Por: Caridad Vela
agosto-septiembre, 2011
El sector de la construcción es un poco sui géneris si lo analizamos desde dos puntos de vista relacionados con la temporalidad en la ejecución de una obra. Uno, la vida de una obra específica, y dos, la necesidad puntual y cronológica de ciertas actividades en una construcción. El pintor nunca se encontrará con el fundidor de lozas o con el colocador de vidrios, porque tendría que esperar sentado hasta que los anteriores terminen su trabajo para poder iniciar el suyo.
Así las cosas, nos reunimos con el Dr. Francisco Vacas, Viceministro de Relaciones Laborales para analizar la situación del empleador cuya actividad económica es la construcción. Empezamos por sentar ciertas premisas.
¿Cuál es la injerencia del sector de la construcción en la generación de empleo?
Históricamente el sector de la construcción ha sido uno de los mayores generadores de empleo porque requiere de mucha mano de obra. Por esta razón, por los montos de inversión que promueve, por el movimiento comercial que genera en la venta de insumos, y porque origina movimiento de crédito, es un sector que dinamiza mucho la economía.
¿Una idea del porcentaje de generación de empleo que se le adjudica al sector de la construcción versus otros sectores de la economía?
No tengo una cifra exacta pero considero que debe ser uno de los sectores más altos en cuanto a generación de empleo. También es de radical importancia que la mano de obra que se utilizaba en la construcción era no calificada, pero con el crecimiento de la demanda esta labor, ha ido profesionalizándose y especializándose al punto de que hemos empezado a exportar mano de obra.
¿Socio Empleo es uno de los factores que ha contribuido a esa especialización?
Socio Empleo es un proyecto que está en su etapa inicial y está dando muy buenos resultados. Tenemos alrededor de 10 oficinas a nivel nacional. Lo que buscamos es eliminar la informalidad que todavía se mantiene en el sector de la construcción. Tanto como es uno de los mayores dinamizadores, también es uno de los sectores más informales.
¿Cuál es el fin de Socio Empleo?
Preparar al elemento humano para que cada vez estén más entrenados para cualquier tipo de trabajo, así van a conseguir mejores empleos. No es lógico que se ubiquen en las veredas a la espera de que lleguen interesados a contratarlos para cualquier cosa. Es necesario asesorarlos para que sean contratados formalmente y que esos contratos contemplen al menos los derechos mínimos del trabajador.
¿Funciona como una bolsa de trabajo?
Es tal vez la forma más adecuada de describirlo. Queremos ser un vínculo, un nexo, no sólo entre el pequeño usuario de servicios de plomería, albañilería, electricidad, etc., sino también a nivel de usuarios mayores. Estamos conformando una base de datos de personal que está disponible, que está capacitado, preparado, y que además sus antecedentes han sido analizados por el Ministerio.
¿Una especie de intermediario?
Intermediario con participación activa porque queremos enseñar al empleador cómo contratar estos servicios, cuánto debe pagar y qué obligaciones laborales debe cumplir. Hasta aquí ha sido una buena experiencia. Somos una bolsa de empleo gratuito tanto como para el que busca trabajar como para el que busca mano de obra.
¿Se amplía a todas las actividades laborales?
Hoy estamos enfocados principalmente en construcción, pero vamos a ampliar la capacitación a otras actividades a través del SECAP, para involucrar nuevos oficios. Hemos enviado aspirantes a hacer prácticas en algunas empresas y hemos tenido buenos resultados. Además damos la garantía de que hemos hecho un análisis sicológico y técnico de cada persona, hemos verificado la dirección de su domicilio y, para tranquilidad de los contratistas, hemos carnetizado a todos los aspirantes, porque contratar a alguien en la calle no ofrece ninguna garantía.
¿Cuántos trabajadores tienen registrados?
Aproximadamente 10.000 personas. El nivel de colocación es bastante bueno aunque la tasa de desempleo continúa, a la baja, pero continúa. Se dan cosas curiosas como por ejemplo, van los contratistas de ciertos sectores y los obreros no quieren aceptar la propuesta. En otros sectores en cambio, hay sobre oferta de trabajadores. Intentamos canalizar la demanda entiendo los ciclos de cada sector.
Pasemos al tema de los derechos laborales de los trabajadores del sector de la construcción…
Estamos trabajando en este sentido porque estamos conscientes de que las obligaciones laborales del patrono del sector de la construcción pueden ser especiales. Este año el Ministerio ha empezado la campaña de Trabajo Digno para el sector de la construcción, igual que el año pasado se la aplicó para el sector doméstico.
