Por Caridad Vela
El Distrito Metropolitano de Quito enfrenta una situación que requiere de liderazgo, decisión y trabajo. Andrés Páez, ex asambleísta y ex candidato a la vicepresidencia de la República, estará en la papeleta electoral para los comicios del próximo mes de febrero, como candidato a la alcaldía de la capital del país.
Esta es su visión de la situación actual y la propuesta que ejecutaría en caso de lograr los votos suficientes para ocupar el cargo.
A su criterio, ¿cuál es el principal problema del DMQ?
La economía. Ese es el principal problema porque es causa y consecuencia de todo lo demás. Quito tiene el doble de la tasa nacional de desempleo, y si consideras que tenemos 300.000 burócratas viviendo aquí, la tasa real de desempleo es todavía más alta. El municipio es un obstáculo para la empresa privada en lugar de ser un socio estratégico, por eso no hay inversión. La ausencia de una política de productividad en materia de emprendimientos es absurda. La recesión provocada por la pandemia ha sido abominable para Quito, porque no tiene exportaciones, y ha afectado mayormente a la clase media que perdió sus empleos o cerró sus negocios. La falta de microcrédito ha hecho que prolifere el chulco como única opción para la gente que no tiene quién le preste.
¿Por dónde empezar?
Eso no es todo. Tenemos otros problemas que son multidimensionales. Por ejemplo vialidad y movilidad, que tienen directa relación con la delincuencia que aprovecha los trancones para robar. Caótico desarrollo urbanístico en zonas urbano marginales. La falta de regularización de predios y construcciones supera el 60%, y al no tener título de la propiedad, el quiteño carece de respaldo para ir a una cooperativa y obtener un crédito para reactivar su economía. La falta de liderazgo nos ha llevado a una situación muy complicada. Los concejales comprometidos con Quito se alinearán si hay un liderazgo contundente. Es hora de despojarnos de banderas políticas y trabajar juntos para sacar a esta ciudad de la gravísima situación en la que se encuentra.
Volvamos a la economía. ¿Por dónde empieza la solución?
Debemos cogestionar proyectos de inversión con el sector privado generando garantías de carácter institucional. Debemos reducir considerablemente los trámites, generar condiciones para que esa inversión sea atractiva desde lo tributario, y hay que involucrar al sector privado en lo que significa pensar la ciudad del año 2050 por lo menos.
¿Ese sería el camino para generar empleo?
Si destrabamos los procesos tramitológicos se construirán más proyectos, si damos beneficios tributarios motivaremos nuevas inversiones, si logramos destrabar la inversión privada habrá nuevas plazas de empleo, y, por volumen, el municipio recaudará más tributos, porque no es lo mismo cobrar un impuesto predial a ocho lotes en una manzana que 40 prediales a las unidades de vivienda que podrían construirse ahí. Gana la ciudad, gana el quiteño, ganamos todos.
De eso se viene hablando hace algunos años…
Porque hay mucha palabrería, poco liderazgo y poca capacidad de ejecución. Quito está rezagado porque su economía no logra despegar. Activar la inversión privada implica activar una cadena de efectos positivos, y lo que la administración debe valorar es cuántos empleos directos e indirectos creará esa inversión, porque cada una de esas personas recibirá un sueldo y se convertirá en consumidor. Mientras más gente compra, más gente vende; mientras más se vende hay que producir más; y para incrementar la producción hay que contratar más colaboradores. Pero no se trata solo de inversiones de la empresa privada, también hay que apoyar el autoempleo. No hace falta ser experto en economía para entender esto.
¿Autoempleo?
Hay que generar microcrédito porque la gente no tiene cómo arrancar un negocio. El municipio tiene cientos de proveedores para un sinfín de cosas, y queremos abrir oportunidades a las madres cabeza de hogar, a los jóvenes, a la gente de más de 40 años que nadie contrata, a los adultos mayores que viven con una miserable pensión. Si a ellos les damos, por citar un ejemplo, máquinas de coser para elaborar uniformes, desde ya les digo que el municipio será su primer cliente, les vamos a garantizar que venderán lo que producen, y cuando les paguemos se irá descontando en pequeñas cuotas el costo de las máquinas de coser. Lo mismo sucede con los jóvenes. Tienen una capacidad de imaginar emprendimientos que asombran, pero no tienen capital para arrancar. La solución es abrir las puertas al microcrédito con fondos para crear empleo, autoempleo, emprendimientos y mover pequeños negocios para favorecer a la economía de la ciudad.
¿Qué hacer frente a la inseguridad que se vive hoy?
