Por Lorena Ballesteros
Estefanía Chacón tiene una mente creativa. Es dinámica y enérgica. El cambio es una constante en su vida, sin que ello la convierta en una persona inestable. Al contrario, sus metas profesionales y personales son claras, las persigue y alcanza. Con apenas 30 años ha vivido en Rhode Island, Savannah, Miami, Lima, Madrid y Quito.
Su primera mudanza fue a Estados Unidos por razones académicas. En Quito fue pasante en Adriana Hoyos. Al terminar sus estudios regresó al país y se vinculó a Uribes; en ambas empresas aprendió sobre luxury design. Sin embargo, no estaba lista para echar raíces en su tierra natal. Se le presentó la oportunidad de hacer una pasantía con Michael Wolk, en Miami, firma que tiene más de treinta años de experiencia en diseño de interior corporativo, residencial y de hospitalidad. Estefanía formó parte del equipo que estuvo a cargo de la torre Porsche, en Sunny Isles. ¡Una experiencia envidiable!
Tiempo después, fue el amor lo que la le llevó a Perú. En Lima vivía su entonces novio y actual esposo. Lo que no sabía es que en aquel destino se consolidaría su carrera profesional. Fue contratada por Concepto Blanco, un estudio de diseño integral: interiorismo, branding y comunicación. Vivió el diseño desde todas sus perspectivas. Cuenta que desarrolló 40 proyectos en tres años, y conoció más sobre el mercado del retail, un área en la que miró al diseño en todas sus facetas.
Fue de esa experiencia que absorbió todo el conocimiento necesario para, posteriormente, abrir su propio negocio en Ecuador. No sin antes realizar una última parada en Madrid, en donde ella y su esposo cursaron un MBA. Recuerda aquel tiempo como un verdadero reto. El lenguaje numérico y financiero le eran completamente extraños. Acostumbrada a ser la mejor en todo, en aquella ocasión le tocó simplemente aprender de cero. Se especializó en comunicación visual y digital. Esa formación profesional le permitió dar el siguiente paso. Sin miedo a emprender durante la pandemia, Mimba Studio inició sus operaciones en pleno 2020. Su filosofía: diseñar espacios físicos y digitales; crear marcas con propósito.
La conversación que mantuve con Estefanía, y que da paso a esta historia, la sostuvimos en una de las obras de interiorismo que se despliegan en el portafolio de Mimba Studio. La cita se concretó en el que ella denomina departamento 3B, en el sector de Cumbayá, en un edificio de más de una década de construcción. Sin embargo, el paso del tiempo es impalpable dentro de esa residencia. Se ha transformado en un espacio moderno, minimalista y luminoso.
Estefanía, como buena artista, se alimenta de colores, formas, texturas… su cabeza nunca descansa. Mientras hacemos un recuento de su trayectoria profesional, me la imagino unas horas después, intentando diluir sus ideas para finalmente conciliar el sueño. Estoy segura de que, antes de cerrar sus ojos, visualiza nuevas posibilidades de reacomodar los muebles de su propio dormitorio.
Dentro del portafolio de Mimba, además del interiorismo, se despliegan proyectos realizados en las ramas de branding y comunicación. En todos guarda la estética de limpieza y orden, estandartes del minimalismo.
¿Por qué Mimba?
La idea de abrir mi propio estudio de diseño la tenía desde hace años. Sin embargo, el nombre surgió en 2018 cuando vivía en Lima. Siempre me ha gustado trabajar con mimbre, es un material muy noble, y mi línea estética ha sido el minimalismo. Entonces quería algo que combinara ambos conceptos. De mimbre y minimalismo surgió Mimba. La composición fonética de esa palabra me encantó. Investigué su significado y todo se conectó. En ciertas comunidades antiguas de Nueva Zelanda se nombraba a los niños y a las niñas según el día de su nacimiento. A las niñas nacidas en sábado les decían mimbas. Yo también nací un sábado. Entonces estaba clarísimo, yo era mimba y mimba soy yo.
¿Cuál es la filosofía de Mimba?
El story telling. Entiendo el diseño como un cuento, como un relato, y lo plasmo en un espacio, en una marca o en las redes sociales de un cliente. A las personas nos fascina escuchar una historia. La base de mi estilo es el minimalismo. Me gusta mantener espacios limpios y elegantes. Te diría que es un estilo tipo nórdico y a veces japonés, muy zen. En lo único que no soy minimalista es en las plantas. Me caracterizo por llenar los espacios con plantas.
¿Quién fue tu primer cliente?
Trabajé primero en la identidad de Mimba. Desde el primer trazo ya tenía mi logo diseñado. Así me lancé al mercado. Durante la pandemia mi suegro desarrolló proyectos de obra social, uno de sus emprendimientos fue Equivida, una plataforma para atención médica digital. Me pidió ayuda con el branding y no dudé en hacerlo. Enseguida tuve otro proyecto, Exponencial, una plataforma para conectar a emprendedores con empresas grandes. Para ellos desarrollé el branding, diseño de página web y contenido para redes sociales.
¿Qué es lo primordial en diseño de interiores?
