Marzo – abril, 2013
 

Un nuevo portón de grandes dimensiones se divisa a la distancia, en la mejor ubicación de Cumbayá, hasta hace poco cubierto con cerramientos y vallas. Escondía en su interior una arquitectura que acaba de develarse para sorpresa de muchos, proponiendo adentrarse en ella para descubrir un nuevo estilo comercial.

Las vías de acceso han cambiado la perspectiva de la zona. Diversos pasos a desnivel nacen desde las esquinas principales para distribuir el tráfico de manera ordenada. Los carriles de acceso a Paseo San Francisco se han diseñado de tal manera que no afectan el tráfico vehicular que busca otros destinos. Incluso un desvío hacia el aeropuerto fue considerado para facilitar la ruta.

Al pasar el portón se despliega una impecable conjunción de comercios de distinta índole, alimentos y bebidas de nacionalidades diversas, tiendas exclusivas de la más fina pastelería, amplias áreas destinadas a diversión, y un gimnasio ubicado en el último piso fomenta la vida sana mientras se disfruta de la espectacular vista.
La estructura abierta y extrovertida aprovecha la bondad del clima en Cumbayá para presentarse honesta y transparente, en armonía con el entorno, muy distinta de aquella que miramos al ingresar a centros comerciales comunes.

La lluvia, lejos de molestar en los días de invierno, favorece un ambiente distinto bajo los amplios pasillos techados que bordean las plazas, diseñados para proteger a la multitud de las inclemencias del tiempo.

Paseo San Francisco tiene una arquitectura que va de la mano con la zona que lo rodea, permitiéndolo desarrollarse con un estilo paralelo, ideal en cuanto a urbanismo se refiere. No es una caja comercial sin formas, tampoco expresa como único propósito el afán de vender productos. Paseo San Francisco combina varios de los placeres de la vida en un espacio abierto, donde el aire que respiramos no es recargado, y no existe saturación auditiva.

Las fachadas exteriores en colores cálidos y alegres invitan a vivir una experiencia diferente. Grandes ventanales permiten vislumbrar sus interiores a quienes transitan por el sector. Ingresar a los amplios y cómodos estacionamientos es una aventura positiva pues un gran número de colaboradores uniformados cumplen su labor, nos dan la bienvenida y nos dirigen por la vía correcta para dejar nuestro vehículo. El número de espacios es más que suficiente para abastecer las necesidades de Paseo San Francisco, de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), y las del sector. Las instalaciones son de lujo y cuentan con iluminación de última tecnología LED. Varios accesos, mediante escaleras eléctricas o ascensor, nos llevan al primer nivel de plazas y locales comerciales.

Paseo San Francisco tiene una arquitectura que va de la mano con la zona que lo rodea; ideal en cuanto a urbanismo se refiere.

Su arquitectura y amabilidad estructural no son las únicas características que lo diferencian de otros centros comerciales. Es el concepto en sí lo que ha marcado distancia con lo cotidiano y común. Un lugar abierto, libre de estructuras severas, que pregona un estilo de vida de reunión social, de comunidad amigable y de paseo familiar.

Su apertura presentó uno de los más grandes aportes que la empresa privada ha hecho a la ciudad, materializada en la financiación y construcción de pasos deprimidos que constituyen una solución vial que se requería con urgencia. También el paso peatonal que conecta Paseo San Francisco con la USFQ fue construida por los mismos promotores y, a la par, se generó un importante número de plazas de trabajo para los habitantes de los alrededores.

La aceptación de la comunidad de todo el Distrito Metropolitano ha sido muy importante. En su primer domingo de atención al público superó la impresionante cifra de 7 mil personas. El poder de convocatoria de Paseo San Francisco trasciende el efecto de la novelería habitual. Volvimos para disfrutar con otro enfoque, sin prisas, descubriendo cada local, paseando, disfrutando un buen momento. Tengo que recalcar la increíble sensación de respirar aire fresco, y lo mucho que disfruté de pasear sin la contaminación del clásico y molesto ruido de los centros comerciales.

En Paseo San Francisco hay un despliegue de comercios de distinta índole, tiendas exclusivas de la más fina pastelería y amplias áreas de diversión.

