Por: Caridad Vela
junio – julio, 2011 |
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En algo más de un año esta zona será el escenario de la más grande transformación urbana de los últimos tiempos y la ciudadanía está ávida de saber qué se construirá. Mi diálogo con el Alcalde de Quito, Dr. Augusto Barrera, aborda este importante tema.
¿Se construirá el Proyecto Parque Lago en el actual aeropuerto?
No. Obviamente esa enorme área que hoy ocupa el aeropuerto se convertirá en un fabuloso parque para la ciudad, pero hay que revisar qué tipo de proyecto se construirá. La ciudad sí requiere espejos de agua, pero de ahí a construir un lago…eso es otra cosa. Sería terriblemente costoso y, la verdad, no creo que sea lo que Quito necesita. Las cosas hay que hacerlas en orden.
¿A qué se refiere?
Antes de definir el proyecto que se ejecutará en el actual aeropuerto debemos definir las necesidades de uso de ese suelo, del suelo que está a su alrededor, de la integración de ese suelo con el resto de la ciudad; haremos los ajustes necesarios y, recién ahí, con todos esos elementos definidos, se deberá diseñar el maravilloso parque.
¿Qué tiene en mente?
Definitiva y radicalmente eso será un parque. De ninguna manera tendremos ahí un desarrollo diferente. Nuestra aspiración es tener una centralidad fuerte en la cabecera norte del aeropuerto con un parque gigantesco, maravilloso, que obedezca a un modelo mixto que contemple recreación, esparcimiento, áreas deportivas, parámetros ambientales, culturales, y un centro de convenciones digno de una ciudad capital como Quito, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
¿Piensa convocar un nuevo concurso?
El Municipio debe plantear un modelo que se ajuste a los usos que, como ciudad, requerimos para todo el sector norte de Quito. No se puede convocar un concurso cuyo fin sea únicamente diseñar un parque. Yo creo mucho en el valor, en los méritos y en la capacidad creativa de arquitectos, diseñadores y proyectistas; pero el establecimiento de los usos del suelo es una facultad pública que la tiene que definir el Municipio. El proyecto que aquí se construya debe integrarse, como un componente más, a la planificación de lo que esta administración ejecutará en el sector. El parque tiene que ser estético, obviamente, pero la estética debe ser funcional. No se la puede tratar como un elemento aislado.
¿Hablamos de un modelo global?
Así es. Tiene que ser un modelo global, propio de ciudad y que se anticipe a su crecimiento. Un claro ejemplo es el proyecto de Quitumbe que, anticipándose a su desarrollo, tiene la intención de integrar el sector sur con el norte de Quito en lugar de mantener una contradicción entre ciudadanos que habitan en puntos cardinales opuestos. Quitumbe ya está listo para integrarse a lo que en pocos años será una estación del metro de Quito y lo propio habrá de hacerse en el actual aeropuerto.
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¿Mucho más que áreas verdes?
La construcción de un parque es un hecho. Quiero ser enfático en eso. Pero evidentemente tendrá mucho más que áreas verdes y será un espacio de uso público que jerarquice este sector tanto como Quitumbre está jerarquizando el sur de Quito. Este parque tendrá las virtudes necesarias para colocar a Quito en el circuito mundial de las capitales culturales, comerciales y de negocios.
¿Qué sucederá en el sector alrededor de este futuro parque?
Primero debemos elaborar una ordenanza especial para el desarrollo de esa zona que durante décadas ha tenido un represamiento en su evolución por las restricciones de altura. El edificio más alto, en sentido sur – norte es el Centro Comercial Naciones Unidas. De ahí hacia el norte prácticamente no hay edificaciones.
¿Novedades que se incluirán en esta ordenanza especial?
Es un modelo de crecimiento que impulsa un proceso de densificación para estimular la construcción en altura en toda el área del cono de aproximación a lo que hoy es el aeropuerto. Eso significa nuevas avenidas, vías anchas, aceras suficientemente amplias, edificios ecológicos, conectividad este – oeste, etc. La salida del actual aeropuerto nos dará la oportunidad de solucionar varios temas relacionados con
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conectividad y de planificar un desarrollo ordenado y un fuerte modelo de ciudad ecológica.
¿Modelo de ciudad ecológica?
Uno de los elementos prioritarios de esta administración es la incorporación de criterios de conservación ambiental. Esto implica edificios con techos verdes, modificación de uso de aguas grises, generosidad en espacios públicos, diseño paisajista, unificación parcelaria, etc.
¿A qué se refiere con unificación parcelaria?
En la cabecera norte del actual aeropuerto está el barrio de la Rumiñahui, conformado de residencias unifamiliares en terrenos de alrededor de 350m2. El rato que levantemos las restricciones de altura, tenemos el riesgo de terminar con un montón de edificios tipo caja de fósforo vertical que no aportan a la ciudad y, por el contrario, generan problemas. La idea es habilitar mecanismos de unificación parcelaria para que cada terreno tenga, como requisito para obtener un permiso de construcción, un área mínima de metros cuadrados obligatorios. Esto dará valor urbano, estético y arquitectónico a esta nueva zona que nos presenta una oportunidad única de repensar la ciudad.
¿Cuándo tendremos una propuesta firme?
Los temas a tratarse en la normativa específica que se creará para este sector están puntualizados. El
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incremento de edificabilidad, la visión ecológica y la planificación en conectividad implican un arduo trabajo que involucra normativas especiales por parte de varias secciones del Municipio. Estamos trabajando en ello.
¿Ese es el primer paso?
Cuando las cosas se hacen en orden, empezando por el principio y no por el final, este es el primer paso. No se puede diseñar el parque que estará en el centro de un territorio urbano que todavía no ha sido planificado ni normado. El parque debe atender las futuras necesidades del sector, de la masa humana que vivirá o trabajará en los alrededores y deberá ser parte del engranaje de la obra municipal que se hará ahí. No es un espacio aislado, es parte de un todo.
¿Cuándo estima que el aeropuerto saldrá de su actual ubicación?
El proceso ha sido largo y tortuoso pero la construcción del nuevo aeropuerto ha retomado la actividad esperada por lo que pienso que entrará en funcionamiento en aproximadamente 14 meses.
¿Ese es el mejor escenario?
El más objetivo. No es muy optimista pero tampoco es pesimista. Hemos analizado el cronograma de construcción del nuevo aeropuerto y la clave está en mantener el flujo de desembolsos de recursos por parte de los bancos financistas. La construcción necesita intensidad y optimización de tiempo. Hay factores, como por ejemplo la pavimentación de la pista del nuevo aeropuerto, que no puede hacerse por tramos porque implica importación de material que, evidentemente tiene que hacerse en un solo trámite.
¿Las vías de acceso?
Inició ya la construcción de la principal vía de acceso, Collas – Aeropuerto. Esta vía de 8.5km de extensión nace en la Panamericana Norte, a 1.5km del peaje, y llega al aeropuerto. Su construcción tomará 14 meses. No puedo asegurar que las dos obras se inauguren el mismo día pero tendremos una coincidencia en la culminación del aeropuerto y esta vía de acceso. Más adelante se construirá la Ruta Sur, conocida también como Vía de Integración de los Valles.
¿Esa ruta es parte de una segunda etapa?
Obligadamente tomará algo más de tiempo. Al asumir la Alcaldía me encontré con que no había ni un solo estudio realizado, a pesar de tanta discusión pública durante 10 años, Había trazados de intención, pero no estudios de ingeniería en detalle que hoy los estamos haciendo. La ciudadanía presiona diariamente por la construcción de esta vía.
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