El Ing. Ignacio Bustamante está en su tercera reincidencia en la presidencia de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). Los gobiernos de Correa, Moreno y Noboa lo han tenido como interlocutor de tan importante sector en la economía del país.
Vale anotar que la estructura de la CIP es distinta a la de las otras cámaras del país. “Tenemos un presidente de la Junta Directiva, que es un empresario industrial, y un presidente ejecutivo que es el representante legal y el vocero oficial”, comenta Ignacio, y afirma que “la posición gremial siempre es complicada, porque hay que participar en defensa de distintos intereses y posiciones por la variedad de actividades que representamos”.
Ignacio, con su vasta experiencia gremial, destaca no solo los retos actuales, sino también las oportunidades que existen para construir un Ecuador más competitivo y próspero. Su mensaje es claro: el sector privado es esencial para el progreso del país.
Esta es la tercera vez que ocupa la presidencia de la CIP. ¿Qué significa haber desempeñado este rol en diferentes contextos políticos?
He tenido la oportunidad de presidir la Cámara en etapas completamente distintas: bajo el gobierno de Correa, en el período de Moreno y ahora con el presidente Noboa. Revisar la historia es importante para entender la actualidad. Durante el gobierno de Correa se destruyó el gremialismo, fue un periodo en el que dejó de existir la obligatoriedad de estar afiliado y tuvimos que reinventarnos para ofrecer condiciones con mayor valor agregado a nuestros socios. Hubo empresarios que estaban cerca de Correa, mientras otros no querían ni oír hablar de él. Esto hacía que mi gestión sea un reto enorme.
¿Cómo manejaron las relaciones gremiales en un contexto tan adverso?
Fue difícil. Recuerdo reuniones en Carondelet con Correa y todo su gabinete. Él tenía un poder de comunicación fantástico, salíamos de esas reuniones creyendo que algo se lograría, pero no siempre se conseguía resultados concretos. Aun así, en algunos sectores sí hubo avances. Por ejemplo, en el ámbito forestal se aprobó un plan de reforestación nacional de 1 millón de hectáreas, de las que solo se ejecutaron 100,000.
Ignacio Bustamante, Presidente de la Junta Directiva Cámara de Industrias y Producción
¿Qué cambió durante el gobierno de Moreno?
El contexto fue completamente distinto. Moreno fue un presidente respetuoso, pero asumió el cargo en un período de crisis. En mi caso, como presidente de la Cámara, me tocó estar cerca de él durante el levantamiento indígena de octubre de 2019 y luego en la pandemia.
El detonante del levantamiento indígena fue la eliminación de subsidios a los combustibles. ¿Cuál fue la posición de la CIP?
La posición de la Cámara siempre ha sido clara: los subsidios deben eliminarse, aunque hacerlo de manera eficiente es el reto político. Richard Martínez, quien fue presidente ejecutivo de la Cámara y luego ministro de Finanzas, me dijo algo que hasta ahora recuerdo: “Ignacio, todo es política, no importa el análisis técnico”. Esa frase resume el gran desafío que representa implementar cambios estructurales en el país.
¿Cuál es la situación con el presidente Noboa?
Estamos enfrentando un desconocimiento preocupante del valor del gremialismo, además de una crisis energética sin precedentes, que decanta en una delicada situación económica. Como he dicho en reuniones con ministros, el sector privado es esencial para salir adelante. No podemos resolver los problemas solos, pero tampoco puede hacerlo el gobierno sin nosotros. Es necesario comprender que el gremialismo, aunque tiene detractores, es clave para representar intereses comunes. Hoy en día estamos luchando para que el gobierno valore más la contribución de la industria privada.
Ignacio Bustamante
¿Cómo ve la evolución del empresariado en Ecuador en las últimas décadas?
Llevo más de 20 años formando parte de la CIP y veo una evolución importante. Hace 20 años los intereses gremiales estaban más ligados a preocupaciones individuales e intereses particulares, ahora el empresariado entiende que su éxito depende del éxito del país, no existe otra manera. Esto se refleja en una visión más colectiva dentro de la Cámara. Preocupa que a lo largo de los últimos 15 años vemos que no hay nuevos jugadores en el sector, al contrario, hay industrias que fueron muy pujantes, como la textil por ejemplo, que ahora se debate en la sobrevivencia. Ha faltado consciencia para incentivar la inversión, las cifras no mienten, basta ver lo que el país ha recibido estos años por este concepto.
¿Cómo afronta el sector industrial la actual crisis económica?
Este año ha sido extremadamente difícil. La CIP agrupa a más de 62 sectores productivos, entre ellos, manufactura e industria, tecnología y servicios profesionales, comercio, transporte, minería, energía, banca, construcción e infraestructura. De las empresas que representamos depende el 30% del PIB no petrolero del país, más de 150.000 empleos directos, 14% del total de los aportes al Iess y el 25% del total de las exportaciones industriales. Este año, el sector industrial enfrenta una caída de alrededor del 10% en promedio, y en la construcción la situación es aún peor, con un decrecimiento del 17%. Además, la inseguridad ha agravado la situación.
