Es uno de los proyectos inmobiliarios y arquitectónicos más importantes de las últimas décadas en Europa. Las razones: la complejidad técnica y arquitectónica de esta intervención urbana, su significado histórico, su ubicación en pleno centro de Madrid; su proyección futura, y la enorme inversión hecha para llevarla a cabo.
Para muchos, la recuperación del Centro Canalejas Madrid -siete edificios históricos, ubicados en la intersección de las calles Alcalá, Sevilla y la carrera San Jerónimo, a minutos de la Puerta del Sol- plantea, sin duda, un “antes y un después” para este emblemático emplazamiento de la capital española y su entorno.
No se trata solo de la recuperación de un edificio o de la construcción de un hotel de súperlujo. El desafío asumido por el estudio de arquitectura Lamela (Madrid) consistió en intervenir siete edificaciones de distinta data (las más antiguas son de finales de 1800), que en su momento fueron uno de los nervios financieros de la ciudad y que permanecían vacías desde hace doce años. ¿El objetivo? Convertirlas en un moderno y lujoso centro de hostelería, comercio y vivienda de alto estándar. Todo ello, sin afectar el entorno y recuperando los elementos arquitectónicos y ornamentales de valor, para integrarlos de forma armónica en el nuevo complejo.
Se trata de un trabajo de gran envergadura. Detrás de la intervención, que requirió ocho años y medio de trabajo, está la sociedad promotora Centro Canalejas Madrid S. L., conformada por OHL Desarrollos y Mohari Limited: una plataforma inmobiliaria especializada en el desarrollo de proyectos hoteleros de lujo alrededor del mundo.
siete edificios históricos, ubicados en la intersección de las calles Alcalá, Sevilla y la carrera San Jerónimo, a minutos de la Puerta del Sol
En la histórica intersección ya no hay sombras ni portones cerrados. Los edificios, que a lo largo de los años, albergaron a las entidades bancarias más importantes de la ciudad, así como al periódico El Heraldo, la compañía de seguros La Equitativa, el Casino de Madrid, comercios, cafés y viviendas, vuelven a la vida, con otra funcionalidad, contagiando de luz, movimiento y bullicio al que fuera el corazón de Madrid.
El Centro Canalejas Madrid hoy acoge al primer hotel de la cadena Four Seasons en España, 22 viviendas de súperlujo (los precios alcanzan los 15 000 euros por metro cuadrado) y una galería comercial, en la que se ubicarán tiendas de cuarenta marcas, también de primera categoría.
Un enorme desafío técnico
Para los amantes de la arquitectura, la explicación del proceso constructivo del Complejo Canalejas es un verdadero regalo. Para los profesionales del histórico Estudio Lamela, dirigido por el arquitecto Carlos Lamela, fue un reto
enorme, que requirió ocho años y medio de trabajo: desde el 2012, hasta su inauguración el 15 de septiembre, en pleno año pandémico.
Los profesionales del estudio, fundado por Antonio Lamela en 1954 y que tiene oficinas en Madrid, Varsovia, Ciudad de México y Rotterdam, diseñaron un complejo de 50 mil metros cuadrados. Los datos hablan por sí solos de la magnitud del proyecto: 7.895 metros cuadrados de fachada restaurada, más de 600 millones de euros de inversión (siete de ellos, destinados a restauración), recuperación de 16 mil elementos ornamentales originales, creación de cinco mil puestos de trabajo directo e indirecto…
El renovado complejo tiene distintos usos: un hotel 5 Estrellas Gran Lujo, operado por la cadena Four Seasons (200 habitaciones y 32 mil metros cuadrados); una galería comercial de 15 mil metros cuadrados; 22 viviendas de alto nivel, y un aparcamiento subterráneo con cuatrocientas plazas.
A la Galería Canalejas se ingresará por el número 10 de la calle Alcalá y por la Plaza de Canalejas; será el corredor que conecte las calles Alcalá y Sevilla. Las plantas baja y primera acogerán joyerías, perfumerías y tiendas de ropa de marca, mientras en la planta -1 se instalará un espacio gastronómico con más de quince restaurantes (varios con estrellas Michelin) y un mercado de productos gourmet.
Para muchos, la recuperación del Centro Canalejas Madrid plantea,sinduda,un“antesyundespués”para este emblemático emplazamiento de la capital española y su entorno. El resultado es impactante
La obra requirió
un sistema de estabilización provisional que “sostuviera” las partes de la estructura original que se decidió conservar, así como las fachadas
El proyecto no fue solo un desafío arquitectónico, sino también logístico. En las distintas fases participaron alrededor de cincuenta empresas. Incluso la propiedad sufrió variaciones en el camino (Mohari Limited se incorporó como inversor en un segundo momento). “Fue un equipo multidisciplinar muy grande, con empresas españolas y extranjeras”, explica Ana Guasp, arquitecta y directora de Proyectos del Estudio Lamela.
