Uno de los grandes desafíos de todo gobierno es combatir la pobreza y el subdesarrollo, dotar de vivienda digna a los sectores vulnerables, velar por su salud y educación. Es muy común escuchar este enunciado, sobre todo en época de campaña política como la que estamos empezando a vivir, y no es criticable, porque es hacia allá donde se debe enfocar el esfuerzo de todo mandatario sensato. Sin embargo, más allá de la lógica, el enunciado debe aterrizar de lo utópico a lo real, a lo ejecutable según las circunstancias que se proyectan para determinado período, y el que tenemos por delante está cubierto de incertidumbres. Más allá de eso, se debe comunicar con transparencia lo que ha sido posible materializar. Julio Recalde, Ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, conversa con nosotros sobre el Plan Casa Para Todos y los segmentos de vivienda social y de interés prioritario que lleva a cabo el Gobierno. Su entusiasmo transmite la energía que pondrá en estos seis meses que le restan en el cargo.
¿Cuáles son las acciones realizadas por el actual gobierno con relación al cumplimiento de las ofertas en campaña?
Lo primero fue despertar a la realidad de la situación del país. Una fue la oferta basada en las falsedades del gobierno anterior, y otra la capacidad de ejecución que hemos tenido con los escasos recursos disponibles. No solamente afectó la crisis económica heredada, a eso se sumaron los hechos de octubre 2019 y, este año, el embate de la pandemia. Sin embargo, con una economía devastada, el gobierno se preocupó en buscar financiamiento para la ejecución de vivienda para los cuatro segmentos identificados como prioritarios:
Grupo 1: vivienda de hasta $23,024
• 100% subvencionada por el Estado
• Deben constar en el registro social y dentro de este cumplir con los parámetros de ser personas de extrema pobreza que no cuentan con ingresos fijos o pertenecer a uno de los grupos vulnerables. Y en base a este registro obtienen una calificación para acceder a una vivienda gratuita.
Grupo 2: vivienda desde $23,024 hasta $40,608
• Subsidio parcial del Estado • Bono de $6,000
• Ingresos familiares mensuales hasta 1.000 o 2.5 SBU
• Cuota inicial: 5% • Tasa: 4.99% • Plazo: 25 años
• Devolución IVA a los constructores
Grupo 3: vivienda desde $40,612 hasta $71,064
• Cuota inicial: 5%
• Tasa: 4.99%
• Plazo: 25 años
• Ingresos familiares mensuales hasta 2.536 o 6.34 SBU
• Devolución de IVA a los constructores.
Grupo 4: vivienda desde $71,064 hasta $91,368
• Cuota inicial: 5%
• Tasa: 4.99%
• Plazo: 25 años
• Ingresos familiares mensuales hasta 2.536 o 6.34 SBU
¿Cuántas viviendas ofreció construir el gobierno?
En el Grupo 1 de vivienda 100% subsidiada por el Estado, aspiramos llegar a 42.006 viviendas. En este grupo hemos entregado 29.009 viviendas y tenemos 7.241 en proceso de ejecución y en proceso de contratación 5.756. En los grupos 2, 3 y 4 se han colocado 3.598 créditos y llegaremos a 34.879, a través de las entidades financieras participante Banco Pacífico, Banco Pichincha, Mutualista Pichincha y Mutualista del Azuay. La colocación de 3.598 créditos significa USD. 208.799.317,4 millones de dólares. Tenemos 642 proyectos registrados que equivalen a 19.119 viviendas en 16 provincias del país. A través del BIESS se han colocado 50.034 créditos, están en proceso 2.733 y 315 por ejecutar. Además, se incorporan viviendas que se han firmado actas transaccionales, acuerdos y convenios en este mes:
• Donación China 2.932 viviendas
• Convenio con Mies para personas de tercera edad dentro de la misión Mis Mejores años, 708.
• Alianzas estratégicas 9.072 de viviendas de las cuales 5.084 están en ejecución.
Esto da un total de 142.679. Con esto no solamente solucionamos problemas de vivienda, también generamos trabajo y damos oportunidades a los pequeños y medianos constructores.
¿Cómo se determinan los proyectos y los beneficiarios para las distintas subvenciones?
El Miduvi realiza el proceso de registro de los proyectos. Una vez que esto concluye, dependiendo del rango de precio, el proyecto es considerado como vivienda de interés social ($40.001 a $70.000) o vivienda de interés público ($70,001 a $90,000). La información de este registro se comparte con los bancos, porque es un requisito que el proyecto esté calificado, para que puedan atender a las familias interesadas en comprar las viviendas. Los beneficios que ofrecemos son muy importantes, no solo está la tasa del 4,99% y el plazo extendido a 25 años. Además de eso, para el segundo grupo tenemos el bono de $6.000.
