Por: Cristina Chavarría
Por falta de promoción y conocimiento a veces se confunde dos perfiles totalmente distintos: el paisajista con el jardinero. El paisajista es artista, es diseñador y planificador, está preparado para crear espacios con técnica y conocimiento; mientras que la misión del jardinero es importante en cuanto al mantenimiento y cuidado de las plantas. La diferencia entre los dos se ve reflejada en la transformación de espacios verdes.
Benoit Huguet, paisajista francés que durante diez años planificó y ejecutó parques a nivel público y privado en su país y en Reino Unido, llega a Guayaquil en el 2008 para conocer a la familia de su esposa. Aquí se enamora de las posibilidades de desarrollar su trabajo y decide quedarse para poner en práctica su pasión. En estos últimos años se ha enfocado en el diseño de paisajes para urbanizaciones y jardines de casas particulares ubicadas en la Vía a Samborondón y Vía a la Costa; y ha estado involucrado en obras de siembra, construcción e iluminación en grandes proyectos inmobiliarios como Isla Mocolí, Durán City y Nuevo Panorama.
Afirma que en esta profesión se conjugan conocimientos de topografía, arquitectura, urbanismo, ecología, geología, estudio de suelo y diseño, pero que lo más importante es que el cliente esté satisfecho con el trabajo que se realiza. No solamente utiliza plantas en su trabajo, pues para lograr variedad y acierto en el uso del espacio se pueden agregar esculturas, camineras, espejos de agua, cascadas y mobiliario para complementar el trabajo.
Como todo en la vida, el diseño de jardines ha evolucionado muchísimo en estos últimos años. Quedaron en la historia las casas con patios de cemento, ahora son verdaderas creaciones donde aflora la naturaleza. “Antes era muy común que en el jardín de atrás se siembren árboles de producción, como mango o aguacate, incluso se tenía jaulas con pollos, pero poco a poco la gente dejó esa tendencia y colocó piscinas. Pasan los años y las nuevas generaciones regresan al huerto urbano, porque perciben que no hay seguridad alimentaria, no hay garantía de que los vegetales y las frutas estén libres de pesticidas.”
Otra evidencia de que las épocas han cambiado es que hace algunos años las constructoras de proyectos para todo nivel social se centraban solo en los modelos de las casas, “pero ahora que el cliente potencial tiene más opciones para elegir, es notorio que se inclina por proyectos que tienen aéreas verdes atractivas y bien cuidadas”. En las urbanizaciones es muy importante la zona de ingreso. El diseño de este paisaje debe ser espectacular, llamativo, y estar bien mantenido para generar impacto positivo. Igual sucede con la casa club y sus alrededores, pues “los interesados en comprar no van a tener confianza en una constructora si sus sentidos no perciben orden y estética en los jardines y zonas comunales. Involucrar juegos para niños, piscina y espacios deportivos, agrega valor al proyecto y al estilo de vida de la gente que vivirá ahí.
En cuanto a casas nuevas, a nivel global se observa que el jardín posterior de las viviendas ha dejado de ser un espacio de uso para convertirse en uno más decorativo. “Uno de los factores que ha influenciado en este sentido se relaciona con la plusvalía. Está comprobado que si una casa está junto a otra, la que tiene área verde mejor mantenida se venderá a mayor valor, y seguramente más rápido que la casa vecina, porque resulta más atractiva para el comprador. La que tiene patio de piedra o cemento se venderá a menor precio, porque la mayoría de la gente que se enamora de una casa, en parte lo hace por el jardín”.
Se han traspasado todos los límites. No solamente hay huertos en las casas, sino también jardines en el techo, jardines verticales en las paredes, jardineras en el interior de las casas y en los balcones. Cada espacio disponible es válido para cubrirlo de verde. “En todo espacio se puede colocar plantas para refrescar el ambiente. Donde hay plantas el aire es más puro. Las herramientas tecnológicas de uso diario emiten partículas tóxicas que van al ambiente, y las plantas absorben los contaminantes trasladándolos del aire a la tierra.”