Guasp, quien estuvo a la cabeza del proyecto del Centro Canalejas, insiste siempre en que se trata de un trabajo en equipo, aunque de cara al público, ella sea la cabeza visible. Nadie mejor que esta arquitecta, con 18 años de experiencia en proyectos en España y fuera, para explicar la importancia y el proceso de esta obra. En entrevista virtual con CLAVE, la califica como “maravillosa, muy complicada, con momentos difíciles y muchísimo trabajo”.
Un trabajo de hormigas
La obra requirió un sistema de estabilización provisional que “sostuviera” las partes de la estructura original que se decidió conservar, así como las fachadas, mientras se avanzaba con la parte nueva. El proceso constructivo unificó toda la tipología interior, constituida por losas y pilares de hormigón armado.
A la vez que se mantenían y se reforzaban las fachadas, apoyándolas sobre dos vigas gemelas de nueva construcción, se las separaba de la zona interior existente. Esta se demolió por etapas (con todo lo que significa el uso de maquinaria pesada) y se construyó de nuevo, usando como base micro pilotes y una estructura de estabilización compatible tanto con la construcción ya
existente, como con la nueva. Un trabajo al que se sumó la complejidad de tener una línea del metro (la dos), en el terreno adyacente, y al hecho de estar en una zona céntrica, muy transitada y con alto tráfico.
Todo el proceso fue monitoreado de manera permanente, con un sistema topográfico automatizado, que controló las oscilaciones en las fachadas y en la línea de metro, de forma permanente, las 24 horas del día.
¿El resultado? La transformación de siete edificios distintos -que ya habían sufrido caóticas modificaciones en el tiempo- en una sola estructura, de ocho plantas sobre rasante y cuatro bajo tierra, para estacionamientos.
Uno de los vídeos que muestran la ejecución del proyecto (http://www.proyectocanalejas.com/un-proyecto.html) permite dimensionar la complejidad de los trabajos. La explicación técnica que acompaña a la animación detalla, paso a paso, la impresionante obra de ingeniería que se llevó a cabo para “vaciar” el interior de la estructura compuesta por edificios de distinta tipología, conservando las fachadas de las siete edificaciones, y en dos de ellas, incluso la primera crujía (galería).
Para los profesionales del histórico Estudio Lamela, fue un reto enorme, que requirió ocho años y medio de trabajo: desde el 2012, hasta su inauguración el 15 de septiembre, en pleno año pandémico
“Uno de los retos más complicados era hacer una intervención que no dañara la imagen de los edificios históricos pero que fuera, al mismo tiempo, una propuesta coherente con el siglo XXI, sin que las nuevas fachadas fueran las protagonistas. Además, teníamos que casar las distintas alturas de los edificios: es un proyecto único, una intervención unitaria, en la que no era posible la existencia de peldaños de subida y bajada en los pasillos que recorren los diferentes edificios”, explica Guasp.
La primera etapa inaugurada -el hotel- ha empezado a dotar de nueva vida a la zona, aun en medio de las restricciones provocadas por el año del Covid
Otra infografía animada, en la página web de Estudios Lamela (http://www.proyectocanalejas.com/) da cuenta de la evolución constructiva del complejo: desde una primera planta, de un primer edificio, edificada en 1897, pasando por el detalle de cada una de las intervenciones interiores y exteriores, en los siguientes años, hasta la construcción del séptimo edificio, en 1979. A partir de allí, se visualizan modificaciones de altura posteriores, así como la peatonalización de la calle Sevilla y la rehabilitación de la Plaza Canalejas. Es un complejo que ha sufrido intervenciones continuas a lo largo de su historia, y del que quedaba muy poco de su estado original.
Los desafíos no eran solo constructivos, sino también de inversión. “La legislación sobre edificios históricos es muy ambigua: no deja claro dónde se puede actuar y dónde no, así como el límite de las actuaciones permitidas. Para los promotores eso significa asumir una gran incertidumbre, por eso hay tantos edificios históricos vacíos y sin actividad. Este complejo suponía una inversión muy importante y, a nivel legal, una tramitación urbanística complicada, sobre todo por tratarse de siete edificios, aunque estuvieran ya muy alterados y modificados por dentro”.