¿En qué momento se entrega el bono?
Puede ser al momento de la firma del compromiso de compraventa, durante el proceso de construcción, o contra entrega del proyecto. Depende del acuerdo al que haya llegado el comprador con el promotor-constructor. Contamos con $50 millones para financiar estos bonos, independientemente de los $538 millones que están en el fideicomiso. El bono tiene su propia fuente de financiamiento y el fideicomiso, que respalda los créditos hipotecarios, tiene otra fuente de financiamiento.
¿Es decir que la construcción de estas viviendas está financiada?
Las viviendas que el gobierno tiene planificado construir hasta que termine su período están 100% financiadas. Esto no es algo improvisado. El gobierno ha trabajado con los multilaterales de crédito mencionados, y pese a todas las condiciones que el Estado ha tenido que afrontar, esto está financiado. Ahora estamos enfocados en que los constructores se motiven, y lo estamos logrando. En estos tres últimos meses evidenciamos un increíble crecimiento de registros de proyectos.
¿La empresa privada ha participado en la construcción de estos proyectos?
La construcción de viviendas para los grupos 2, 3 y 4 se ha cubierto con la empresa privada. Los hemos motivado a través de la realización de varios talleres con las cámaras de la construcción, con el colectivo Constructores Positivos, con APIVE, con el Colegio de Ingenieros de varias provincias, con el Colegio de Arquitectos, etc. Pero además queremos llegar a las familias, a la ciudadanía, para que se informen sobre lo sencillo que es acceder a estos beneficios. Los promotores inmobiliarios están ayudando mucho. Ofrecen asesorías, y hacen un acompañamiento a las familias para ayudarles en su relación con la banca.
¿La banca privada ha sido un apoyo real?
Los bancos privados participan con la concesión de créditos hipotecarios, aplicando la tasa del 4,99% que funciona con subsidio del gobierno. Para este efecto se conformó el fideicomiso que mencioné, con $538 millones aportados por el gobierno, que corresponden al 40% de los $1.350 millones que entregarán las instituciones financieras privadas en hipotecarios. Banco Pichincha, Banco del Pacífico, Mutualista Pichincha y Mutualista del Azuay están trabajando con nosotros en este programa.
El programa Casa para todos elimina el factor poder adquisitivo y se enfoca en la demanda real, es decir, en la población con necesidad de vivienda, que no tiene capacidad de pago para acceder a una. ¿Cómo se organizó el gobierno para determinar políticas y estrategias?
Es importante transparentar esto. Manejamos el registro social actualizado en todas las provincias. Ese trabajo se ha hecho a través de las coordinaciones zonales provinciales del Miduvi. A partir de ese registro social se hace una calificación de beneficiarios en base a varias consideraciones, para determinar si pueden acceder a vivienda 100% subsidiadas por el Estado. Son gente pobre o de extrema pobreza, familias vulnerables, y familias que tienen algún integrante con discapacidad. Quienes consideran que están dentro de estas condiciones, y no tienen vivienda propia, pueden calificar.
Hablemos de la calidad de estas viviendas…
El tipo de vivienda que entrega el gobierno es digno de resaltar. Una cosa es entregar cuatro paredes y un techo, con dimensiones mínimas y disfuncionales, y otra cosa es lo que involucra el plan Casa Para Todos. Son viviendas dignas, de 57m2, en urbanizaciones 100% desarrolladas, que incluyen servicios básicos y cuentan con espacios deportivos, áreas verdes, áreas de juegos inclusivos, centros comunitarios de emprendimiento, huertos e iluminación.
¿Ese es el concepto principal?
El plan Casa Para Todos marca un nuevo referente en cuanto a vivienda social, totalmente subvencionada, para personas pobres y de extrema pobreza. Una vez que la urbanización está lista, los beneficiarios habitan sus nuevas casas y empieza el trabajo de comunidad liderado por la Primera Dama. Con esto se entrega no solamente una estructura habitable, sino un hogar, una comunidad que perdura en el tiempo, y que tiene como pilar la calidad de vida de sus residentes.
Si una familia no califica para recibir vivienda 100% subvencionada, ¿puede aplicar nuevamente para acceder a los otros segmentos?
Claro. Por ejemplo, para viviendas del Grupo 2, que cuentan con subsidio parcial del Estado, siempre y cuando su valor no exceda de $23,000. En este grupo entregamos el bono de $6,000, es decir que la vivienda costaría $17,000. El beneficiario paga el 5% de entrada, y financia el resto a 25 años plazo, al 4,99% de interés. Las cuotas mensuales por pagar serían de algo más de $100, una cifra muy manejable. La condición para acceder a este segmento es que el ingreso mensual familiar no supere $1.000.
