Por Soraya Constante
Cuando Álvaro Maldonado aceptó la invitación a dirigir la Secretaría de Desarrollo Productivo y Competitividad del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) sabía que su tiempo de gestión sería corto, un poco más de tres años, que era el tiempo que le quedaba al alcalde Mauricio Rodas. Decidió entonces hacer cosas rápidas, que tengan impacto. Lo primero fue tender puentes con el sector privado y la academia.
Dije que para poder construir y hacer políticas públicas necesito tener acceso y contacto permanente, un trabajo conjunto y efectivo, con el sector privado y con el académico. Entonces los senté a todos en una mesa y creamos el Consejo Consultivo de Competitividad”, aseveró.
Esta iniciativa, que más tarde fue imitada por el gobierno central, es uno de los logros que el Secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad del Distrito Metropolitano de Quito apunta como suyo. En el Consejo Consultivo de Competitividad participan 10 cámaras de la producción, siete universidades y la alcaldía. Hasta ahora han tenido 13 sesiones, las mismas que realizan cada dos meses.
“Tratamos temas a largo plazo, no nos enfocamos en la coyuntura. Hicimos mesas de trabajo en las áreas donde necesitamos que la ciudad prospere para tener un mejor ranking como ciudad competitiva en Latinoamérica. Nos enfocamos en tramitología, desarrollo productivo, atracción de inversiones e innovación. Es un trabajo 100% técnico, cero político.”
Álvaro repite mucho que su trabajo es técnico y se aleja de la política. Su paso por esta Secretaría fue su primer acercamiento a lo público. Antes de unirse al equipo de Mauricio Rodas, y durante siete años, fue Director de Desarrollo de Negocios Industriales y Exportaciones de La Fabril, y previo a esto fue director gremial de organizaciones como la Federación Ecuatoriana de Exportadores. También se desempeñó como Agregado Comercial de la Embajada de Ecuador en Italia, pero no lo considera un cargo público porque se reportaba directamente a la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones del Ecuador (Corpei).
Al indagar cuál es su sensación al haber ocupado un cargo público, responde que el impacto que se puede hacer desde lo público llena de satisfacciones. “Sientes que cambias vidas, y eso no lo tuve en el sector privado. He tenido muchas frustraciones y he tenido que lidiar con la burocracia, pero más allá de eso, me he apasionado por la ciudad, he trabajado con más ganas, a veces con todo en contra, muy poco reconocido, pero siento que estoy aportando. Asumí este reto con muchísimo civismo, suena a político, pero no lo soy. He vivido mucho tiempo afuera y mi sueño era trabajar por Quito, y ahora tengo la satisfacción de que he sentado los parámetros y una base de información muy fuerte para sacar adelante a la ciudad.”
Esas bases están asentadas en una serie de publicaciones que aspiran ser una hoja de ruta para los próximos 20 años. Entre ellas está un instructivo para proponentes privados (Alianzas Público-Privadas), un catálogo de exportaciones no petroleras en el DMQ, y los manuales de Quito Invest, que también tienen el soporte de una página web bilingüe. Este es otro de los logros que más destaca Maldonado:
“Quiero enfatizar en el portal de negocios Quito Invest y las guías que tienen toda la información para hacer negocios en la ciudad. Se puede encontrar cuáles son los sectores más importantes de la ciudad, cuáles son los nuevos sectores y cuáles tienen mayor potencial; cómo constituir una empresa, cómo sacar una visa para un inversionista extranjero… Este portal de negocios es como una ventanilla única, un espacio donde se puede consultar todo, y no ir de puerta en puerta adivinando con quién hablar.”
Para romper las barreras burocráticas que tiene la ciudad, en el seno del Consejo Consultivo de Competitividad se fraguó una reforma a la tramitología, y se consiguió que la Licencia Única de Actividades Económicas (LUAE) sea la autorización paraguas de todas la actividades económicas y se entregue de una manera más rápida.
Álvaro ahora se concentra en la creación de la Agencia de Atracción de Inversiones-Quito Invest, que estará lista para diciembre. En esta iniciativa municipal intervienen socios privados como la Bolsa de Valores, la Cámara de Comercio y la Asociación de Bancos Privados.
Al respecto comenta que “la agencia de atracción de inversiones es la primera en Ecuador y es un modelo que se ha hecho en otras ciudades del mundo. La idea es que sea un espacio único donde la gente tenga toda la información, y que sirva para atraer inversión directa para proyectos públicos y privados para la ciudad”.
Todo lo que nos comenta lo ha logrado con un equipo de apenas 14 personas que trabajan a su alrededor en cinco cubículos. No es un equipo grande para todo el trabajo hecho. También ha gestionado cuatro empresas municipales y a la vuelta de tres años, dos de estas ya no demandan recursos del ayuntamiento: la Empresa Metropolitana de Rastro (Empraq), y la Empresa Metropolitana de Seguridad Aeroportuaria (Epmsa). Las otras dos empresas también tienen buenas noticias. La Agencia de Promoción Económica ConQuito, por ejemplo, desarrolló el programa Empleo Joven, que ha dado trabajo a 22.535 jóvenes. La Empresa Pública Metropolitana de Gestión de Destino Turístico Quito Turismo, acaba de entregar el Centro de Convenciones Metropolitano de Quito, que fue construido en 15 meses y entre sus hitos tiene el desarrollo de la aplicación móvil GO UIO, que tiene toda la información turística de la ciudad.
Cuando el funcionario mira hacia atrás recuerda que el inicio fue difícil porque entró cuando cayeron los precios de los commodities y el Gobierno de Rafael Correa daba sus últimos coletazos. “Me tocó la transición. El gobierno de Correa basaba su modelo económico en la inversión pública, y Lenín Moreno ha tenido un mensaje de mucha más apertura. En los años de Correa, la relación entre el sector privado y público era tensa, limitada, no había diálogo. Los años en que hubo crecimiento por los altos precios de los commodities pudieron haber tenido un mayor impacto, si se los hubiese acompañado con una política pública que fomente la actividad productiva desde el privado. Desde una ciudad es difícil atraer inversiones si el país no te acompaña. Recordemos que un inversionista ve el riesgo país, la política tributaria, laboral y comercial, que son temas que maneja el gobierno central. Yo salía con portafolio de proyectos, con mensajes, pero eso debe estar acompañado por políticas coherentes”.
Ahora que el secretario se prepara para la transición, quiere compartir con su sucesor todo lo que ha hecho. Una de las cosas que quisiera que se mantenga es el Consejo Consultivo de Competitividad, que ha trabajado para mejorar el clima de los negocios en la ciudad.
“Quiero que mi última sesión sea con los candidatos o con el nuevo alcalde, para decirles que no desperdicien ese espacio de diálogo que ya está probado y funciona. Al nuevo secretario mi total apoyo, quiero entregarle toda la información y hacerle sentir cómodo para contactarme las veces que quiera. Esto solo funcionará si hay continuidad. Seguro los nuevos vendrán con más ideas, ojalá mejores que las mías, pero la idea es que continúe fortaleciéndose el concepto. No he trabajado para que esto termine el día que me vaya. Lo público, si se hace con honestidad, con dedicación y eficiencia, aporta al desarrollo de una ciudad”.