con las instituciones públicas para apoyar una mejor organización de esta normativa para que sea eficiente. Es un tema urgente, no se puede esperar más. El 41% de la generación de huella de carbono en el planeta corresponde a la construcción.
Subsanar ese nivel de daño es una gran responsabilidad
Exacto. Y no es porque los constructores hagamos mal nuestro trabajo, sino porque todo lo que hay a nuestro alrededor es construcción. La calle que transitamos, el poste que sostiene la luminaria pública, las casas, oficinas, museos, la fabricación de materiales que usamos para esta industria y todo lo que nos rodea es construcción. Pero el mayor descuido está en no considerar la vida útil de los edificios y los niveles de consumo energético que alcanzan a lo largo del tiempo.
¿Cuál es la solución?
Modificar nuestros hábitos constructivos. Los que tenemos más experiencia somos de la generación de constructores que empezó sus actividades en una época en la que no había mayor preocupación por la contaminación ambiental, pero tenemos que entender que la mayoría de personas que en los próximos cinco años tomarán la decisión de comprar vivienda nacieron en un mundo que ya tiene la inquietud de la protección al medio ambiente. Ellos forzarán el cambio.

Henry Yandún
Ya que la demanda presiona la oferta, ¿este sería un tema impostergable?
Hace pocos años hablábamos del mundo que queremos dejar a nuestros nietos, pero la afectación al medio ambiente ha avanzado a tal velocidad que ya ni siquiera pensamos en lo que queremos dejar a nuestros hijos, sino en qué mundo queremos vivir nosotros, porque ese futuro ya está aquí. Estamos viviendo el descontrol de un orden que creíamos controlar. En Constructores Positivos nos auto imponemos motivaciones, pero el camino es cuesta arriba.
¿Por falta de recursos económicos?
En Ecuador hay escasez de recursos financieros para construcción y compra de vivienda sostenible, pero ahora que el mundo está a distancia de un click hemos descubierto que hay trillones de dólares disponibles para asuntos relacionados con sostenibilidad. Están apareciendo en Ecuador estos “fondos verdes”, que nacen de entidades privadas en el mundo y están dirigidos a empresas privadas, para financiar, por ejemplo, instalación de sistemas solares de gran escala. Hay dinero para esto, otros países lo aprovechan y Ecuador debe integrarse a estas estrategias.
¿Cuál fue el primer paso que dio Kubiec para migrar hacia la sostenibilidad?
Kubiec existe para acelerar el cambio hacia una construcción sustentable, ese es nuestro propósito, y nos lo tomamos muy en serio. Una cosa es escribir la frase, otra es respaldarla con decisiones de fondo. Medimos la huella de carbono que dejan nuestras actividades con una empresa especializada, luego contratamos otra empresa que audita esos resultados. Medimos la contaminación que genera nuestro proceso productivo sin dejar detalle por fuera. Por ejemplo, cuánta energía se consume en el transporte de cada funcionario hacia la fábrica, nuestras máquinas, los focos en las oficinas, la preparación de los alimentos, etc., porque todo eso es huella de carbono.
¿El resultado?
Kubiec genera 30.000 toneladas de CO2 cada año, es una locura. Para dar una idea más clara de lo que esto significa, una tonelada de CO2 es igual a una esfera de 7m de diámetro llena de contaminación. Lo primero fue volver más eficiente nuestra maquinaria, además cambiamos paredes, techos, y construimos una planta para reciclar agua. Lamentablemente la mayor parte de la contaminación que producimos corresponde a los buques que transportan materia prima desde distintos países, y eso no lo podemos evitar.
No se puede evitar, ¿pero se puede compensar?
Claro, a través de la compra de bonos de carbono, pero curiosamente no los podemos comprar en Ecuador porque la Constitución vigente no lo permite. Tenemos que comprarlos en Europa, Estados Unidos o Centroamérica, es decir que ese beneficio económico va a otros países en lugar de quedarse en el nuestro.
¿Cuántos megas necesita para que funcione la planta?