¿Y la crisis energética?
Veamos un ejemplo: en Novopan, empresa de la que soy presidente ejecutivo, hemos perdido más de 350 horas de producción por los cortes de energía. Esto no solo afecta nuestras operaciones, sino también nuestra credibilidad ante los clientes internacionales. Ganarse un cliente en el exterior lleva años, y perderlo por problemas como este es un golpe enorme. Los apagones han sido devastadores. El gobierno incluso propuso que las industrias pararan completamente por 15 días. Esto es inviable, y demuestra una falta de comprensión de la importancia de la producción nacional.
¿Qué se puede hacer para mejorar la competitividad del país?
La competitividad no se basa en salarios bajos ni en proteccionismo. Se trata de tener reglas claras, menos trabas y un entorno favorable para la inversión. La debilidad de la seguridad jurídica en Ecuador es alarmante. Cada gobierno cambia las reglas del juego, y esto genera incertidumbre a los potenciales inversionistas.
En este sentido, ¿los contratos de inversión son una herramienta eficiente?
En mi experiencia, los contratos de inversión han sido fundamentales para tomar decisiones. Sin ellos, muchas inversiones no habrían ocurrido, pero para atraer capital extranjero, estos contratos de inversión deben incluir arbitrajes internacionales confiables. También necesitamos acuerdos comerciales inteligentes que permitan competir en condiciones similares.
¿Acuerdos comerciales inteligentes?
En términos generales, los acuerdos comerciales son positivos, pero hay que manejarlos con cuidado para no afectar a la industria nacional. El problema surge cuando competimos con países que no respetan estándares ambientales o sociales que son prácticas internacionales, como China, por ejemplo. En este caso la competencia no es justa, y esto podría generar serios tropiezos en la globalización.
¿Despega el emprendimiento en Ecuador?
Fomentar el emprendimiento es esencial, pero las condiciones actuales lo complican. Un joven emprendedor abre su negocio y al día siguiente enfrenta inspecciones, normativas excesivas y altos costos laborales. Esto mata el emprendimiento. Por otro lado, veo necesario pasar del enfoque en pequeños emprendimientos, que se piensan pequeños para siempre, hacia un futuro de crecimiento con la creación de industrias para generar empleo, formalidad y crecimiento económico.
Ignacio Bustamante y Caridad Vela
A su criterio, ¿es acertado que las cámaras tengan un rol político activo?
Hemos aprendido que parte del trabajo gremial tiene un componente político. No hablo de partidismo, sino de asumir un rol político para influir en decisiones estratégicas. Esto es algo que debemos potenciar, porque tenemos que ser actores políticos para ser escuchados. Hace pocas semanas tuvimos una reunión con un asesor político que presentó varias estadísticas. Entre ellas, resultados de una encuesta que preguntó a la sociedad quién puede sacar a Ecuador de la crisis actual. El 50% de la población consultada opinó que son los empresarios. Y es verdad, debemos asumir nuestra responsabilidad con aportes reales. Ya lo hemos hecho pero poco se conoce de ellos.
¿Por ejemplo?
Hace algunos años nos reunimos varios empresarios privados y definimos ejes de acción en los que teníamos que participar no solo con ideas, también con nuestro tiempo y recursos económicos, para bien del país. Allí nació el programa de Lucha contra la Desnutrición Infantil liderado por Luis Baker, que hoy es plan de gobierno. Otro eje fue educación, y se creó el programa Unidos por la Educación, liderado por Isabel Noboa, que ha tenido un éxito rotundo. Este tipo de acciones son las que el sector privado puede ejecutar para apoyar a cualquier gobierno en su camino hacia un mejor mañana.
Con todo lo que hemos comentado, ¿cómo ve el 2024 y el 2025 para la economía ecuatoriana?
El cierre de 2024 será complicado. Si logramos evitar más apagones podría haber un crecimiento mínimo, de lo contrario veremos cifras negativas. Para 2025 la situación podría ser algo mejor, pero seguimos enfrentando problemas estructurales que limitan nuestro potencial.
¿Qué mensaje deja a los empresarios y al país?
Necesitamos dejar de escribir sobre los problemas que tenemos y pasar a la acción. Los ecuatorianos hemos demostrado que podemos superar las crisis. Si se nos permite trabajar e invertir en condiciones justas, podemos sacar adelante al país. Aunque la frase suene muy trillada, las crisis son oportunidades disfrazadas, y la que estamos atravesando actualmente debemos aprovecharla para transformar nuestra matriz productiva y energética.