El interior: otro universo a recuperar
“Por dentro, los bancos habían hecho una multitud de reformas y la estructura original estaba muy alterada”, explica Guasp. Había algunos elementos de
interés, como puertas, cerrajería, chimeneas, que se podían conservar. Y también ciertos espacios emblemáticos, como el patio de operaciones de Alcalá 14 (hoy recepción del hotel Four Seasons) y el despacho principal (antigua oficina del expresidente de Banesto), que ahora es una lujosa suite, de 450 metros cuadrados. La estancia tiene mucha historia pues, antes fue la “Sala de Conversación” del antiguo Casino de Madrid.
Una de las preguntas que se hicieron los arquitectos del Estudio Lamela era cómo enfrentar la recuperación de una serie de edificios que no tenían un espíritu único, sino que habían sido construidos, y posteriormente intervenidos de forma autónoma. “Son edificaciones muy distintas, con continuos cambios. No hay un solo espíritu, sino muchos”.
Es un complejo que ha sufrido intervenciones continuas a lo largo de su historia, y del que quedaba muy poco de su estado original
Así, se hizo una exhaustiva catalogación “más allá de lo protegido legalmente” y, en cada una de las edificaciones se conservó lo que se consideraba tenía un valor testimonial. Artesanos de talleres locales trabajaron en la catalogación, desmontaje y recuperación de muchos elementos, entre ellos vidrieras, mármoles, rejas, lámparas, cubiertas de pizarra, carpintería de madera, cerrajerías metálicas y embocaduras de piedra, capiteles, vidrieras, hasta lámparas, e incluso cajas fuertes. Objetos y estructuras que se integraron a un interiorismo en el que predomina el uso de piedra, madera y metales.
Se trataba -dice la arquitecta- de mostrar que era una intervención única, pero respetar la individualidad; el “lenguaje” de cada edificio. Lograr la armonía perfecta entre tradición y modernidad. En el diseño del interiorismo intervinieron dos empresas británicas, una estadounidense y dos españolas.
“El trabajo de organización fue muy complejo, pero nuestro estudio tiene experiencia en proyectos multidisciplinares, en los que colaboran diferentes empresas. Hemos trabajado en obras de tipo residencial, aeropuertos, hospitales…. Todo esto fue muy útil para enfrentar esta intervención”, dice Guasp.
El resultado es impactante. La primera etapa inaugurada -el hotel- ha empezado a dotar de nueva vida a la zona, aun en medio de las restricciones provocadas por el año del Covid. “Este proyecto se realizó en lo que fuera el corazón financiero de Madrid; un centro de actividad que, con el paso del tiempo, se depauperó. La tendencia es recuperar el centro histórico de la ciudad y este proyecto es un aporte fundamental en ese sentido”, dice la arquitecta Ana Guasp.
Así lo valoró también el jurado de los Premios Inmobiliarios Internacionales Asprima-Sima 2020, que concedió al Estudio Lamela el primer premio en la categoría de Mejor Actuación Inmobiliaria No Residencial “por su gran complejidad técnica”, por el trabajo realizado en el Centro Canalejas Madrid. El veredicto destaca que se trata de “una actuación de gran complejidad urbanística y técnica con un resultado final que tendrá un impacto positivo para la zona y para la ciudad y, además, en sintonía con las tendencias europeas más vanguardistas”.
El mismo jurado concedió al Estudio Lamela un premio en la categoría de “Mejor Actuación Inmobiliaria en Vivienda”, por la rehabilitación integral de un antiguo edificio de oficinas en la calle madrileña de Modesto Lafuente 26, en pleno barrio de Chamberí, uno de los más importantes de la capital española.
Una de las preguntas era cómo enfrentar la recuperación de una serie de edificios que no tenían un espíritu único, sino que habían sido construidos, y posteriormente intervenidos de forma autónoma
Son dos reconocimientos más en el palmarés de esta oficina fundada en 1954 por Antonio Lamela (fallecido), y reconocida como una de las firmas de arquitectura más importantes de España. En su portafolio de proyectos realizados tiene obras tan emblemáticas como las Torres Colón, la ampliación del Estadio Santiago Bernabeu, la terminal T4 del Aeropuerto de Barajas o la Ciudad de las Comunicaciones de Teléfonica, en Madrid; además de varios proyectos internacionales de relevancia.
El encargo del Centro Canalejas Madrid ha sido, quizás, su desafío más importante. “Una intervención única en Europa”, como la ha calificado el director del estudio, el arquitecto Carlos Lamela. Una propuesta arquitectónica muy ambiciosa que le ha devuelto la vida al llamado “buque insignia” de Madrid.