¿Hay una nueva ley?
No. Los derechos del trabajador son los mismos, pero antes no se cumplían y no había control alguno. Hoy queremos controlar el cumplimiento de los derechos del trabajador en el sector de la construcción que tradicionalmente ha sido uno de los de mayor incumplimiento, junto con el agrícola.
¿En qué sentido no se cumplían?
La informalidad de lado y lado son reinantes. El empleado no cumple con sus obligaciones y el empleador tampoco. La informalidad es terrible y el único resultado es en prejuicio al trabajador que sí cumple. Siempre hay pretextos, como el de los ciclos en el proceso constructivo de un proyecto, pero no hay obra que dure menos de 18 meses y, en ese lapso, el trabajador debe tener contrato fijo y afiliación al IESS.
Cuando ha terminado el proyecto, ¿hay que despedir y liquidar al trabajador?
Depende de la modalidad del contrato. El Código de la Producción nos permite regular aquellas relaciones que no están reguladas. Hemos tenido varias reuniones con el sector constructivo para delinear los parámetros sobre los cuales elaboraremos una nueva modalidad contractual para el sector de la construcción.
En términos generales, ¿cuáles serán esos parámetros?
Hay que admitir que los constructores grandes nunca paran de construir. Ellos tienen varios proyectos simultáneamente por lo cual establecen una relación indefinida con sus empleados. Si el empleado es bueno, es mejor tenerlo de fijo y no permitir que otro constructor lo contrate.
¿Los contratos “por obra” están permitidos?
Si. Contractualmente existe la figura de “por obra”, de tal manera que cuando la obra termina, el contrato se liquida. Todo es cuestión de querer, o no, retener a un empleado satisfactorio. De esta manera también se impulsa la excelencia en el trabajador que se esforzará más por conseguir un contrato permanente. El problema con los contratos temporales es que el empleador no afilia a sus empleados al Seguro Social.
¿En una contratación “por obra”, cómo termina la relación laboral?
Al término de la obra hay que liquidar al empleado porque se terminó el objeto o la tarea para la cual fue contratado. Esta terminación se materializa con la liquidación al empleado y el correspondiente pago proporcional de todos los haberes a los que tiene derecho, es decir, sobresueldos, vacaciones y, sobre todo, utilidades.
¿Utilidades sobre el rendimiento de ese proyecto en específico o sobre los resultados anuales de la compañía que lo contrató?
Gran pregunta. He ahí la importancia de qué tipo de modalidad contractual se utilice. Hay empleadores que utilizan el mismo obrero durante todo el año pero en diferentes proyectos. La rotación es altísima porque las obras se contratan por etapas. Esto es parte de lo que queremos regular para contabilizar los tiempos que cada persona está bajo contrato, hay confusión y muchos vacíos. Estamos conscientes de que no se le puede exigir a un constructor que contrate todo el año al hombre que coloca los vidrios si solamente lo necesita tres meses.
¿No es perjudicial para el trabajador si en contratos “por obra” gana más dinero que en contratos permanentes?
Pienso que no sería perjudicial si el trabajador saca la cuenta de lo que representan los sobresueldos y los beneficios de la afiliación al IESS.
¿Qué sucede con los contratistas que tienen sus propias cuadrillas de obreros?
La figura del contratista es algo que definitivamente vamos a eliminar de una vez por todas. La realidad es que la cuadrilla de trabajadores no gana las tarifas mínimas, no es afiliado y ni piensa en recibir utilidades. Es clarísimo que el trabajador tiene que participar en la utilidad que genera la empresa para quien trabaja. Este detalle es el primero que se trata de diluir a través de la figura del contratista y no lo vamos a permitir.
¿La barrida de inspecciones tiene como fin descubrir dónde se aplican estas modalidades tradicionales que, según ustedes, son un tanto irregulares?
Estamos trabajando de manera conjunta con el sector de la construcción, no es que hemos salido de cacería a ver qué encontramos, pero estamos detectando problemas incluso de mano de obra tercerizada. Nuestra clara intención es poner las cosas claras, con normas establecidas, para que sean de cumplimiento obligatorio.
¿Cuál es el proceso de estas inspecciones?
Lo estamos haciendo en dos fases. La primera es de prevención y la segunda de control para confirmar que las recomendaciones se han cumplido.