¿En dónde está la información de los parámetros que se deben cumplir para acceder a vivienda de cualquiera de los cuatro grupos?
Toda la información relacionada con vivienda 100% subsidiada, o con subsidio parcial del Estado, está disponible en www. habitatyvivienda.gob.ec. Además, pronto estará activada nuestra página web con todo el detalle de los proyectos y las facilidades para que los interesados se registren en línea. La razón principal de haber creado esa página es proveer información precisa para que las personas interesadas puedan absolver todas sus dudas en un mismo lugar. Incluso encontrarán la información de los proyectos que se están comercializando, con su ubicación y características principales.
¿Se ha logrado cubrir todo el territorio nacional?
Abarcamos todo el territorio nacional. En algunos casos apalancamos los proyectos en terrenos de propiedad del Estado, e invitamos a los constructores privados a construir; otros son donados por los Gads; y otros proyectos se construyen en terrenos privados. Todo ese inventario de tierras se está utilizando. En algunos casos enfrentamos demoras por temas de documentación, en otros por falta de infraestructura de servicios básicos, pero seguimos avanzando.
Además de entregar vivienda, un efecto colateral positivo es la generación de fuentes de empleo. ¿Qué se ha logrado en este aspecto?
Hablemos de generación de empleos tanto directos como indirectos, porque la construcción es así de bondadosa, involucra un encadenamiento productivo enorme. Tomando eso en consideración estamos hablando de alrededor de 900 mil plazas de trabajo, directas e indirectas, relacionadas con la ejecución de estas viviendas.
¿Alguna otra novedad?
Hace aproximadamente un mes firmamos las cartas de intención con el gobierno chino para concretar la donación de $50 millones para la construcción de 2.932 viviendas en Pedernales y Canoas. Con esto aliviaremos las pérdidas que se dieron a causa del terremoto. Si bien las obras estarán a cargo de empresas chinas, la mano de obra será local. También los productos que se utilicen en el proceso constructivo serán nacionales.
Quedan pocos meses para ejecutar todo esto. ¿Qué pasará en adelante?
El proceso de generación de vivienda para los sectores más vulnerables debe ser prioritario en la agenda del próximo presidente, sea quien sea. Los proyectos que se han iniciado deben terminarse, el dinero que quede en el fideicomiso debe consumirse y, en lo posible, ese fideicomiso debe volver a alimentarse. Las acciones que estamos implementado dejarán las bases sentadas para el futuro, servirán para seguir adelante, porque siempre tuvimos como principal prioridad pensar en políticas de vivienda que obedezcan a un modelo sostenible.
¿A qué se refiere con modelo sostenible?
A todos los aspectos. Entre ellos, el más importante es vida digna para los sectores vulnerables. La señora Rocío de Moreno ha dedicado mucho tiempo en identificar factores que garantizan el bienestar social de los beneficiarios en el largo plazo, y ha priorizado la construcción de urbanizaciones, en lugar de viviendas aisladas, para generar comunidades. Todos los proyectos del Plan Casa Para Todos tienen áreas verdes recreativas, huertos familiares, espacios para que funcionen comercios que pueden atender las necesidades de los habitantes, y más. Nuestra labor no termina al entregar la vivienda. Continua con un proceso educativo que asegura una convivencia amigable, respetuosa y digna entre vecinos.
¿Qué consejo le deja al ministro que le suceda en su cargo?
Pretendo entregarle el despacho con toda la información que requiere para empezar su gestión con absoluto conocimiento del estado de cada situación. Lo más importante son los fondos que se han conseguido con multilaterales para fines específicos, que deben utilizarse también en plazos específicos. Eso debe transparentarse el primer día para evitar el riesgo de desaprovechar lo logrado.
¿Conclusión?
Este gobierno no ha parado un solo día en su afán de dotar de vivienda digna a los sectores más vulnerables. Es cierto que no hemos cumplido en cantidad, pero en calidad hemos superado las expectativas. Las condiciones han sido adversas, y no lo digo como excusa, es la realidad. Primero, recibimos un país quebrado. Segundo, los sucesos de octubre 2019 tuvieron afectación directa en el normal desenvolvimiento de lo planificado. Tercero, la pandemia, el confinamiento total durante cuatro meses, que causó la paralización de toda actividad económica generadora de recursos a la caja fiscal, y el inesperado y enorme gasto en salud que el gobierno debió priorizar. ¿De dónde podíamos tener recursos para construir el número planificado de viviendas? Aun así, se ha dado un gran paso en un camino que ha sido cuesta arriba.