Irene Pérez y Carolina Vallejo
Por: Lorena Ballesteros
Ecuador es un país de ríos y montañas. De playas doradas y aguas que van del azul profundo al turquesa. Dueño de una selva encantada, de extensos páramos y especies endémicas. Un país diverso y sobre todo muy colorido. Es precisamente en ese entorno en el que crecieron Irene Pérez y Carolina Vallejo, dos primas que, además de su parentesco, comparten un profundo amor y respeto por lo ecuatoriano.
Carolina es artista. Estudió Diseño Gráfico y Artes Plásticas en la Universidad San Francisco. Desde hace años pinta e imparte clases de Arte a niños de cuatro años en adelante. Por su parte, Irene siguió la carrera de Administración de Empresas también en la Universidad San Francisco; vivió en Europa y durante ese tiempo fue gerente de Marketing de una tarjeta de crédito para el mercado español.
A través del color y las formas, Caro tiene una visión subjetiva de la vida. Irene, madre de cuatro niños, es más pragmática y apela por lo funcional. Pero ambas coinciden en un mismo camino: la sensibilidad por el arte. Irene quería que las obras de su prima se pudieran apreciar en piezas decorativas, pero sobre todo en objetos funcionales que acompañen a las personas en su rutina diaria.
Así llegaron a Niwa, una marca relativamente nueva que lleva algo más de un año en el mercado. Las creaciones artísticas de Caro se reproducen en individuales, porta vasos, charoles, caminos de mesa, asentadores, macetas, cojines y manteles. El objetivo primordial fue crear una línea de artículos para el hogar y que a su vez aportara con un toque decorativo, exclusivo y muy representativo de Ecuador. Los diseños hacen alusión a fiestas tradicionales del país, a la variedad de climas, a flores autóctonas, a colores y sabores que nos identifican como ecuatorianos.
Para conversar sobre su negocio, las primas nos recibieron en la casa de Irene, en Cumbayá, el escenario ideal para comprender cómo se consolidó Niwa, pues guarda la esencia de lo que las inspira. La casa de Irene fue diseñada por Mario Mantilla de Londoño Arquitectos y guarda un concepto sencillo, de líneas rectas y simples pero con materiales cálidos que establecen una relación directa con el entorno.
Irene es una mujer sencilla, dulce y muy maternal. La casa refleja su personalidad en cada detalle. La combinación de madera y piedra hacen que la arquitectura contemporánea conserve su tono clásico, casi campestre. El diseño interior utiliza colores neutros, pero el color de la decoración está impuesto por el talento de Carolina, su arte, y lo que ahora se ha consolidado como Niwa.
El jardín posterior de la casa tiene vista hacia la quebrada, es muy verde, con árboles grandes y una iluminación privilegiada. Frente a ese paisaje fue que inició nuestra charla sobre Niwa…
¿Por qué Niwa?
En el páramo crece como hierba mala una especie de manzanitas pequeñas. De niñas solíamos ir a la hacienda y comíamos esas frutas. Entonces es una alusión a ese contacto con la naturaleza con el que ambas crecimos. También su acróstico tiene un significado importante. La N es de naturaleza, la I de imaginación, W de women y la A de artístico. Esas cuatro palabras representan el giro de nuestro negocio.
¿Qué materiales utilizan?
Las ilustraciones las pintamos con tinta, témperas, incluso con óleos. Se imprimen sobre madera, y sobre la madera se pone una lámina para que el producto final sea resistente al calor y fácil de limpiar.
¿Trabajan con colecciones?
Sí. La idea es que nuestros clientes tengan productos exclusivos. Por eso cada diseño tiene un stock limitado.
¿Qué las inspira?
Definitivamente Ecuador. Nuestro trabajo está inspirado en la comida, en las fiestas tradicionales, en el color y el folclor del país. Yo (Caro) ilustro las portadas de la guía This is Ecuador y muchas de esas ilustraciones han servido para el diseño de Niwa. Otro aliciente de inspiración son mis alumnos. Ser profesora de niños me permite entender el arte de una manera distinta. Ellos no se ponen límites y eso me da más libertad para expresar mis propios diseños.
¿Objetos concisos o formas abstractas?
Hay algunos diseños que son más abstractos. Pero otros que plasman flores o animales. Por ejemplo, heliconias, rosas, flor de cacao o cacao en pepa, mantarrayas, estrellas de mar, peces… Hay diseños muy playeros, otros más de sierra, colores más vivos y otros más neutros.
¿Se puede decir que es una línea artesanal?
Preferimos distinguirnos como productos hechos a mano. Cada pieza se elabora por separado y todos nuestros proveedores son nacionales.
¿En dónde se encuentran sus productos?
Participamos en ferias y bazares. Así fue que comenzamos. También tenemos una página de Facebook.
¿Trabajan bajo pedido?
No es la idea. Trabajamos con colecciones y ofertamos lo que tenemos disponible. Los diseños se pueden ver en Facebook. Ahora también tenemos un pequeño showroom, junto al taller, en el que se puede ver algo de nuestros productos. La experiencia ha sido muy enriquecedora. La aceptación ha sido muy buena y el boca a boca es nuestro mejor aliado.
Desde que iniciaron, ¿cómo han evolucionado?
Comenzamos con juegos de individuales, porta vasos, asentadores y charoles. Ahora tenemos también una línea de macetas de cerámica y una línea textil de cojines, individuales, caminos y manteles.
¿Qué ha hecho que ustedes encajen tan bien como equipo de trabajo?
Definitivamente la manera en que nos complementamos. (Caro) yo soy artística y mi función es crear. Muchas veces me decían que debía hacer merchandising con mi arte, pero soy mala para poner precios, para establecer procesos de producción, para vender, etc. (Irene) yo soy muy sensible al arte, pero también soy pragmática. Me encanta comprar cosas funcionales. En mi casa me gusta que todo tenga un propósito. Así que somos un equipo súper equilibrado y esa ha sido nuestra fórmula de éxito.
Ese pragmatismo también se ve en la casa…
Sí, yo soy práctica en todo. Cuando concebimos el diseño de esta casa, mi esposo y yo estábamos de acuerdo en que debía ser funcional y aprovechar cada uno de los espacios. El porche se conecta con el área social y a su vez con la cocina y todo está a un solo andar. En el piso de abajo están los dormitorios y una sala de estar. Somos una familia de seis, así que necesitábamos una casa amplia pero acogedora y sin restricciones para mis hijos.
También veo un piano
Estamos en clases de piano. La música y la pintura son parte de nuestra vida. Por eso siempre he admirado tanto el trabajo de Caro y siempre quise plasmar su arte en objetos cotidianos.
¿Han considerado abrir un local?
De momento estamos por lanzar la página web para que nuestros clientes puedan descargar el catálogo de productos y también abrir un canal de e-commerce. De hecho, nuestros productos ya han llegado a Miami, Europa, Brasil.
¿Cuál es el siguiente paso?
Mostrar nuestros productos en el exterior, es decir posicionar la marca en mercados internacionales. Hace poco nos hicieron un pedido grande para exportación. Hacia allá apuntamos.