Agosto 2024

Las páginas de esta edición cubren temas de radical importancia para el sector inmobiliario, sin embargo, el lector arrancará su lectura con esta experiencia maravillosa: un inusitado viaje que lo llevará a recorrer las últimas tendencias en arquitectura de interiores, en el que además de imaginar espacios maravillosos, conocerá a sus creadores. Como decía el célebre arquitecto Le Corbusier, “la casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad”. ¡Cuánta razón tenía!

Catorce destacados interioristas exponen su obra en diferentes estilos y tipologías creadas para armonizar con sus entornos en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca. Ellos hacen un alarde de sus capacidades para lograr equilibrios entre el trabajo y la vida personal, creando ambientes agradables visualmente que apelan a los sentidos y nutren el alma. Diseños flexibles que se adaptan a las multifacéticas necesidades humanas, convierten nuestros espacios en refugios que recargan energías y nos inspiran. De esta filosofía de vida están impregnadas las páginas del Especial de Arquitectura de Interiores y Decoración 2024.

Pasando a otros temas, y aclarando que si bien la polémica no es lo nuestro, sí es nuestra obligación exponer los riesgos que podrían afectar el desarrollo del sector inmobiliario. Destacan en esta edición dos entrevistas cuya lectura recomiendo. Una es la charla que mantuve con Andrés Burbano de Lara, Gerente de Productos en Banco Pichincha, que revela una situación preocupante en cuanto a la continuidad en financiamiento para vivienda VIS y VIP. Otra es la que compartí con Robinson Galarza, en la que menciona un delicado impase con el municipio de Quito relacionado con los beneficios tributarios que, por ley, deben tener los constructores en el DMQ.

Y por último, un mensaje de solidaridad con el pueblo venezolano ante el escenario político que atraviesan. El dolor ajeno existe, todos los ecuatorianos, salvo deshonrosas excepciones, lo sentimos al leer cada noticia sobre su lucha diaria por recuperar la libertad y poner fin a la vulneración de sus derechos. La justicia a veces tarda, pero siempre llega. Pronto brillará la paz en el horizonte de Venezuela.

¡Hasta la próxima!

Caridad Vela