Por Pamela Cevallos H
En el mundo de la moda existen varias líneas de trabajo en las que este mercado se desarrolla. La representación de marcas es una y, en ella se mueve Bárbara Brauer, quiteña de 28 años que apostó al talento internacional para crear una empresa dedicada a potenciar el trabajo de diseñadores poco conocidos, que tienen un talento innato para crear piezas únicas.
‘B Design’ es la empresa que sostiene en Ecuador a once marcas colombianas de ropa, carteras y joyería con diseños exclusivos, modernos y originales. Un detalle en común entre las marcas que escoge Bárbara, es que la mayoría de diseñadoras con quienes trabaja son jóvenes profesionales en otros ámbitos, que decidieron, paralelamente, producir artículos de moda en la línea que más les apasiona.
Estudió negocios internacionales, precisamente porque esta profesión le abre opciones y le permite ser flexible en el negocio que escogió, y por ello se identifica con cada una de las diseñadoras que le proveen productos. Es amante de la moda, pero asegura que no es muy hábil para producir artículos con sus propias manos. Sin embargo, no descarta que en algún momento su conocimiento le conduzca a crear con su propio estilo.
La marca ‘B Design’ importa ropa, carteras, joyería, vajillas, entre otros objetos elaborados artesanalmente que representan el estilo moderno y exclusivo de la visión del negocio de Bárbara. Y aunque reconoce que en Ecuador todavía este espacio no se ha desarrollado, considera importante su participación en un área poco explorada y en la cual su semilla ayudará a potenciar el talento nacional.
“Trabajé en Miami dos años, cuando regresé a Quito empecé en la empresa de chocolates de mi padre. En un viaje que hice a Colombia conocí la industria de las nuevas diseñadoras colombianas. La mayoría no estudiaron moda ni joyería, solo son aficionadas y tienen talento. Son economistas, sicólogas, etc., pero su hobbie es crear piezas de diseñador. Me siento identificada con la historia de cada una”.
Está casada hace apenas un año. Vive con su esposo en un departamento que denota completamente su estilo. Es moderno, lleno de luz y con detalles exclusivos. El blanco predomina en su minimalismo, en el que resaltan varias obras de arte que dan un aire urbano y cálido al ambiente.
Mientras realizamos la entrevista, su perro Miguel nos observa desde el balcón. Se trata de un bulldog blanco con un ojo negro, con quien Bárbara hace todas sus gestiones. Es su acompañante oficial, el mimado de la casa. Frente a él está el árbol de Navidad, el primero en la vida matrimonial de Bárbara, quien nos comparte la maravillosa noticia de que su primer bebé está en camino, y con ello se despliega una nueva aventura en su vida que no solo se refiere al ámbito personal, sino también al empresarial. En el futuro avisora la representación de líneas de artículos más familiares, donde las madres y los niños encuentren objetos especiales para su vida.
“El mercado ecuatoriano todavía es muy clásico y tradicional. Mi mamá es muy moderna, los lugares en los que he vivido han sido siempre minimalistas, y eso marcó mi estilo. No me gusta los espacios cargados, pero sí las piezas grandes que llenan un espacio. Ofrezco a mis clientes aretes y pulseras grandes. Importo una o dos piezas máximo de cada artículo para mantener la exclusividad, y lograr que resalten en la gente ligándose a su personalidad.
En el showroom de ‘B Design’ hay ternos de baño, vestidos con aires españoles, joyas doradas de fuerte presencia, vajillas con diseños poco comunes… Comenzó con Liza Echeverri, de Medellín, una diseñadora reconocida a nivel internacional. Luego encontró diseñadoras más pequeñas como Palma Canaria (madre e hija). Una de ellas trabajaba en un banco, pero un viaje a Cartagena la motivó a crear carteras de yute. Otra marca es Juntamar, tienda de diseño de ternos de baño liderada por una economista, quien se unió a su prima para diseñar y vender esta línea.
