Mujeres en la arquitectura
Por: Natalia Gandarillas
Mencionar nombres de mujeres arquitectas como Sophy Gray (Reino Unido, 1814 – 1871), Sophia Hayden Bennett (US, 1868 – 1953), Marion Mahony Griffin (US, 1871 – 1961), Eileen Gray (Irlanda, 1878 – 1976), Lilly Reich (Alemania, 1885 – 1947), Aino Aalto (Finlandia, 1894 – 1949), Charlotte Perriand (Francia 1903 – 1919), entre muchos otros, posiblemente resulten completamente desconocidos. Sin embargo, estudios de arquitectura como los de Le Corbusier, Mies van der Rohe, Alvar Aalto, por mencionar solo unos pocos de los grandes de la arquitectura, contaron con el talentoso trabajo de mujeres arquitectas cuyos aportes fueron piezas clave para alcanzar sus logros. Lamentablemente, estos logros compartidos —así como muchos individuales— han sido invisibilizados por la sociedad a lo largo del tiempo.
Bajo este contexto, el Colegio de Arquitectura y Diseño Interior de la Universidad San Francisco de Quito realizó el pasado mes de abril el XIX Foro Internacional de Arquitectura “Mujeres en Arquitectura”, con el propósito de crear espacios donde el trabajo de la mujer sea escuchado, valorado, difundido y entendido. La conferencia contó con la presencia de prestigiosas mujeres arquitectas procedentes de Colombia, Perú, Brasil, Irán, Estados Unidos y Eslovenia. CLAVE! tuvo la oportunidad de hablar con la arquitecta iraní Gisue Hariri quien, junto con su hermana Mojgan, fundó en 1986, en la ciudad de Nueva York, la firma Hariri & Hariri Architecture.
Esta firma ha realizado proyectos tanto en Norte América como en Europa y Asia, con programas comerciales, residenciales y culturales. Hariri & Hariri Architecture recibió su primer reconocimiento a la arquitectura apenas cuatro años después de su fundación y hasta el momento ha recibido más de treinta, entre concursos, menciones y premios dentro y fuera de Estados Unidos.
Gisue ¿por qué decidiste ser arquitecta?
Por todas aquellas experiencias que me conectaron con la arquitectura en mi diario vivir. Durante mi crecimiento pude experimentar cómo el mundo antiguo de Irán, mi país natal, fue cambiando. Cuando era niña, la arquitectura estaba dispuesta en ambientes interiores separados por corredores, que dividían los espacios de mujeres con los de hombres. Cuando crecí, la sociedad iraní había vivido un proceso de modernización, por consiguiente, la arquitectura también. En este proceso, encontré fascinante el diálogo, pero también el conflicto que se generó entre el pasado y el presente (de aquella época). Las formas de coexistencia preestablecidas y las recibidas por la modernidad en la sociedad iraní empezaron a chocar, por lo que la sociedad determinó qué era lo apropiado para afrontar esos cambios, y en este contexto la arquitectura fue la herramienta que manejó el conflicto. Presenciar estas transformaciones, y cómo afectan a la dinámica de una sociedad a través de la arquitectura, motivó en mí la decisión de ser arquitecta. Para alcanzar mi sueño busqué las mejores universidades de arquitectura y Cornell University, en Estados Unidos, fue la elección.
¿Qué expectativas tuviste al salir de Irán y llegar al país más desarrollado de la época?
Cuando fui a estudiar a Estados Unidos tuve muchas expectativas de encontrar una sociedad equitativa e igualitaria entre hombres y mujeres en el mundo profesional y laboral. No fue así. La imagen que recibí de Estados Unidos fue muy pretensiosa a lo que realmente pasaba. Me encontré con una sociedad en la que la mujer aún peleaba por igualdad y equidad. Lamentablemente, a varias décadas después de mi llegada a Estados Unidos, las mujeres seguimos luchando por lo mismo. Somos marginadas en todos los campos de trabajo y la arquitectura no es más que uno de ellos. Esta situación es muy decepcionante.
Arquitectas en el campo de la enseñanza….
Cuando fui a estudiar a Cornell University, me llevé la sorpresa de ser una de las pocas estudiantes mujeres en la facultad de arquitectura; pero lo más sorprendente fue no encontrar a una sola mujer que enseñara esta disciplina. Evidentemente en la actualidad esto ha cambiado, sin embargo, es importante repensar el rol de la mujer en la educación para que su voz manifieste sus contribuciones en todos los campos profesionales. En mi caso, he luchado por contribuir en este aspecto y he podido trabajar como profesora de arquitectura en universidades como Columbia, Cornell, Parsons School of Design, entre otras, desde 1987.
