Por Alegría Guarderas
La pasión por el interiorismo es el vínculo que unió a Juliana Echeverri y David Guerrero desde que se conocieron hace varios años en la Universidad San Francisco de Quito, mientras cursaban las carreras de diseño interior y arquitectura respectivamente. Desde aquel momento son inseparables, pues además de tener una sólida amistad, son el complemento perfecto en el ámbito profesional.
Para mentes brillantes como las de Juliana y David no existen barreras que impidan cumplir sueños, ni tampoco hay algo que no se pueda hacer. La clave para lograr cualquier objetivo radica en explotar la creatividad, crear cosas extraordinarias y fuera de lo común.
Juntos abrieron Bla-cko, un estudio que ofrece servicios de interiorismo, decoración, diseño arquitectónico, diseño de muebles, y asesoría para proyectos residenciales y comerciales. Sus propuestas son nuevas, frescas e innovadoras, no se limitan a seguir un patrón en particular. Son inmensamente creativos y prefieren combinar diferentes estilos. Son un dúo dinámico que está reinventando el concepto de diseño y causando un impacto positivo.
¿En qué se basa su propuesta?
El objetivo de Bla-cko es mejorar el estilo de vida de la gente, que se sienta más feliz, en espacios funcionales, agradables y acogedores. Nuestras propuestas se basan en conjugar funcionalidad y estética, potenciando el espacio existente. Damos mucha importancia a detalles como iluminación, materiales, colores y texturas, porque todo influye en cómo lucirá el producto final. Todos los elementos que conforman el diseño juegan un papel fundamental, pero deben estar en armonía, y sobre todo, deben ser funcionales.
¿Qué elementos no pueden faltar en sus proyectos?
Colocamos muchas plantas para crear ambientes frescos y piezas escultóricas para dar un tinte artístico. Usamos figuras geométricas como hexágonos, los muebles que diseñamos tienden a tener ángulos, porque nos encanta generar tensión con la geometría y contrarrestar con algo diferente. Procuramos tener nuestros propios diseños para que cada proyecto refleje una personalidad única.
¿Cuál es el punto de partida?
Lo primero es conocer al cliente e identificar sus necesidades y deseos. Damos mucha importancia al cliente porque nuestro fin es que cada uno se vea representado en el proyecto. A partir de ahí ya sabemos cuál es el campo de acción en el que debemos trabajar, pero siempre basándonos en sacar a la luz los rasgos de la personalidad del cliente.
¿Qué sigue?
Generamos una reunión para abundar en ideas y presentamos un moodboard (tablero inspiracional) al cliente donde mostramos varias alternativas con imágenes referenciales del mercado, y en base a eso definimos el estilo de proyecto que prefiere. Posteriormente vamos generando un modelo integral para que puedan visualizarse en el espacio. Es decir, les enseñamos los planos y proponemos los diseños específicos de cada área, la distribución de espacios, la parte decorativa, ambientación en general, carpintería, muebles y accesorios. Concluida esta etapa empezamos a materializar el proyecto, buscamos proveedores, mandamos a fabricar los muebles y hacemos la implementación.
¿Qué tipo de proyecto tiene más dificultad?
Es muy divertido diseñar y generar soluciones para diferentes tipos de clientes. Sin embargo, los proyectos residenciales constituyen un mayor reto porque tienes que dar gusto a cada uno de los integrantes que viven en la casa, y para eso debes identificar sus necesidades. Estos proyectos toman más tiempo porque hay más detalles y requerimientos. Por otro lado, cuando es un proyecto comercial el enfoque es más generalizado porque abarca diferentes tipos de público.
¿Qué tan importante es que el cliente se identifique con el diseñador?
Es muy importante la empatía y una conexión con el diseñador, de lo contrario, lo que se va a diseñar se vuelve un objeto muy ajeno e impersonal. Además el cliente está depositando muchísima confianza en el diseñador, y le está permitiendo trabajar con su dinero y su tiempo en algo que lo va a vivir todos los días. Hemos tenido la suerte de haber generado muy buenas relaciones con nuestros clientes, porque les damos apertura y estamos disponibles todo el tiempo. A la final se convierten en amigos porque compartimos mucho tiempo juntos.
¿Qué proyectos comerciales han realizado?
Generamos la imagen de marca para Wok to Walk, Vafeldagen, García, Urko Cocina Local, Gracias Madre, entre otros. Hemos realizado showrooms en ferias y centros comerciales para diferentes marcas como Inmosucre, Novopan y Watch Out. Poco a poco vamos integrando a más empresas que quieren identificar el lenguaje gráfico y arquitectónico de su marca.
Hablemos de este proyecto en particular…
Realizamos una remodelación completa de la vivienda de Daniel Tormen y Patricia Cobos, y la convertimos en un oasis en medio de la ciudad con un estilo district jungle, súper chic. Logramos darle un concepto totalmente diferente al que tenía en un inicio porque era un departamento sumamente oscuro. Dimos mucha fuerza al tema cromático para conseguir claridad, usando colores neutros y tonalidades suaves, y trabajamos con muchas plantas para crear ambientes naturales y frescos.
¿Qué materiales y acabados utilizaron?
Nos enfocamos mucho en esta parte. Colocamos puertas y barrederas blancas. Cambiamos todo el piso y pusimos un porcelanato simil de madera color blanco en todo el departamento para darle mucha claridad. La idea fue colocarlo en forma de fishbone para lograr textura y contrarrestar la frialdad del claro. Quitamos el baño que estaba en la cocina y abrimos esta área, porque era un espacio cerrado, e hicimos una isla con un mesón de material itopker mate para integrar al área social y dar más amplitud. Todos los muebles que pusimos fueron diseñados por nosotros.
¿Qué factor influyó en la distribución de espacios?
La idea fue optimizar los espacios y darles el mejor uso. La cocina generalmente es el corazón de la casa, y en este departamento al ser la recepción de la vivienda, quisimos darle muchísima fuerza. En base a eso se hizo la secuencia de espacios, teniendo en cuenta que sean útiles en el día a día y no tener ambientes desperdiciados.