Arquitectura Republicana
Por: Ana María Buitrón
Fotos cortesía de Hotel del Parque
El primer hotel boutique de lujo en Guayaquil abre sus puertas en donde una infraestructura da cuenta de historia y tradiciones, mientras la naturaleza deslumbra con ecosistemas nativos de la región.
Hotel del Parque se construyó en la estructura del antiguo edificio del Corazón de Jesús que data del siglo XIX, que fue meticulosamente restaurada y trasladada, tabla por tabla, desde su ubicación original a su locación actual dentro del Parque Histórico de Guayaquil. Esta característica otorga una extraordinaria personalidad al emblemático hotel.
Está en el barrio exclusivo de Samborondón, a orillas del río Daule, a diez minutos del aeropuerto internacional de Guayaquil. Su ubicación es ideal para explorar la ciudad, su dinámica, y la mezcla entre antiguo y nuevo, que hacen de este un punto de partida perfecto para muchas atracciones en Ecuador.
Hotel del Parque tiene una historia que contar. El Corazón de Jesús fue la primera casa de salud de Guayaquil, construida en 1891 por la institución de caridad más antigua de la Perla del Pacífico, que estuvo ubicada en el centro de la ciudad. En la década de 1980 la propiedad fue comprada por el Banco Central de Ecuador. Posteriormente enfrentó una posible demolición y fue trasladada a su ubicación actual en el Parque Histórico, donde fue meticulosamente restaurada junto a otras tres edificaciones patrimoniales.
El edificio fue entregado al Grupo Oro Verde, gestor del proyecto de renovación de su construcción para transformarlo en hotel de lujo, en 2012. Lo que recibieron era como un cascarón en una estructura metálica que no se podía modificar. La restauración no fue compleja, no obstante, lo fue el trabajo de incorporar un hotel en un edificio ya construido.
“Cuando aceptamos el desafío de transformar un edificio patrimonial de 125 años de historia en un hotel, lo primero que hicimos fue buscar a los mejores profesionales en cada una de sus áreas, para lograr levantar algo único en su concepto. Ha sido un trabajo de más de dos años para realmente lograr expresar las raíces de nuestra ciudad. Estamos emocionados de ofrecer una opción completamente nueva en Guayaquil, combinando los aspectos históricos del edificio con una sofisticada propuesta de alojamiento,” comenta Edmundo Kronfle, Director General de Grupo Oro Verde.
La reconstrucción del hotel se hizo bajo la dirección y diseño de Julio Vinueza, responsable de numerosos proyectos hoteleros en Ecuador, quien se enfocó en preservar las características originales del edificio inspirándose en la época de su construcción original. Para la reconstrucción se utilizaron todo tipo de materiales, desde baldosas hechas a mano en Portugal para los pasillos, hasta mármol de Carrara para los baños. Así también, mampostería, gypsum, madera y hierro aplicados para los trabajos de carpintería y molduras.
La arquitectura del edificio y su ubicación establecieron la pauta para el diseño de interiores. El estilo republicano fue adaptado a la construcción tropical que caracterizaba a Guayaquil en aquel entonces, y resaltaba por el trabajo en madera. “El desafío fue convertir una edificación austera y patrimonial en un hotel de lujo. Todo esto nos inspiró, a mí y al arquitecto Belisario Luque Marriott, para crear espacios de gran tamaño, con tumbados muy altos, donde siempre se puede apreciar los exteriores y la naturaleza”, nos cuenta Julio Vinueza. Todos los pasillos internos buscan reproducir los pisos con diseños que se usaban en esa época, y son abiertos hacia patios interiores con piletas relucientes y aves que revolotean entre árboles antiguos.
La decoración es de tipo republicano, con una mixtura de toque francés, inglés, barroco y español, todos juntos como acentos en un mismo espacio. El talento de Julio plasmó un elegante concepto complementado con una decoración tropical que hace alusión al clima y al entorno. Los diseñadores de este proyecto se inspiraron en el estilo colonial británico, plasmado en las casas inglesas ubicadas en climas tropicales, alcanzando un efecto fabuloso, colorido, donde se utilizan estampados y elementos que evocan flora y fauna locales.
El resultado en decoración es un estilo ecléctico transicional, donde el mobiliario resalta por la diversidad de modelos. La gran mayoría de muebles tapizados se fabricaron en Quito, los de madera en Guayaquil, mientras que casi todos los tapices fueron importados desde Estados Unidos y Colombia, algunos de los cuales se diseñaron y fabricaron exclusivamente para el hotel, con telas resistentes y especiales para exteriores.
Cada área del hotel está destinada para diferentes usos. Los espacios privados deben invitar al descanso y a la comodidad, y por ello en las habitaciones se aplican tonos de pared grises, cálidos, muy claros, contrastados con mucho blanco y toques de amarillo. Hay telas y texturas que transmiten sensaciones de lujo y confort.
En el salón se recrean varios ambientes con estilo residencial para que los huéspedes se sientan como en casa. Se trata de salas con muebles de estilo inglés, con tapices en tonos neutrales y algo de cuero. Cuadros, adornos y antigüedades evocan un ambiente acogedor, contrastados con ciertos toques modernos y de orden práctico. Es determinante el diseño de la iluminación y la música que acompaña en cada rincón.
Dentro del edificio principal destaca la encantadora Capilla del Corazón de Jesús, del siglo XIX; reconstruida a la perfección y pintada en tonos azules, que mantiene los detalles originales góticos, renacentistas y mediterráneos.
En términos generales, el edificio mantiene un decorado sobrio, ni ostentoso ni prepotente. Un estilo con líneas limpias y adornos sencillos. Una roseta cuyos pétalos están en disposición radial, luce como acento en la decoración, y está colocada en la parte superior de la iglesia. Este detalle también es notorio en el decorado de los pisos y en la papelería del hotel.
Una sala de lectura equipada con televisión de última generación y laptops, así como café, jugos, galletas y pasteles recién horneados; un vestíbulo con aire acondicionado, zonas de estar apacibles para los huéspedes y gimnasio; además de un spa ubicado en la restaurada torre de la campana para tratamientos de belleza y relajación, son espacios que deslumbran a los huéspedes con vistas espectaculares.
El hotel está abrazado por las ocho hectáreas que conforman el Parque Histórico de Guayaquil. Es un espacio de vida cultural y silvestre que exhibe maravillosas especies de flora y fauna en un clima tropical, propio de la región costera, con una temperatura de entre 24 a 30 grados. Este parque conserva un santuario dedicado a los animales originarios de la zona de la costa ecuatoriana. Los huéspedes pueden sorprenderse con mono-arañas, iguanas, tapires, así como una enorme diversidad de aves. Despertarse y empezar el día por los llamados de los pájaros tropicales, es uno de los insólitos regalos de hospedarse en este hotel.
Hotel del Parque ofrece una oportunidad única para conocer historia, tradiciones, y para deleitarse con los sabores exquisitos de la costa ecuatoriana. Este lugar extraordinario, con su fantástica arquitectura exterior e interior, representa un verdadero hito para la ciudad más grande del país. El hotel es un lugar donde el pasado encuentra al presente y el servicio encuentra a la pasión.