Cambio de paradigma sobre quién hace arquitectura …
En la historia de la arquitectura, no hubo nunca un gran trabajo en el que se hayan plasmado las ideas de una sola persona. La arquitectura es el resultado de un trabajo en grupo. Todas las firmas de arquitectos han contado con brillantes colaboradoras y colaboradores. El pensar que las grandes ideas las construye una sola persona es un mito erróneo que se sigue enseñando a los estudiantes de arquitectura. Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe, entre tantos otros reconocidos arquitectos, tuvieron grandes ideas; sin embargo, no las hubieran podido realizar sin un grupo de colaboradores que trabajaran junto a ellos para materializarlas. Bajo este contexto, es muy importante poner a la luz, en primera instancia, a todas esas grandes arquitectas que han contribuido en esta profesión y cuyos logros han sido disminuidos, marginados y hasta robados. Y es aún más importante reconocer los aportes –en todos los campos— que en la actualidad las mujeres han realizado.
¿Cómo trabajan en Hariri & Hariri Architecture?
Establecer una mirada holística en el proceso de producción de arquitectura es nuestro trabajo diario dentro de un entorno que va contracorriente. Solo hay que observar lo fraccionada que se encuentra esta práctica en la actualidad, para entender lo segmentada y subdividida que está. Actualmente existen especialistas que trabajan sola y exclusivamente en una parte del proyecto, desconociendo por completo el conjunto en el que su trabajo está inmerso. Considero que, en la práctica de la arquitectura, esto es un error y en el estudio no aceptamos esta forma de trabajo. Estamos convencidas de que es nuestra naturaleza femenina la que nos obliga a conocer cada pieza, a unificarla y con ello tener una visión amplia del mundo que queremos ver. Esta forma de trabajar representa una diferencia muy grande con la práctica común.
Los críticos hablan sobre la sensualidad en la arquitectura cuando se refieren a Hariri & Hariri Architecture …
La sensualidad en la arquitectura se trata de experiencias y condiciones que una persona siente cuando el cuerpo humano es completamente parte de esa experiencia. Como mujeres tenemos una percepción más fuerte en experimentar nuestro entorno a través de nuestro cuerpo. En mi caso, experimento el mundo que me rodea desde varios frentes: con mi mente (facultad racional), pero también con mi cuerpo y mis sentidos. En este contexto debo manifestar que la sensualidad es un tema que en la arquitectura aún no se habla, al contrario, solo se sigue debatiendo sobre el racionalismo en el que la función sigue a la forma. Por ello, considero que la buena arquitectura es una combinación de ambos, en el que ninguno compite, y a su vez, se complementan.
¿En qué proyecto logran materializar esta nueva visión sobre arquitectura?
Esta nueva visión de arquitectura no pretende manifestar algo en particular. Se trata de proyectar de forma distinta, para lograr que la experiencia del usuario sea más fuerte. En todos los proyectos buscamos conectarnos con la esencia del lugar y su gente; respetamos y valoramos mucho la cultura de cada sitio, y tratamos siempre de incorporarla en la arquitectura. Los proyectos no son para nosotras, son para las personas que los van a usar y por ello somos muy sensibles y respetuosas con el usuario final. Uno de los proyectos que más satisfacción nos ha traído es el conjunto residencial Jewels of Salzburg, en Austria. El plan maestro está inspirado en los elementos naturales de la ciudad. Su diseño es una representación abstracta de Salzburgo en donde el río Salzach confluye y sus montañas la limitan. La arquitectura de este conjunto imita a una formación rocosa en la que cada bloque es aparentemente ubicado sin orden alguno. Éstos están formados a manera de contenedores que albergan en su interior otros bloques donde se desarrollan las viviendas. Un factor importante es que el conjunto se abre hacia la montaña, haciendo de ella parte de la arquitectura y de la experiencia, y a su vez generando maravillosas perspectivas desde cada unidad de vivienda hacia el entorno natural. Otro de los aportes que tiene este proyecto es que se encuentra abierto al espacio público de la ciudad, las personas pueden transitar entre los conjuntos y la montaña, con un diseño que impide que los residentes se sientan invadidos en su privacidad. Este es un proyecto que se ha construido en varios años y por etapas. Esto nos ha permitido conocer a sus residentes y llevarnos la satisfacción de que son felices viviendo en él.
¿Qué buscas cuando haces arquitectura?
Contribuir a construir un mundo mejor en el que las ciudades, los edificios y los espacios inspiren a las personas; en el que existan mejores lugares para crecer. Esta es nuestra forma de proceder, es así como construimos proyectos.