Lo único que según nuestro entrevistado se ha mantenido intacto a través de los años es la importancia del jardín de entrada. “Esto no es algo nuevo. Tiene una tradición de más de 200 años en Inglaterra, donde independientemente del nivel socio económico de la gente, todos buscan destacarse por esa parte de su casa. Colocan una piedra, cerámica o reja bonita, acompañada de plantas bien mantenidas, pues hay una especie de competencia entre vecinos por tener más flores o mejor decorado su ingreso.”
Cada creación de Benoit tiene un efecto personalizado. Al hablar sobre modas responde que prefiere evitar lo común. “Si el cliente quiere imitar al vecino, aconsejo variar los colores de la flor. Si la arquitectura de la casa es moderna o minimalista sugiero jardines Zen, trabajados con efectos de agua, esculturas, y la correcta iluminación. Si el jardín estará en un lugar de alto tráfico lo adecuado son plantas resistentes, arbustos como ficus, que aguantan cierto nivel de maltrato.”
Los jardines pueden ser coloridos y ordenados, otros pueden imitar una selva de plantas exóticas donde parecería que el hombre no ha intervenido, todo es factible trabajando de la mano de un experto, pero copiar lo que se ve en revistas no es aconsejado. “Los clientes traen una revista sin entender que si copiamos exactamente no quedará igual, podría terminar luciendo mejor, pero hay que considerar que el lugar de la foto tiene clima distinto, no es el mismo tipo de suelo, y el jardín de la revista seguramente tiene otro nivel de sombra o asoleamiento que el de la casa de mi cliente”.
Las plantas se escogen y colocan analizando la disponibilidad de tiempo que cada persona está dispuesta a invertir en su mantenimiento, y a pesar de que existe una enorme variedad de especies a disposición, es indispensable acertar en lo que se elige para evitar gastos innecesarios reemplazando plantas que no eran adecuadas para ese lugar.
El diseño va adaptado al gusto de la persona, pero los clientes no necesariamente saben lo que quieren. “Con mucha piscología se los ayuda a descifrar sus preferencias para así lograr un diseño apegado a su personalidad”. Sucede con frecuencia que el cliente quiere colocar elementos que no son compatibles, pero el ojo experto de Benoit ofrece las combinaciones que funcionan, y establece los lugares adecuados para colocarlos. “Si el árbol crecerá 20 metros en cinco años, no se lo puede sembrar en un patio pequeño o en un balcón”.
No importa cuál sea la escala del proyecto, la relación con el arquitecto es muy importante. Y si se trata de la planificación de espacios muy grandes, debe intervenir también un ingeniero civil y un ingeniero eléctrico, para que junto al arquitecto paisajista el área se diseñe en conjunto desde el inicio. “No se trata de rellenar con plantas una jardinera, para ello bastaría con ir a un vivero y jugarse la suerte de que crezcan o no. Hay que considerar, por ejemplo, las tuberías subterráneas para evitar que las raíces de las plantas causen problemas, o analizar por dónde pasarán los cables eléctricos para no sembrar árboles altos debajo de ellos, porque habrá contratiempos”.
Así como un artista escoge los colores para su lienzo, el paisajista elije la variedad de plantas según la zona geográfica, clima y tipo de suelo. “Hay ciertas plantas de la sierra que no se adaptan a lacosta, pero si se siembran a la sombra y se riegan regularmente se pueden mantener bien. En la sierra, salvo en zonas muy altas donde el frio puede matar a las plantas, el clima no influye drásticamente porque no hay temperaturas extremas”.
Las prisas no son buenas. Este es un trabajo de mucha estética y meticulosidad. Con el tiempo todas las plantas crecerán, y en este sentido, siendo que el presupuesto del cliente es otro factorimportante a cuidar, “se puede comprar plantas pequeñas que son más económicas, y disfrutar de verlas crecer a su máximo tamaño”. La mano del artista se verá en cada etapa y la espectacularidad de su trabajo quedará plasmado en su obra paradisfrute de varias generaciones.