¿La nueva normativa ya está vigente?
Estamos trabajando en crear una nueva modalidad contractual, algo especifico para el contrato del trabajador de la construcción. Lo estamos haciendo de manera conjunta con el sector de la construcción, con los promotores inmobiliarios y con el Colegio de Ingenieros. De hecho, estamos a la espera de la propuesta que ellos nos han ofrecido.
¿Qué variables podrían considerarse?
De acuerdo con el Código de la Producción, el Ministerio de Relaciones Laborales tiene la gran facultad de regular aquellas relaciones no reguladas. Esto nos permite, por ejemplo, trabajar en el contrato para el sector agrícola, el ganadero, el floricultor, el pescador, y también el de la construcción. Obviamente se observarán parámetros generales, comunes para todos los sectores como la obligatoriedad de la afiliación y el pago de horas extras, pero habrá ciertas variables que se ajusten a la realidad del constructor.
¿Por ejemplo?
La posibilidad de que un trabajador “por obra” tenga la posibilidad de trabajar en dos o más obras del mismo constructor al mismo tiempo. La normativa debe evolucionar tanto como la construcción ha evolucionado, pero hay que evitar la falta de claridad que ha permitido que se aproveche de la gente y no se cumpla con los derechos que les corresponden.
¿El Acuerdo Ministerial incluirá la posición del sector empleador de la construcción?
Claro, ellos son los que conocen el sector y por lo tanto su opinión es muy válida. Más allá de nosotros intentar involucrarnos en el día a día de esta actividad, preferimos que cada sector nos traiga una propuesta en la que conste el mecanismo de funcionamiento habitual de cada uno de ellos para nosotros estar en capacidad de regularlo.
En caso de que un proyecto se construya bajo la figura de fideicomiso, ¿éste sería el empleador?
No, de ninguna manera. El fideicomiso tendrá, dentro de sus instrucciones administrativas, el contratar a los profesionales necesarios para la realización de la obra. En este caso deberá contratar al constructor, quien a su vez será quien contrate a todo el personal de obra. El fideicomiso como tal se encarga de administrar la obra pero no puede dedicarse a construir porque no está dentro de sus facultades u objetos. Tendría, sí, responsabilidad solidaria con el constructor respecto del cumplimiento de sus obligaciones a los trabajadores, pero no será quien los contrate directamente.
¿Se han establecido salarios mínimos para cada tipo de actividad dentro de la construcción?
Finalmente, luego de varios años, el CONADES empezó a reunir las comisiones sectoriales para fijar los salarios. Hay una comisión de la construcción donde se establecen los mínimos sectoriales para cada posición. Hemos creado alrededor de 4.000 posiciones y se seguirán sumando nuevos cargos que no se hayan contemplado desde un inicio. A nadie se le podrá pagar menos que el mínimo sectorial asignado para la función que desempeña.
¿Cuándo cree que haya una definición clara del tema en su conjunto?
Tuvimos ya una primera reunión a la que asistió el representante de La Cámara de la Construcción y el Presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios del Ecuador, Jaime Rumbea, para tratar el tema. Nosotros presentamos la idea que queremos plasmar en el Acuerdo Ministerial y estamos a la espera de que ellos hagan una propuesta o nos remitan sus comentarios en un plazo definido.
¿Hasta cuándo es ese plazo?
La reunión fue hace dos meses aproximadamente y el plazo para recibir la propuesta es hasta fines de este mes de julio. Aún no hemos tenido noticias de ellos. En caso de que no recibamos nada, nosotros tendremos que, a nuestro juicio, normar la situación laboral del sector. Este año, a más tardar, la modalidad contractual para el sector de la construcción estará definida, ya sea en consenso o unilateralmente por parte nuestra.
¿Cómo se implementará?
Pienso que a partir de enero 2012. Tendremos un plazo de capacitación de entre 30 y 60 días, tanto para empleadores como para empleados. Nuestra gente hará labor de campo para explicar cómo funciona la nueva normativa.
¿Cuál es el principal objetivo?
Que haya una cultura de cumplimiento laboral. No queremos llenar de multas a todo el mundo, no queremos tomar medidas de represión, debemos ir llegando poco a poco a un sistema justo para todos. Fíjese que ahora hay prisión por la falta de afiliación, pero es que la gente tiene que tomar conciencia de que el contingente laboral y el tributario son terriblemente complejos.