Para que funcione la fábrica al 100% necesitamos tres megas, pero requerimos tener cuatro megas de potencia instalada. Lo que hicimos fue colocar paneles solares que producen un mega, y tenemos una planta hidroeléctrica en San José de Minas que produce dos megas. Ahí están los tres megas que consumimos.
¿Qué área se requiere para instalar paneles solares y producir un mega de energía?
Se necesita instalar paneles solares en un techo de 6.000m2. Galpones con esas dimensiones hay por miles en el país, y están desperdiciados cuando lo que nos hace falta es energía. Ecuador es el mejor sitio del mundo para instalar paneles solares porque tenemos más horas de sol. En otros países la tecnología es carísima porque los paneles tienen que girar para seguir al sol. Ahora que la ley lo permite, en Kubiec vamos a hacer las instalaciones para seis megas adicionales en nuestros techos.

Caridad Vela y Henry Yandún
¿Antes no lo permitía?
Suena inaudito pero así fue. Hasta la época del presidente Lasso solo se permitía autogenerar un mega de electricidad, sin importar cuál era su capacidad de generación o sus necesidades. Luego el límite fue dos megas, luego diez, y finalmente es prácticamente ilimitado si es para autoconsumo. Incluso ahora hay una normativa que permite construir infraestructura de energía para venderla al Estado. De hecho, estamos construyendo una nueva planta hidroeléctrica muy cerca de Quito, en el río Bermejo, para producir seis megas.
Se habla de que las plantas hidroeléctricas afectan al medio ambiente
Hay hidroeléctricas que son sustentables y otras que no lo son. Las que tienen represas afectan al ambiente porque manipulan el flujo natural del agua y eso perjudica al entorno, como Coca Codo por ejemplo. Las amigables con el ambiente no represan agua, tienen una especie de pequeños embudos por los que pasa el agua casi directamente para generar electricidad. Este proyecto se justifica financieramente porque podemos vender esa energía, pero se podría financiar su construcción más rápidamente con venta de bonos de carbono. Esas son las oportunidades que estamos desperdiciando por falta de legislación adecuada.
Modificar lo existente es utópico. ¿Qué hacer a futuro?
Constructores Positivos está trabajando con una organización relacionada a estrategias constructivas que se llama Casa Pasiva. Es una edificación que no afecta al ambiente ni en favor ni en contra. En Europa es mandatorio no generar huella de carbono al construir una propiedad, países como Alemania y España la aplican, Ecuador todavía está muy lejos de llegar a ese punto, pero vamos avanzando por consciencia propia ya que no existe normativa.
¿Cuáles son las soluciones más fáciles de implementar para construir sosteniblemente?
No se trata solo de elegir inteligentemente los materiales de construcción, también es un tema de arquitectura, porque una vivienda bien diseñada no necesita encender focos durante el día ni tener sistemas de aire acondicionado, se ilumina con luz natural y los ambientes se mantienen frescos con ventilación cruzada natural. Eso es pensar en la operatividad del proyecto en el largo plazo. Un diseño que no es bioclimático genera consecuencias que deben multiplicarse por los 40 o 50 años de uso de la vivienda para entender la real afectación al ambiente.
¿Sigue siendo más caro construir pensando en sostenibilidad que evadiendo esta responsabilidad?
Al momento de construir encarece un poco el precio del m2, pero ese costo se devenga en los primeros meses de vida de la edificación. Lo que viene hacia adelante es ahorro en costos de energía eléctrica que siguen sumándose cada mes, además de brindar confort térmico y acústico a quienes usan la edificación.
¿El portafolio de productos de Kubiec se enfoca en sostenibilidad?
Así es. Toda la materia prima que usamos es reciclada, es reusable y cumple el ciclo de economía circular. Por ejemplo, compramos acero reciclado en el extranjero, y los desperdicios los enviamos a las acerías donde se transforman en varillas y otros materiales de construcción. Hemos desarrollado productos que ahorran energía, como Panelego y Kubiteja que son termo acústicos, paredes de Steel Framing que no solo tienen aislamiento térmico, sino que su peso es radicalmente menor a los productos tradicionales y eso hace que genere menor huella de carbono porque se necesita menos camiones para transportar, menos cimientos para construir, menos portantes y son sismo resistentes.