Es impactante la forma en la que Paseo San Francisco se abre a sus alrededores a través de los corredores que lo rodean, partiendo desde el nivel de la calle y llegando hasta los pisos altos. Desde ellos se puede apreciar la USFQ, la avenida principal que desemboca en Cumbayá, la bifurcación de los pasos deprimidos que disipa el tráfico, los barrios aledaños, y en días despejados, el horizonte de la serranía.

Estos corredores, y los patios centrales, están decorados con mesas y sillas, distribuidas de tal manera que invitan el descanso, y se entrelazan con las acomodaciones particulares de los restaurantes con sus áreas de uso exclusivo para clientes.

A pesar de la gran cantidad de gente, en los espacios prevalece la calidez y tranquilidad, la jovialidad es el ánimo general, la juventud encantada recorre almacenes y locales de comida, y no faltan las familias en paseo compartiendo un helado, un café o el almuerzo.

El área gastronómica merece capítulo aparte. Igual que en el resto de Paseo San Francisco, aquí también hay sorpresas. El Restaurante La Choza, por primera vez se presenta en un centro de entretenimiento, permanece siempre lleno. En otro sector, que quizá podría llamarse el patio central, hay otros restaurantes de igual renombre como Friday´s, Chipotle Chillón y algunos próximos a abrir sus puertas como la Pizzería Piola. La primicia es el Restaurante Correo Postal, del reconocido gastrónomo Santiago Gangotena, con un concepto novedoso que ofrece platos de diverso origen internacional como comida asiática, italiana y norteamericana.

En el área que podría llamarse el patio central, desde donde se divisan los ascensores encapsulados en vidrio y una pileta que además de agua, en su centro tiene un fuego permanente, están sendas heladerías para satisfacer el gusto de los más pequeños, Café Valdez para los mayores, entre muchos más. Una decoración estilo parisina, en colores pasteles y con mesas exteriores enmarcada por una baranda blanca enmarca a Le Petite Patisserie. Aquí la tentación llega a su límite, todos los sentidos se activan ante la exhibición de una variedad de exquisiteces.

Physique se tomó el último piso para ubicar ahí el más grande y moderno gimnasio del país. Sobre un área de 1.000m2 se extiende un diseño innovador que privilegió el uso de materiales sustentables en su construcción. En el techo se habilitó una pista para correr, de algo más de 400m, con incomparable vista. Equipos de última alta tecnología, salas de yoga y pilates acorde con las tendencias de vanguardia se ubican bajo el mismo techo en áreas generosas. Sin duda alguna, este espacio será uno de los más visitados.

En comercios no falta nada, hay desde marcas conocidas hasta almacenes que no se encuentran en otro lugar. No faltan las salas de cine, locales de servicios bancarios, tecnología, telefonía, y más. Aquí está IMax, esa sofisticada sala de cine que permite una visión única de la película de su elección. También un centro de convenciones, el más grande del sector, que está próximo a inaugurarse con un importante evento internacional.

Los amplios y modernos servicios higiénicos están ubicados en muchos sectores de Paseo. Esto representa un alivio para los visitantes, al no tener que desplazarse desde una punta hasta la otra, diametralmente opuesta, para utilizarlos. Es evidente que la atención al cliente, su comodidad y seguridad fueron prioritarias en el diseño y distribución de espacios.

Se termina el día y cae la noche. La espectacular iluminación de fachadas exteriores y áreas interiores hace se debut en un escenario de fantasía. La vida en Paseo San Francisco adquiere un ambiente distinto. Se pensaría que llega la hora de cerrar cuando lo que sucede es una maravillosa transformación. Música en vivo y un insuperable clima invitan para disfrutar de la versatilidad de las actividades planificadas para todas las preferencias, edades y estados de ánimo. Esto es lo que sucede en Cumbayá, distención, relajación y diversión familiar en un entorno seguro que ha modificado el paisaje aportando en todo sentido a la comunidad.

Su primera etapa es un éxito rotundo. A paso firme avanzan las estrategias para la segunda etapa que pronto se convertirá en realidad. Nos volveremos a encontrar en Paseo San Francisco, en el corazón de Cumbayá.