Por Alegría Guarderas
Entrar a la vivienda de Daniela Corral fue suficiente para darnos cuenta que se trata de una mujer detallista, visionaria y perfeccionista. Su casa lo dice todo.
Daniela es diseñadora de interiores. Apenas se graduó de la Universidad San Francisco de Quito trabajó con dos arquitectas haciendo remodelaciones, pero no pasó mucho tiempo para darse cuenta de lo que realmente quería: independizarse e iniciar su propio negocio. Las herramientas y las ganas las tenía, y como toda buena emprendedora decidió seguir su sueño y comenzar con su propia marca de muebles.
Amura, su primer proyecto, consistió en diseñar muebles acorde al gusto y a las necesidades específicas de cada persona. El primer paso es programar una visita a la casa de sus clientes, luego inicia la asesoría en sus requerimientos, y finalmente diseña el producto perfecto para cada uno. “Es un trato directo y personalizado, pero sobre todo es un trabajo en conjunto”, nos comenta.
Posteriormente surgió D-Linia, muebles que se venden a través de catálogo. Fueron sus clientes quienes impulsaron a Daniela para que instaurara esta marca que complementa a la otra, y a pedido suyo puso manos a la obra.
“Ciertos clientes que atendía en Amura también buscaban muebles un poco más económicos, y como en Amura los diseños son exclusivos para cada cliente, el costo es más alto. Por eso decidí sacar D-Linia, que es una marca de muebles que ya están diseñados y fabricados. Los clientes escogen del catálogo, y pueden personalizarlos con los colores de su preferencia, materiales y telas que reflejen sus gustos y estilos”.
D-Linia ofrece muebles modernos y funcionales para todas las áreas de la casa, son ideales para crear ambientes con mucho estilo. El catálogo ofrece veladores, espaldares para camas, sofás, escritorios, comedores, aparadores y más.
El constante avance tecnológico e innovación en diseño interior han hecho que los diseñadores tengan que acoplarse a nuevos cambios. D-Linia está adaptada a esa necesidad, porque además del punto de venta ubicado en el segundo piso de Mall El Jardín, también es posible adquirir los muebles on line a través de www.d-linia.com. El proceso es fácil, rápido y sencillo. Una vez generada la orden de compra, el pedido llega en un período máximo de 30 días a la dirección que el cliente solicitó. La dinámica funciona de la misma manera que comprar a través de Amazon.
El precio del mueble anotado en la página web incluye el costo del transporte para Quito y alrededores. “Por lo pronto empezamos con Quito, pero la idea es llegar a todo Ecuador. Sí es posible hacer pedidos desde otras ciudades, pero el costo del envío es adicional”, nos indica.
En cuanto al concepto de diseño del mobiliario, Daniela nos comenta que le gusta combinar varios estilos decorativos. Sin embargo, el que más le agrada es el escandinavo que se caracteriza por ser simple, funcional y sofisticado. A este estilo lo combina con elementos retro, como patas cónicas y otros detalles que son distintivos en la mayoría de sus muebles.
Otro de los aspectos que motivan a Daniela, y que demuestran un fiel compromiso y responsabilidad con el país, es generar fuentes de empleo. “Me gusta dar trabajo a nuestra gente, porque de esa manera ayudo a montón de familias. Por eso todos los muebles son fabricados en Ecuador”, señala.
Vale la pena echar un detenido vistazo a la página web y observar la variedad de muebles que D-Linia ofrece. Recuerde que los puede modificar, y si quiere un mueble hecho a la medida, Amura le ofrece ese servicio.
El buen gusto de Daniela es visible no solo en los muebles que diseña, sino también en su vivienda que se encuentra en Pillagua, una privilegiada urbanización ubicada en Cumbayá, en la que el verdor de los algarrobos, el dulce aroma de las flores y la variedad de pájaros que se aprecia, hacen que sea un lugar ideal para vivir.
El estilo de decoración de la casa es, en gran parte, minimalista. Todas las estancias están perfectamente bien aprovechadas, planificadas y distribuidas. “Usamos todos los espacios, no hay uno que esté desperdiciado”, nos comenta. La sobriedad en las diferentes áreas permite que se aprecie cada detalle decorativo. No hay un solo adorno que pase desapercibido o esté de sobra. Daniela colocó la cantidad precisa. “Quise crear espacios súper acogedores, sin necesidad de que sean recargados”, nos explica.
Un particular detalle que no escapó nuestra atención es la variedad de lámparas, algunas son modernas y otras antiguas, pero todas igual de llamativas y destacan con un toque único al lugar donde están ubicadas. Daniela nos comenta que, a su critierio, este es un accesorio que no puede faltar en las casas.
La mayoría de muebles, tal como era obvio predecir, fueron diseñados por la artista, mientras que otros fueron obsequios de familiares. “Cada pieza es especial y tiene un valor sentimental”, añade, pero tiene especial afecto por unos platos de cerámica que su madre trajo desde Grecia, y al primer florero que realizó en una clase de cerámica.
Cuelga de una pared un collage de fotografías del día de su boda. Este cálido rincón es dedicado a su esposo, Alfredo, con quien lleva tres años casada. “Por ahora somos los dos, pero cuando tengamos hijos se llenará la pared con más fotos”, nos comenta con una gran sonrisa.
Daniela y su esposo son una pareja con espíritu aventurero. Les encanta hacer deporte, montar bicicleta y disfrutar al aire libre. El lugar donde viven les permite realizar esta actividad con regularidad. De hecho, el momento que Daniela sale a trotar es cuando se inspira y saca nuevas ideas para diseñar.
La vivienda cuenta con un amplio jardín al cual se puede acceder fácilmente a través de ventanales desde cualquier área. En el exterior hay un porche decorado con una mesa rectangular de madera y una banca con coloridos cojines. Desde esta estancia se disfruta de la naturaleza que enriquece al entorno de Pillagua.