Bárbara Freile es una arquitecta de gusto sutil y minucioso. Los detalles la apasionan y los lugares que se benefician de su experiencia son un reflejo de sus aciertos. Una profesional multifacética, pues además de dedicarse a la arquitectura, diseña muebles que muchas veces incorpora en sus proyectos.
Una de sus obras más recientes es una hacienda en el páramo del Cotopaxi. Un camino de árboles da la bienvenida a esta propiedad en la que la mayoría de espacios son una vitrina hacia el volcán. La casa, implantada sobre una larga planicie, se distribuye en dos plantas. Al interior, los espacios sociales toman protagonismo: dos amplias salas, una más familiar que la otra; una cómoda cocina donde el piso y las paredes parecen uno, un comedor de diario y otro más amplio y formal, completan la distribución.
El estilo es rústico, campestre, chic. Por la relación cercana con el cliente, Bárbara pudo involucrarse profesional y emocionalmente en la ejecución del proyecto. El acierto principal es la excelente distribución de espacios que hacen de ésta una casa cómoda para la vida de campo. |