PRIMERA CASA UNIFAMILIAR EN ECUADOR 

Hacer del mundo un lugar idóneo para vivir requiere romper esquemas y dejar viejas costumbres de lado, para renovar los paradigmas que demarcarán el futuro. Esta necesaria evolución se relaciona con la forma cómo vivimos, cómo trabajamos y cómo construimos los espacios que nos acogen en el día a día. 

Mucho se lee al respecto, poco se hace por innovar. Tenemos cierto nivel de entendimiento, pero nos quedamos cortos al momento de actuar, de asumir la responsabilidad que nos corresponde como habitantes de un planeta, y de un país, que poco tendrá que ofrecer si no lo protegemos. 

Contrariamente a la creencia popular, construir inteligentemente no es más difícil que hacerlo de la forma tradicional, tampoco es más caro, solo requiere decisión. Para entender cómo podemos unirnos a esta tendencia generalizada en el mundo, conversamos con el arquitecto Daniel Rodríguez, especializado en diseño sostenible, y representante de la Certificación Edge. 

La casa unifamiliar que ilustra estas páginas es la primera en Ecuador en obtener la Certificación Edge. En ella trabajó el arquitecto Diego Altamirano, en conjunción de esfuerzos con Daniel, sus auditores y capacitadores, para lograr el objetivo. 

¿Qué implica la Certificación Edge? 

Es una innovación de ____, que es el brazo financiero del Banco Mundial. Ellos crearon esta certificación para masificar la construcción sostenible, a través de una herramienta accesible que premia las buenas prácticas ambientales en el país. Este es el primer proyecto de vivienda unifamiliar certificado en Ecuador. A la fecha, en el país existen alrededor de 55 grandes proyectos certificados, la gran mayoría residenciales, pero también hoteleros y de oficinas.  

¿Cuáles son los requisitos más importantes que se deben cumplir? 

Para obtener la certificación se requiere por lo menos el 20% de ahorro de energía, 20% de ahorro de agua y 20% de energía incorporada en materiales. Ese es el estándar mínimo.  

¿Esta casa cumple con esos parámetros? 

Los supera. La casa tiene 45% de ahorro de energía, 37% en agua, y 77% en energía incorporada en materiales.  

¿Cómo se logra un 45de ahorro en consumo de energía? 

El diseño tiene características bio climáticas. Desde la orientación de la casa hasta la cantidad de vidrio inteligente usado en fachada para aprovechar la iluminación natural y minimizar la necesidad de iluminación artificial, además de proveer buena ventilación. Todas las habitaciones, baños y closets tienen claraboyas, lo cual aporta en el ahorro de consumo energético. Hay vidrio en el ingreso, en el porche, en el cubo de las gradas, logrando que el aprovechamiento de la luz natural sea potenciado para rendir al máximo. 

¿Vidrio inteligente? 

Se lo conoce así porque sus características y fabricación son especiales. Al vidrio normal se le coloca una capa, o recubrimiento, que cambia conforme transcurren las horas del día para no perjudicar la iluminación interior, pero al mismo tiempo evitan el excesivo calor y bloquean la radiación solar. El proceso para convertirlo en inteligente se hace a través de máquinas especiales que colocan una especie de silicona, que puede ser blanda o dura, para que dotar a un vidrio común con estas propiedades. 

¿También hay ahorro de energía en el calentamiento de agua? 

Claro. La casa cuenta con dos sistemas de paneles solares. Uno para el calentamiento del agua de uso domiciliario, que la almacena en tanques de reserva para cubrir la demanda de la casa. El otro es para la piscina, que actúa de manera independiente y a la vez funciona como su propio tanque de almacenamiento. Además, la piscina cuenta con un cobertor que hace las veces de panel solar y, al estar cerrado, evita que la temperatura del agua descienda. Cuando no hay sol igual hay radiación, que, aunque sea difusa, también calienta el agua a la temperatura ideal. 

Pasemos al ahorro de 37% en agua… 

Para este efecto la casa también cuenta con dos sistemas. Uno, el que recoge el agua lluvia para almacenarla y utilizarla para el riego automático que se instaló en el jardín. El otro es el mecanismo instaurado para reciclar el agua usada en duchas y lavamanos, a través de un tanque prefabricado que procesa, trata y filtra el agua jabonosa, y la reutiliza para inodoros y riego del jardín. De esta manera se neutraliza el efecto del posible uso excesivo de agua en duchas premium. Además, toda la grifería en esta casa posee una tecnología que mezcla agua con aire, para ahorrar el consumo sin limitar la presión. 

¿Y el ahorro de 77% en energía incorporada en materiales?  

Todo material constructivo pasa por una fase de fabricación o producción, que requiere cierta energía. El aluminio es el material más contaminante en la industria de la construcción, inclusive más que el cemento, que también consume bastante energía. En el lado opuesto está la madera, que es un material sostenible que requiere de poca energía en su fabricación. Esta casa tiene poco volumen de cemento y nada de aluminio, por el contrario, se usó gran cantidad de madera local, mucha de la cual es reciclada, y el trabajo es artesanal. Los marcos de las ventanas son de madera, las cubiertas también, los pisos son de bambú, y esto nos permite reducir el porcentaje de energía incorporada en los materiales de construcción que se utilizaron. 

¿Cuál es el tiempo de vida útil de la madera? 

El ciclo de la madera en una construcción puede durar entre 50 o 60 años, dependiendo del mantenimiento que se le da. Y ahora está de moda el bambú, que en tan solo ocho años llega a su madurez y por lo tanto es muy fácil de reponer. La responsabilidad ambiental es un factor muy importante en el uso de este tipo de materiales, de hecho, el mismo Banco Mundial maneja “bonos de oxígeno” para garantizar el uso y reposición eficiente de bosques. 

¿El Banco Mundial es muy activo en estos aspectos? 

El Banco Mundial trabaja directamente con los gobiernos, mientras que el DFS es su brazo financiero para trabajar con entidades privadas. Desde 2016 trabajo con Banco Pichincha en la implementación de la estrategia de sus “bonos verdes” para la construcción, que se otorgan a través de la Certificación Edge. Los bonos verdes ofrecen ventajas en la tasa de interés que se aplica en créditos para construcción, y cubren el valor de la certificación. Estos beneficios permiten que el constructor tenga un ahorro adicional en los costos financieros de su vivienda o proyecto inmobiliario, que va más allá de generar un menor gasto en agua, energía y uso de materiales. 

¿El comprador valora esta certificación? 

Afortunadamente, la certificación es cada vez más valorada por el comprador. De hecho, ese es otro beneficio para el promotor inmobiliario: un proyecto certificado se vende más rápido que el que no lo es. En Ecuador, en 2017 certificamos el primer edificio en la región andina, y ahora entregamos la certificación a esta primera casa unifamiliar. El país se ha demorado un poco en caminar hacia esta tendencia, pero ya se han dado los primeros pasos y eso es lo importante. Actualmente hay alternativas en materiales de construcción, que no son más caros que los tradicionales, son muy estéticos y energéticos, y llevan detrás una filosofía de progreso que no perjudica a terceros. Eso es fundamental. 

¿Es más costoso implementar estas estrategias que construir tradicionalmente? 

En la gran mayoría de proyectos que hemos analizado verificamos que el incremento no va más allá del 1% en costos directos de construcción, que, además, es un valor que se asume solo por una vez. El retorno de esa inversión se ve inmediatamente traducida en un importante ahorro en las planillas de servicios básicos, ahorro que se repetirá todos los meses durante la vida del inmueble. Además, está el valor agregado de saber que estamos construyendo con responsabilidad.