Por Belén Guerrero
De la constante búsqueda por alcanzar un estilo de vida con más consciencia en lo físico, mental y espiritual nace un emprendimiento que empieza con Isabella Ribadeneira, su creadora. Mientras estudiaba arquitectura buscaba ese “algo” que sentía le hacia falta. Cambió su estilo de vida empezando por su alimentación, limpió su organismo con jugos detox, paralelamente comenzó a practicar yoga, y así, sin darse cuenta, se adentró cada vez más en un mundo que terminaría siendo su verdadera pasión.
Al regresar a Quito y compartir su cotidianeidad, sus amigas empiezan a pedirle jugos detox. La recomendación fue empezar tal como lo hizo ella: una semana detox (un jugo por día) para limpiar el cuerpo de toxinas. Se unieron amigas de su madre, y sin saber cómo, se encontró elaborando planes detox para conocidos y desconocidos desde la cocina de su casa.
Los jugos cumplían su parte, pero había mucho más por recorrer. El siguiente paso fue elaborar mantequilla de almendra y de maní; y leche vegana de almendra y coco, para complementar los detox semanales que cada vez más llamaban la atención. Se encargaba de comprar los respectivos ingredientes, siempre frescos, para transformarlos en jugos, hacer la entrega a domicilio y así mantener a todos sus clientes atendidos.
La cocina de su casa le queda pequeña y encuentra un espacio en el barrio La Floresta. Quedó atrás lo que en principio fue un hobby y evolucionó a convertirlo en un negocio. Creó Bhumi con tres fundadoras más, su hermana Camila y sus primas Lorena y Emilia. Bhumi significa diosa de la madre tierra, y engloba exactamente lo que querría transmitir, “de la tierra al alma”.
Las fundadoras crean la imagen alrededor de este concepto, y la dan a conocer junto con nuevos productos y programas detox personalizados. Lanzan su página web para vender productos Bhumi a domicilio, volviendo a la estrategia de atención personalizada de su inicio. Tuvo más espacio y siguió expandiéndose, buscando la forma de conectar el yoga con la alimentación, estudiando otras áreas que complementen el propósito de su marca. Es cuando estudia ayurveda y lo convierte en un pilar de su concepto.
Abre talleres de masajes, clases de Ashtanga (yoga) y de cocina. Se transforma en el núcleo de una pequeña comunidad. Y así, avanzando, su segundo espacio nuevamente resulta pequeño. Otra mudanza, esta vez a una casa más grande que abría nuevas puertas en cuanto a lo que podría llegar a ofrecer. Una casa perfecta, en la misma Floresta, el barrio ideal para un centro holístico que nadie esperaba.
Bhumi es verdaderamente una casa. Un ambiente acogedor, lleno de dedicación y detalle. El espacio es amplio y combina piedra, madera y plantas bajo una cálida luz. Su madre, Paulina, fue la encargada del diseño interior.
Las puertas de su restaurante se abren de lunes a viernes de 8h30 a 19h00. Ofrece desayunos de alrededor de $10 y almuerzos de $5 que incluyen entrada, plato fuerte y bebida. También disponen de snacks para disfrutar durante el día. La propuesta es de comida orgánica, basada en alimentación ayurveda, sustentándose en sus seis sabores (dulce, picante, amargo, astringente, agrio y salado), y usando todos los colores con el fin de crear un balance para alimentar cada parte del cuerpo.
El 40% de los productos son hechos en la misma casa y utiliza una variedad de especias para tratar diferentes desbalances. “Queremos cerrar el ciclo, la mayoría de cosas que recomendamos puedes encontrarlas aquí o las elaboramos y dejamos en tu casa” nos comenta. Trabajan con hierbas para crear infusiones con distintos propósitos, como calmar dolores, ser digestivas, energéticas o relajantes.
El ayurveda es pieza clave en esta historia, es la base de todas las recetas en Bhumi. “Todo depende de tu dosha”, explica Isabella, mientras te abre a un mundo nuevo de información sobre cómo eres, física y temperamentalmente. Toda esta información puedes encontrarla en su página web: www.bhumi.ec
En el mismo espacio, el restaurante se conecta con una tienda de productos artesanales hechos por diferentes emprendedores: limpiadores de lengua, miel de abeja, quesos de chocho, calendarios lunares… por mencionar algunos. Y es que todo tiene concordancia entre sí, desde el gran servicio hasta los muebles hechos por Nicolás Muñoz (@bambu.lab) que son obras artesanales que todos quisiéramos tener.
Esto, aunque parece suficiente, es solamente el ambiente que te da la bienvenida. El piso de arriba acoge un espacio que abre conciencias mediante una vía diferente. Un espacio para practicar yoga, recibir masajes ayurvédicos y talleres enfocados en diferentes propósitos, desde constelaciones familiares hasta registros akáshicos.
Buhmi es un centro holístico que genera consciencia ofreciendo diferentes formas de alcanzar una vida más despierta, más conectada con uno mismo. Un espacio donde Isabella ha plasmado su esencia de auto conocimiento y ha seguido evolucionando hasta ofrecer todo lo necesario para satisfacer esa inquietud por la introspección.