Entre otras marcas están Tulena, dirigida por una mujer joven que estudia sicología pero elabora joyas como hobbie; también Eugenia Fernández con su ropa inspirada en tradiciones españolas; Pájaro Limón de dos hermanas de Medellín que aman la moda y se enfocan en la naturaleza, haciendo piezas con hojas, animales, etc.; Flipando, una nueva marca presentada en el último trunkshow, que nombra a cada pieza con lugares turísticos de Colombia.
Su proceso comercial es variadísimo. Organiza trunkshows que le abren muchas puertas y ahora cuenta con clientes frecuentes que gustan de la exclusividad que ella ofrece. Las redes sociales son su gran herramienta para promocionar piezas de autor, y se apoya en influencers a quienes entrega prendas y artículos para dar a conocer las marcas que promociona. Al showroom, ubicado en su departamento en Quito, se accede con previa cita.
“Espero pronto encontrar alguna diseñadora ecuatoriana, me encantaría representarla. Lo que busco es que cada artículo complemente un atuendo, ya sea formal o elegante. Por ejemplo, mis aretes cambian completamente un look, y dan un toque diferenciado al ponértelo en cualquier ocasión, y eso los hace únicos”, sostuvo.
Su inquietud profesional no le deja estar en paz. Ahora piensa abrir una línea de decoración de interiores y artículos de casa. “Poco a poco se está desarrollando el mundo del diseño en Ecuador. En los últimos dos años ha evolucionado, se ha empezado a trabajar con artesanos locales, y cada vez más diseñadoras ecuatorianas se están abriendo a esto que es importante reconocer”, dijo.
En su emprendimiento se evidencia que estamos muy influenciados por el mundo exterior y la globalización. Ello ocasiona que la gente se incline más por tendencias de la moda internacional, pero anota que nada está escrito en piedra. “La gente tiene diferentes gustos y lo que uno piensa que es juvenil muchas veces es consumido por personas mayores. Montar esta empresa ha sido un proceso de aprendizaje”.
“En este momento todavía no me lanzo de lleno a diseñar, pero he hecho algunas piezas y he aprendido mucho. Las diseñadoras a las que represento me inspiran. Seguiré representando algunas marcas, pero pienso que en el futuro empezaré a crear mis propias prendas, a diseñar joyas o vajillas. Veré cómo responde el mercado, porque anhelo tener mis propios diseños y plasmar mis ideas”.
Bárbara está empeñada en impulsar la industria de la moda en el país, y ha hecho bastante en este sentido. Como toda mujer emprendedora, no se cansa de buscar gente talentosa tanto en el espacio moderno como en el folclórico-artesanal, quiere personas creativas que con todo tipo de materiales desarrollen piezas únicas y llamativas, que representen el glamour y buen gusto de los elementos que acostumbra ofrecer a su clientela.
Mientras tanto su embarazo le está cambiando la vida. Antes no se fijaba en la ropa de bebé o de madres embarazadas. Hoy se da cuenta de la importancia de este grupo objetivo y piensa que esta etapa le dará un giro a su empresa. “Seguro empezaré a traer marcas dedicadas a esto. Mis tendencias e intereses están en constante cambio, y mi situación de cambio personal en este aspecto me permitirá entender cómo transcurre esta otra fase importante de la mujer”, comentó.
Está en los primeros meses de embarazo y aun no ha pensado mucho en la decoración de la habitación de su bebé, pero de plano rechaza usar el rosado y celeste tradicionales. “El cuarto será blanco con un juego de grises y algún toque de color fuerte”, comenta mientras lo imagina. En estas fechas despierta en ella una nueva ilusión por Navidad. Por primera vez hizo el árbol en su nuevo hogar y lo decoró para la temporada. Quiere invitar a familiares y amigos para rezar la novena, y a la luz de las noches quiteñas abrazar la pequeña vida que crece un su interior.