Estos pequeños empresarios son los más afectados por la inseguridad y hay que protegerlos. Pondremos botones de pánico en sus locales, ubicados en el piso para que puedan pisarlos sin llamar la atención del delincuente, e inmediatamente debería llegar la policía, pero eso no es posible si no recuperamos el 40% de UPCs que están desmanteladas o cerradas en la ciudad. La policía municipal se convertirá en fuerza auxiliar de la policía nacional para combatir el delito, no sirve de nada tener cuatro motos detrás de una persona que viola el pico y placa, se necesita cuatro motos detrás de los delincuentes. Y lo más importante, hablar con el presidente para saber cuál es la cuota de policías que van a ser contratados y cuántos le corresponden a Quito. Dialogaremos con el comandante de la policía para entender sus necesidades y satisfacerlas, porque la lucha contra la inseguridad es un trabajo conjunto, un esfuerzo de todos. Conforme los delincuentes vean la eficacia de la suma de tecnología, policías, recursos y decisión política, se reducirá la delincuencia.
¿Cree que el sistema judicial hará lo suyo para apoyar este esfuerzo conjunto?
El día de mi posesión, el Presidente Lasso recibirá el Proyecto de Reformas al Código Integral Penal impulsado por el municipio. El cuerpo legal que está vigente tiene una cantidad de garantías para los delincuentes y ninguna para las víctimas del delito. Eso hay que cambiarlo. He sido legislador en cuatro períodos y sé cómo funciona por dentro la Asamblea. Le aseguro que el día que este proyecto entre a debate en la comisión correspondiente, el pueblo de Quito estará en la Asamblea reclamando su derecho a una ciudad, y un país, más seguro. Ahí se verá quienes votan por la delincuencia y quiénes votan por la gente.
¿Qué cambios son los más importantes?
Hay varios. Por ejemplo, se debe normar que la persona que tiene más de una detención, y vuelva a ser detenida, ya no tenga derecho a fianza. Otro absurdo: la ley actual permite que un policía lleve una pistola para defenderse, pero al mismo tiempo otra ley le prohíbe usar la pistola porque, si lo hace, va a la cárcel. Vamos a impulsar la norma que existe en la legislación internacional, que establece que si a una distancia de 30m un policía ve amenazada su integridad, puede usar su arma. Además apoyaremos que ciertas personas en la sociedad tengan derecho a la tenencia de armas, no al porte de armas. Es decir, podrán tener un arma en su casa para defenderse de la delincuencia, pero no podrán andar libremente portando un arma.
Un problema que recaerá en el alcalde electo es solventar las finanzas municipales en torno al Metro de Quito…
El próximo año hay que pagar la primera cuota del crédito que se contrató para su construcción. Son $200 millones que el municipio no puede pagar. El gobierno nacional tendrá que recordar que Quito es la ciudad que más impuesto a la renta y más IVA genera, y tendrá que ser recíproco con ese aporte. La ciudad necesita un alcalde que exija lo que a Quito le corresponde por derecho.
Y el otro será ponerlo en funcionamiento…
El Metro debería estar operando hace tres años y sigue parado. Sería ideal si el actual alcalde lo inaugura, pero lamentablemente eso no va a suceder porque sin sistema integrado es imposible darle sostenibilidad financiera al Metro. Además hay muchos detalles que implementar: conectividad informática, tener guías internos, crear y promover una cultura de uso del Metro en la ciudadanía, tener guardias de seguridad porque nadie querrá usar el Metro si no hay seguridad.
¿Cómo dar sostenibilidad financiera a la operación del Metro?
Una cosa es pagar la deuda, otra es generar ingresos. Tenemos que escoger entre ampliar el servicio del Metro con la tuneladora que tenemos, o tener buses o trenes eléctricos que conecten las estaciones de inicio y fin del recorrido hasta los extremos norte y sur de la ciudad, para alcanzar el flujo diario de personas que sostendrían la operación. Los buses y trenes eléctricos cuestan cinco veces menos que extender el Metro, y el trazado vial ya está hecho. En el futuro, cuando el Metro tenga más sólida su sostenibilidad financiera, se podrá ampliar su servicio incorporando otras estaciones.
Todo esto pasa por lograr acuerdos con los transportistas. ¿Cómo enfrentar esa situación?
Ese es otro detalle. Es absurdo tener una bronca permanente con ellos, hay que trabajar con los transportistas en muchas aristas. Hay que lograr que reemplacen sus viejas unidades por buses eléctricos, no solo por un tema de medio ambiente, también por economía de costos. Pero en lo relacionado con el Metro ellos son actores importantes porque hay que crear y organizar el sistema integrado de transporte desde los extremos norte, sur, este y oeste de la ciudad, para que los buses lleven pasajeros a las estaciones del Metro.
¿Eso será suficiente para descongestionar el tráfico en la ciudad?
No, pero ayudará mucho. Hay que desarrollar proyectos viales, he planteado algunos. Por ejemplo, hacer los estudios desde la parada de la Av. Morán Valverde para evitar que todo el flujo que viene desde el sur desemboque en El Trébol, y pueda tomar directamente la E-35 para llegar al aeropuerto. Es un trayecto de 4.7km desahogará el tráfico de la autopista General Rumiñahui. Esto dinamizará la economía del sur de la ciudad y de Conocoto, que es la segunda parroquia más grande de Quito. Si paralelamente hacemos los primeros 19km de la Perimetral de la Simón Bolívar, que tiene los estudios terminados y al parecer las expropiaciones están por sobre el 80%, se absorberán 40.000 vehículos diarios.
