Por: María Gracia Banderas
Además de ser reconocidas por la diversidad de fauna y flora, las Islas Galápagos y sus condiciones fueron el factor detonante en la evolución y adaptación de varias especies. Con los años, dicha evolución decantó en dotar a las Islas de especies endémicas que atraen la visita de aproximadamente 200.000 turistas anuales.
El libro ‘El origen de las especies por medio de la selección natural’, escrito por el naturalista inglés Charles Darwin, está inspirado, entre otras cosas, en la variedad de cucuves y pinzones que presentaban diferencias de isla a isla. De hecho, estas curiosas y amigables aves, que actualmente son vistas en gran parte del territorio galapagueño, se desarrollaron en forma diferenciada de acuerdo a la topografía, al alimento disponible, y otros factores de cada una de las islas en las que se radicaron. Un caso similar ocurrió con las tortugas, cuyos caparazones también variaban entre las especies de una y otra isla.
En el recorrido por las Galápagos cobraron sentido varios de los postulados que había planteado Darwin durante su viaje a bordo de la nave de investigación HMS Beagle en 1835, para finalmente plantear su teoría evolutiva en 1859 en el mencionado libro.
Debido a la importancia histórica de este hecho y a la gran riqueza presente en el territorio, la organización científica internacional sin fines de lucro, que es conocida bajo el nombre de Fundación Charles Darwin (FCD), trabaja en Galápagos desde 1959, proporcionando conocimientos científicos y asistencia técnica para asegurar la conservación.
Durante décadas, “la FCD ha trabajado en estrecha colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG). Más de un centenar de científicos, educadores, asistentes de investigación, personal de apoyo y voluntarios de todo el mundo han participado en este esfuerzo. Actualmente, el personal de la organización está conformado por un 90% de ecuatorianos”, pero continuamente recibe voluntarios en distintas áreas y de múltiples procedencias. “Los voluntarios pueden involucrarse en proyectos científicos, como el marcaje de tiburones, o monitoreos intermareales para detectar especies marinas introducidas debido a factores como las aguas de lastre”, manifiesta Arturo Izurieta, Director Ejecutivo de la FCD.
Los proyectos de investigación de la FCD se centran actualmente en tres áreas: Especies Invasoras, Sustentabilidad, y Manejo de Conservación. Todo el trabajo se financia por medio de donaciones.
La Estación Científica Charles Darwin, brazo operativo de la Fundación, es considerada un punto de obligatoria visita en isla Santa Cruz. Según Arturo, aquí se logra que el viajero se involucre con la riqueza histórica y científica de las Islas. “La visita a la Estación Científica permite conocer de primera mano los esfuerzos de conservación que se han realizado por décadas. Por ejemplo, el ‘Programa de crianza en cautiverio de las tortugas gigantes’, que nació en la Estación Científica y que ahora está a cargo del PNG”, y que es muy atractivo, pues en la visita se observan métodos de crianza de tortugas, desde el desarrollo de los huevos que crecen en óptimas condiciones de humedad, luz y temperatura, hasta cuidados en general después de la eclosión de las pequeñas tortugas, para su futura repatriación a la isla a la que corresponde su especie. De esta manera, se ha procurado mantener la población de tortugas evitado su extinción.
Durante cuatro décadas, el atractivo de la Estación fue George, el soltero y más cotizado ejemplar de tortuga de la isla Pinta que no encontró hembra que llame su atención, dejando nula descendencia, y como consecuencia extinta a su especie, pese a los esfuerzos que se realizaron para que montara a hembras de características similares. Su presencia se convirtió en ícono de las islas y luego de su deceso en el año 2012, su cuerpo embalsamado se exhibe en el Centro de Crianza “Fausto Llerena”, a cargo del Parque Nacional Galápagos el cual forma parte del circuito de visita a la Estación Charles Darwin.
Arturo señala que “también se pueden observar tortugas gigantes como parte de un programa de recuperación ecológica. Son herbívoros que juegan un papel importante en el ecosistema, tal como la germinación de semillas y distribución de plantas. Cuando inició la Fundación en 1959, la población de tortugas era de aproximadamente 12.000, hoy es de unas 50.000. Sin embargo falta mucho para conseguir el número inicial que albergó el Archipiélago que alcanzó cientos de miles” y que fue diezmada por varios factores, entre ellos la caza indiscriminada con el fin de usar las tortugas como alimento de quienes paraban en las islas a abastecerse.
En el lugar se disfruta de jardines de plantas nativas y endémicas, y de una Sala de Exhibición “donde se observan los diferentes proyectos tanto marinos como terrestres. Aquí los niños pueden tocar los corales, piedras, barbas de ballena, entre otras, y verlas bajo un microscopio. Además, se admiran muestras de las colecciones que custodia la FCD, que comprenden alrededor de 90.000 especímenes entre terrestres, marinos y plantas. Se observan los proyectos de control biológico, por ejemplo, de la mosca parásita introducida, Philornis downsi, que es considerada la mayor causa del declive de especies de aves terrestres en las Islas Galápagos. También transmitimos en vivo desde el laboratorio de crianza de los pinzones de manglar, que son alimentados 15 horas al día, en lapsos de 60 minutos, para lograr su supervivencia y posterior repatriación a su isla de origen, Isabela”.
Concluya su visita en Tortuga Bay, aproximadamente a 5km de la Estación, playa de arena blanca donde podrá nadar junto a lobos marinos, iguanas marinas, pelícanos y por qué no, unos cuantos tiburones, rayas y peces de tan variados colores como el arco iris.
Galápagos es un lugar susceptible, por esa razón se ha destinado únicamente el 1% del área terrestre y menos del 0,001% del área marina para visita, según lo manifiesta Arturo. Es uno de los sitios naturales cuya alteración ha sido mínima y que mantiene las características prístinas con la presencia de especies casi prehistóricas que se negaron a hacer una venia al tiempo.