Por Lorena Ballesteros
Carmen María Correa tiene una fiel relación con la moda. Su estilo es su carta de presentación. Es de esas mujeres que puede traer puestos unos jeans con un saco o una camiseta en tono neutro, pero siempre habrá gafas, zapatos, accesorios o algún detalle que la distinga.
Lo mismo sucede con su departamento en Cumbayá. Un hermoso loft que combina el estilo industrial con un aire boho muy fresco. Esa inspiración neoyorquina de los años cincuenta está presente en su cocina, en donde se aprecia una arquitectura sin pretensiones y que ensalza los materiales en su estado puro. En las paredes cuelgan fotos de moda, unas en blanco y negro y otras a color. Carmen María reconoce que le gustan las piezas únicas, que cuentan historias. Algunas de esas fotografías las ha comprado en París, otras son obra de algún amigo fotógrafo.
La decoración acompaña el estilo industrial hacia lo bohemio con dejes retro. Todavía conserva un teléfono antiguo de la casa de sus padres, los muebles tienen formas vintage y los colores sobrios de sus cojines hacen armonía con todo el entorno de su hogar.
El contraste de lo urbano del área social está en el colorido porche que se conecta con el jardín del condominio. Es fácil apreciar que Carmen María tiene una conexión especial con la naturaleza. Ella misma ha trasplantado diversas especies como buganvillas, geranios, lavanda, cactus, helechos, para nutrir su espacio vital. Confiesa que “le duele el corazón” con el desarrollo urbano que ha tenido el valle de Cumbayá. Cuando era niña disfrutaba de una vida campestre, con vacas y aire puro. Sin embargo, a pesar de la evolución de la ciudad, no pensaría en vivir en otro lugar en Quito. Ese porche es su cable de enlace con lo verde y es precisamente allí en donde nos instalamos para charlar y conocerla mejor.
Hay que reconocer que es una persona cosmopolita. Estudió Diseño y Marketing de Moda en Parsons School of Design. Ha vivido en Estados Unidos, Australia y Milán; y su espíritu aventurero le ha llevado a recorrer otros destinos del planeta. A pesar de que conoce distintas culturas, también es muy cercana a lo ecuatoriano, a lo suyo, al país donde nació.
Esa diversidad de experiencias vividas han forjado su personalidad: extrovertida, dinámica, curiosa… y al mismo tiempo contribuyeron para que creara KON-DOR una marca de bolsos y accesorios hechos a mano en cuero, y que llevan ciertos detalles característicos de la sierra ecuatoriana.
En este emprendimiento la acompaña su socia Laura Carrión, quien reside en Nueva York desde hace más de una década y ha hecho posible abrir un interesante mercado en Estados Unidos. Ambas fashionistas, tienen un objetivo en mente: elaborar productos de calidad, exclusivos, tanto en diseño como en materiales.
¿Por qué KON-DOR?
Cuando regresé a vivir a Ecuador supe que quería hacer una marca de carteras, bolsos y accesorios. Pero mi principal preocupación o quizá motivación, era ver que nuestros productos eran muy artesanales. Había que darle una identidad nueva a lo ecuatoriano, a lo andino.
¿Qué diferencia tu marca?
Que hacemos productos de calidad, que justifican su precio, tanto por el tipo de materiales que utilizamos como por el proceso que hay detrás.
¿Cuáles son esos materiales?
Fajas de Otavalo, herrajes importados, 100% cuero italiano…
¿En dónde se fabrican las carteras?
En Colombia y en Estados Unidos. En un principio queríamos que se fabricaran aquí, pero el problema es que teníamos que importar todo y salía sumamente costoso. Sin embargo, usamos telas y fajas de Otavalo que le dan la identidad a la marca. Ciertas telas se utilizan para los forros de las carteras y las fajas para los tirantes.
Pero la inspiración es ecuatoriana…
Definitivamente. Laura y yo nacimos y crecimos en Ecuador. Tenemos muy arraigadas esas raíces. La idea es crear piezas únicas, las fajas son todas distintas. Ahora también estamos diseñando shigras.
Esos bolsos son muy característicos de la sierra ecuatoriana.
Sí, los fabricamos con cabuya de aquí. El trabajo que tiene detrás es increíble, es como una obra de arte. Los tirantes son de cuero y los acabados de primera calidad, como en todos nuestros productos.
Retomando la inspiración, ¿quién diseña las carteras?
Las dos. Parecería difícil que dos personas diseñen cada pieza, pero después de haberlo hecho durante estos años, pienso que siempre debería ser así. Dos cabezas piensan mejor que una. Hay detalles que Laura no se fija o viceversa, y entre las dos tenemos mejores resultados.
¿Cada cuánto se estrenan las colecciones?
Procuramos que sea cada seis meses, siempre manteniendo la misma línea. Innovamos en colores, nuevos tejidos, pero dentro del estilo que nos caracteriza. Por ejemplo, hacemos un bolso grande y luego lo proponemos en pequeño para salir en la noche.
¿En dónde se venden las carteras?
En Estados Unidos, también los hemos vendido en Europa, en Colombia, y por supuesto acá en Ecuador. Ahora con las shigras queremos abrir mercado en México.
¿Se adquieren en línea?
Sí, se pueden comprar a través de nuestro website, tanto para Ecuador como para Estados Unidos. Acá también estamos en Ama Collective, una tienda de lifestyle products en Cumbayá.
¿Cómo te sientes de trabajar con proveedores artesanales?
En un inicio fue complejo. Son celosos de su trabajo y hay que abrir confianza poco a poco. Pero es súper bueno potenciar el trabajo artesanal, apoyar a comunidades y sobre todo pagar lo justo por el trabajo que cada persona hace. Estamos en contra de la producción en serie.
¿Cuéntanos sobre tu dinámica laboral?
La ventaja es que para hacer mi trabajo necesito mi computadora y puedo hacerlo prácticamente desde cualquier lugar. Ya tenemos nuestros proveedores, entonces hay una comunicación fluida con ellos para que nos hagan sus envíos. Trabajo mucho desde mi casa, o utilizo un espacio de coworking acá en Cumbayá. Pero también tengo que viajar. A veces voy a Colombia o a Nueva York. En noviembre hicimos un Pop Up para mostrar nuestras carteras.
¿Cuáles son las redes de promoción y difusión?
Nuestro website (www.kon-dor.com), y de hecho ahora estoy trabajando en el nuevo sitio. Estamos en redes sociales: Facebook (kon-dor) e Instagram (kondorofficial). Todos nuestros seguidores son reales y muchos de ellos son clientes de la marca. Eso fideliza a KON-DOR. En Estados Unidos buscamos revistas de moda, influencers, fashion bloggers, etc.
Sus productos compiten en el mercado global, ¿qué tan complejo es este reto?
Es difícil porque estamos en un nicho de mercado muy exclusivo. En Nueva York competimos con marcas reconocidas y también con marcas locales. Hay personas que quieren cosas distintas, de buenos materiales, pero no están dispuestas a pagar lo que vale. Entonces ahí también entras a competir con las imitaciones chinas.