Arquitectura Internacional
Por: Natalia Gandarillas
Realizar intervenciones en una edificación que tiene quinientos años o más no solo requiere de un vasto conocimiento histórico de ella, de su sistema constructivo, de su valor patrimonial, del imaginario urbano que esta representa, entre otros aspectos; requiere de una intervención que sea lo suficientemente respetuosa para no competir con la arquitectura original, pero a su vez lo suficientemente astuta para acoplarla a las necesidades actuales que el sitio demanda.
Maruša Zorec es una destacada arquitecta eslovena principalmente conocida por su trabajo en intervención de edificaciones patrimoniales, muchas de ellas pertenecientes a las listas de protección de la UNESCO.
Estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Liubliana, capital de Eslovenia, facultad en la que actualmente es profesora asistente. Durante varios años trabajó en el estudio del famoso arquitecto Vojteh Ravnikar y a partir de 1992 fundó Arrea Architecture Bureau. Su trabajo alcanza una amplia gama de áreas: desde el diseño arquitectónico hasta intervenciones a escala urbana, y como investigadora de la arquitectura eslovena de las décadas de los 60’s y 70’s a escritora.
A partir de 2009, Arrea Architecture Bureau empieza a ser reconocido por la calidad de las intervenciones en sus proyectos. El primer premio que recibe es el Plečnik Award, por la implementación de un altar al aire libre junto a la Basílica Mary Help of Christians, en la ciudad de Brezje, Eslovenia. Otro de los tantos reconocimientos que tiene la firma es la medalla Plečnik 2016, el premio Piranesi 2016 y la nominación en los premios Mies van der Rohe 2017 por la restauración de la casa museo Plečnik House, ubicado también en Eslovenia.
¿Cómo empieza tu historia con la arquitectura?
Cuando era niña mis padres contrataron a una arquitecta para diseñar el ático de la casa. El impacto que su trabajo tuvo en mí definitivamente me marcó. Aunque la intervención en casa haya sido muy pequeña, encontré fascinante cómo ella trabajó con la luz natural, los materiales, los espacios y las texturas. Entendí la importancia del trabajo de un arquitecto. Después, durante mi crecimiento, tuve la oportunidad de elaborar muchos trabajos artesanales en donde probé materiales, colores y texturas. Todo este conjunto de experiencias me motivaron a escoger la arquitectura como profesión, en principio sin tener claro –como creo que todos— qué era realmente la arquitectura, inclusive antes de empezar a trabajar en ella.
¿Tuviste algún mentor?
Como todo estudiante recién graduado necesitas un guía que te ayude a formarte en el ámbito profesional. Yo tuve la suerte de trabajar en el estudio de Vojteh Ravnikar, un arquitecto esloveno muy representativo, a quien lo reconozco como mi mentor. Vojteh no solo me enseñó sobre arquitectura sino también sobre cómo trabajar en ella. Para Vojteh, la horizontalidad en el taller era importante. Es decir, todo el grupo de trabajo aportaba con ideas para la construcción de un proyecto, sin importar la madurez profesional que tuvieras. Lamentablemente, es muy común encontrar estudios de arquitectura en los que se promueve el trabajo individual lleno de protagonismos. Vojteh tenía muy claro que los proyectos se construyen de manera colectiva y con ello aseguraba el crecimiento profesional de cada uno de nosotros a través del aprendizaje grupal. Después de varios años de trabajo, Vojteh me animó a empezar mi propio estudio. Agradezco mucho todo el aprendizaje que recibí con él. La arquitectura no es solo construir proyectos, es aprender a trabajar en equipo, es aprender a relacionarse con las personas.
La mayor parte de tu trabajo está relacionado con patrimonio….
El entorno en el que vivo, como toda región, está cargado de historia que se la respira a través de las edificaciones asentadas en la ciudad. Tanto los inmuebles patrimoniales como las ciudades tienen mucho que contar y a su vez tienen el reto de acoplarse a la actualidad de cada momento. En esta convergencia, los arquitectos, los historiadores, los restauradores y todos quienes trabajamos en patrimonio jugamos un papel importante. Trabajar en proyectos históricos demanda mucha responsabilidad con el pasado y con el presente. El patrimonio exige proyectos muy sensibles que generen propuestas modernas e innovadoras, pero que jamás compitan con lo existente. Toda intervención en este campo, como en todos, debe ser muy respetuosa.
Cuéntanos sobre el proyecto de restauración de la casa museo Plečnik House…
Plečnik House fue la casa del famoso arquitecto esloveno Jože Plečnik. Cuando nos llamaron a participar en la restauración de la casa museo, esta se encontraba en ruinas y había quedado tal cual como Plečnik la dejó antes de su fallecimiento. Uno de los principales requerimientos que tenían los directivos del museo era el de restaurar la casa sin que ella perdiera la esencia de Plečnik cuando él la habitaba. Para ello, encontramos indispensable investigar todo lo que a él concernía. Es decir, de alguna forma debíamos revivirlo y para ello se requería conocerlo a profundidad.
¿Cómo lo hicieron sin tenerlo presente?
El equipo de trabajo recopiló toda la documentación existente y desde ahí entramos en su mundo. Fue revelador encontrar dos caras de Plečnik. Por un lado, fue él quien elevó a Liubliana a nivel de ciudad capital con sus intervenciones de corte monumental y de gestos urbanos muy importantes. Su trabajo, muy bello y sensible, utiliza un lenguaje arquitectónico clásico. Por otro lado, su casa –a diferencia de sus obras- es muy modesta en tamaño y en arquitectura. Es una casa que ha sido construida en muchos períodos diferentes y que ha usado una vasta variedad de materiales y sistemas constructivos. Es un lugar cargado de recuerdos e historias por lo que tomar la decisión de cómo ‘tocarla’ sin que perdiera su esencia requería de mucha responsabilidad.
Entonces ¿cómo la intervinieron?
La restauración es un trabajo muy complejo ya que hasta cierto punto destruyes sin destruir. Por un lado, casi toda intervención en edificaciones históricas requiere, por ejemplo, de reforzamiento estructural y de implementación de instalaciones nuevas entre otras modificaciones físicas que suponen intervenir en el bien de manera estructural, pero sin modificarlo. En este sentido, la casa museo Plečnik House representó un gran reto ya que es una casa que cuenta con protección patrimonial de categoría monumental, es decir, las intervenciones son muy restringidas. Sin embargo, la complejidad de la casa en términos constructivos demandaba realizar intervenciones mayores en reforzamiento estructural por lo que se tuvo que realizar un propuesta compleja.
¿Hubo sorpresas?
Durante todo proceso de restauración las sorpresas nunca se terminan, por lo que no puedes prever con qué te vas a encontrar después de una excavación o remoción de materiales. En esta casa fuimos descubriendo sus secretos durante este proceso. Por último, la intervención en este tipo de proyectos genera ataduras invisibles que te limitan y no te permiten explorar. Producir este trabajo requirió de un esfuerzo para liberarse de estas ataduras –sin abandonarlas— de tal forma que nos permitió trabajar en una propuesta que fortalezca la esencia del lugar. La intervención debía ser muy astuta, muy sutil, y finalmente lo logramos.