¿Y el Túnel Guayasamín?
Sobre esto hay que decirle la verdad a la ciudad. Hay un arbitraje en contra del municipio de Quito por incumplimientos contractuales, planteado en Colombia por la empresa constructora a la que adjudicaron el proyecto de la solución vial Guayasamín. Si el municipio pierde ese arbitraje tendríamos que pagar una multa de $40 millones, más $20 millones por daños y perjuicios. La primera obra ya se hizo, que es la calle que baja de la Av. González Suárez y entra directo al túnel, pero mientras ese arbitraje no se resuelva no hay forma de mover una piedra en esa vía que necesita una solución urgente. Se requiere un alcalde con liderazgo que siente a las partes involucradas para destrabar esta situación, porque esa solución vial tiene que ejecutarse. No hay alternativa. Una vez que eso esté claro se discutirán los mecanismos para lograrlo.
Su presencia pública se vio refrescada en el último paro nacional en junio de este año. ¿Qué mensaje da a los sectores indígenas en caso de ser electo?
Sobre esto quiero ser claro y enfático. Quito va a establecer un cuarto de mando permanente para supervisar toda actividad en los siete accesos que tiene la capital, especialmente el más vulnerable, que es el ingreso por el sur. Este cuarto de mando estará coordinado con la policía y fuerzas armadas. Además tendremos un plan de blindaje de la ciudad porque no voy a permitir que llegue gente a provocar violencia, daños a la propiedad pública y privada y vandalismo.
¿En qué consistirá ese blindaje?
Tiene un componente importante en la ampliación de la frontera agrícola de Quito, para evitar el desabastecimiento si los manifestantes cierran las vías hacia la sierra central y sierra norte. Estableceremos microempresas con campesinos que viven en las 33 parroquias rurales que forman parte del DMQ, que no tienen trabajo, quienes con apoyo de Conquito y la empresa privada producirán lo necesario para la canasta básica. Esto generará empleo, abrirá frentes de inversión al sector privado, generará más recursos para nuestra economía y no paralizará la ciudad en caso de estallidos sociales.
Pasemos al tema de salud…
Tenemos un proyecto muy interesante: implementar centros de imagen en los tres patronatos para mamografías gratuitas para mujeres mayores a 35 años de edad, dos veces al año, para prevenir el cáncer de mama. Para las menores de 35 años se harán ecografías de seno. Además se incluirán otros exámenes de prevención. Cuesta $1 millón implementar cada centro de imagen. Cada patronato tiene $1.100.000 de presupuesto. Ahí están los fondos. La operación la haremos con nuestros médicos.
¿Desnutrición infantil?
El gobierno tiene un programa de desnutrición infantil, una secretaría, nutricionistas, han hecho folletos y han comenzado a distribuir. Eso está muy bien, pero la única forma de superar la desnutrición es haciendo que los niños coman. Propondré un trabajo conjunto. Si el gobierno nacional provee de alimentos nosotros ponemos la logística. Además estaremos presentes con unidades médicas propias para constatar el estado de salud de los niños. Voy a conseguir suficientes recursos para nutrir a los niños, porque un pueblo que está sano ayuda a la economía porque la gente está mejor preparada para trabajar.
¿Educación?
Tenemos que implementar el bachillerato internacional en las instituciones municipales para que los chicos brillantes puedan estudiar en universidades del exterior. Además, desarrollaremos un programa de crédito educativo y becas en asociación con el Sistema Nacional de Becas, exigiendo lo que le corresponde a Quito. No puede ser que haya 300.000 chicos que quieren entrar a la universidad y no pueden. Si es infraestructura lo que falta, la tenemos en el municipio y la ponemos a órdenes del programa. Ya no hay tiempo para pretextos.
¿Cómo atender todos estos frentes con la urgencia que ameritan?
Con liderazgo y una gestión municipal técnica. Durante los seis primeros meses tenemos que hacer tantas cosas tan rápidamente que la única forma de hacerlo es con gente altamente calificada. Tenemos que mejorar el ánimo de la ciudad. La gente necesita un impulso emocional, necesita sentir el cambio y ver que hay mejores oportunidades. Los empresarios quiteños necesitan ver señales motivantes para invertir en Quito. Ese cambio comienza liquidando los estigmas que hay en la relación entre el municipio y la empresa privada. Si juntamos esfuerzos, si el municipio da una base política sólida, transparente y eficiente, la empresa privada tendrá confianza para invertir. Tenemos que ser socios estratégicos y aliados permanentes para sacar al DMQ de la situación en la que está.