El equipo que consolidas para ejecutar los proyectos. El diseñador es la mente creativa, pero la ejecución es igual o más importante. Por eso es vital encontrar proveedores que sintonicen con ese diseño para desarrollar juntos la historia, que es el propósito de ese diseño. Puedes crear algo estéticamente hermoso, pero si la pared está chueca o los acabados son de mala calidad, el diseño interior no se sostiene.
Nos encontramos en uno de tus proyectos de interiorismo. ¿Qué prima en este diseño?
La funcionalidad. Un espacio no debe ser fijo. Tiene que dar la posibilidad de mover cosas, alternar la energía, lograr que un comedor pueda convertirse momentáneamente en un lugar de trabajo. En este departamento puse un escritorio en el balcón para aprovechar la vista y conexión con la naturaleza mientras se trabaja. Esta obra fue de restauración, que, cabe resaltar, es la tendencia mundial actual porque tiene importantes embajadores que lo promueven desde diferentes aristas: gastronomía, diseño de moda, cultura, identidad de los comercios, etc.
Veo que respetas ese uso de materiales nobles y la calidez del espacio
El departamento está en un edificio que tiene 13 años de construcción. En esa época estaban de moda las paredes curvas, los techos con círculos. Ahora todo es más lineal. Sin embargo, respeté ciertas formas, como la pared de la cocina que tiene un filo redondeado, porque le da suavidad y contribuye a la calidez. En mobiliario y decoración utilizo mucho los óvalos. Mi estilo está inspirado por el Wabi Sabi que utiliza materiales nobles. Mi filosofía apuesta por espacios cálidos y esa calidez tiene que estar anclada a la madera o el concreto. Intento evitar lo artificial, como los acrílicos. Incluso con el vidrio soy cauta.
La mesa de centro es de vidrio y es maravillosa
La diseñé yo. Es el único elemento de este material. Por eso resalta y es una pieza minimalista. Los espejos son parte de Mimba Home. En esta línea de cosas de casa ofrecemos espejos y unas bandejas de madera y mimbre. Trabajamos bajo pedido porque apuesto por lo personalizado. Incluso cuando alguien me pide un espejo, primero entiendo el espacio y recomiendo qué es lo que será funcional y estético. Siempre quise diseñar una línea de casa.
¿Qué otros cambios hiciste?
No cambié el piso, le quité el brillo porque era de madera lacada, y dejé el color natural de la madera. Mi objetivo era implantar una sensación zen en el espacio. Pensé en la funcionalidad de las personas que iban a vivir aquí. En la sala principal colgué un televisor, algo que es común en salas familiares, pero esta es el área social más amplia del departamento. Siempre termina siendo el espacio para que la gente se reúna, mire partidos de fútbol o películas. La televisión está colocada como otro elemento decorativo, sin cables, sin ruido visual.
Veo que también hay diseño de iluminación.
La iluminación es toda una ciencia. Es una herramienta importantísima en diseño interior. En Lima trabajé con una experta en esta materia y aprendí un montón. En este departamento cambié todas las luminarias. Eliminé el cielo falso y ubiqué cada luminaria con un propósito, además para darle nueva sensación de profundidad.
En tu página web hay varios proyectos en el extranjero…
Sí, durante el primer año tuvimos un 60% de clientes extranjeros y un 40% de ecuatorianos. He desarrollado proyectos de interiorismo en Perú. Como el departamento 204, en Lima, que fue una obra de remodelación, diseño de iluminación, diseño interior, ejecución y decoración. Además, he realizado colaboraciones de diseño interior con el estudio Concepto Blanco: el Pop Up Store de Sophie Crown, el restaurante la Gastrónoma, ambos en Lima y el hotel boutique Adenia, en Valle Sagrado. Perú tiene un mercado muy intersante, el crecimiento ha sido exponencial. Actualmente es la segunda ciudad en diseño interior en Latinoamérica. La primera es Sao Paulo.
Mimba va más allá del interiorismo. ¿Cómo es el proceso del branding?
Va atado a estrategia. El diseño no se sostiene solo por la estética, sino que está asentado en un propósito específico para su audiencia. La propuesta de valor que está detrás es lo que más aprecia el mercado actual. Nuestra filosofía es “everything design”, todo en diseño. Nuestra misión o propósito es creatividad estratégica consciente. Trabajamos con ideas de negocio o empresas que aportan con valor social o que le dan un giro a su industria hacia la sustentabilidad. Por ejemplo, Sagcha o Moral Botanicals que son productos a base de materia prima natural y con procesos conscientes.
Entiendo que también acabas de lanzar tu propia línea de cosmética masculina
Sí, Abōut. Es un emprendimiento con mi esposo. Son productos de cuidado personal para hombres. El branding, packaging y comunicación estuvo a cargo de Mimba. Los productos van en la línea de consciencia social y ambiental y ha tenido gran éxito en el mercado.
¿Cómo se vinculan la comunicación y el diseño?
A través del storytelling, de plantear una estrategia que cuente un propósito. Hacemos diseño de páginas web, redes sociales y creación de contenido para esos canales, estrategia digital, diseño de presentaciones y el material gráfico para la marca.