Quito, la capital de Ecuador, es una ciudad que maravilla a todos sus visitantes con una singular mezcla de historia, cultura y naturaleza. Situada a 2.850 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera de los Andes, ofrece un paisaje espectacular y una rica herencia colonial que la convierte en un destino turístico imperdible.
La ciudad ofrece una riqueza de experiencias para todo tipo de viajero. Desde su patrimonio histórico y cultural hasta sus paisajes naturales impresionantes, pasando por una vibrante escena gastronómica y una variedad de actividades al aire libre, Quito se presenta como un destino turístico completo y fascinante. Esta ciudad deja una impresión duradera en todos sus visitantes, porque explorar Quito es embarcarse en una aventura a través de los siglos, donde cada rincón cuenta una historia y cada vista inspira asombro.
Iglesias
El centro histórico de Quito, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, es uno de los mejor conservados y más grandes de América Latina. Caminar por sus estrechas calles empedradas es como viajar en el tiempo, con impresionantes iglesias, plazas y edificios coloniales que cuentan la historia de la ciudad.
En el corazón de Quito, la capital de Ecuador, se despliega un tesoro arquitectónico y espiritual: el centro histórico de la ciudad, conocido por su impresionante conjunto de iglesias coloniales. Este recorrido por las iglesias más emblemáticas del centro histórico revela no solo su magnificencia arquitectónica, sino también su profundo significado cultural y religioso.
Santo Domingo de Guzmán
La primera parada en este viaje espiritual es la Iglesia de la Compañía de Jesús, a menudo considerada la joya barroca de América Latina. Construida por los jesuitas entre 1605 y 1765, esta iglesia destaca por su fachada de piedra volcánica y su interior recubierto de pan de oro. Cada rincón de la iglesia es un testimonio del arte y la devoción de la época colonial. Las columnas salomónicas, los retablos dorados y los intrincados frescos que adornan sus paredes y techos crean una atmósfera de esplendor y solemnidad que deja a los visitantes sin aliento.
A unos pasos de la Compañía se encuentra la Catedral Metropolitana de Quito, situada en la Plaza de la Independencia. Esta catedral, cuya construcción comenzó en 1562, es un ejemplo impresionante de arquitectura neoclásica y renacentista. En su interior, los fieles y turistas pueden admirar sus altares dorados, obras de arte religioso y el mausoleo donde descansan los restos de importantes figuras históricas de Ecuador, como el mariscal Antonio José de Sucre. La catedral es no solo un lugar de culto, sino también un monumento a la historia y cultura ecuatoriana.
Catedral de Quito – Fotografía: Mauricio Muñoz by Unsplash
La Iglesia de San Francisco, ubicada en la Plaza de San Francisco, es otra parada esencial. Este majestuoso conjunto arquitectónico, iniciado en 1535, es el complejo colonial más grande de Quito. La iglesia y su convento están adornados con una mezcla de estilos barroco y mudéjar, reflejando la influencia española y la habilidad artesanal indígena. El impresionante altar mayor, los claustros y las capillas laterales llenas de arte religioso, hacen de San Francisco un lugar de reflexión y admiración.
Iglesia de San Francisco – Fotografía: kiyoshi by Unsplash
No muy lejos de allí, la Basílica del Voto Nacional ofrece una perspectiva diferente, con su estilo neogótico que contrasta con el barroco predominante en otras iglesias del centro. Iniciada en 1892 y aún inacabada en su totalidad, la basílica es famosa por sus gárgolas inspiradas en la fauna ecuatoriana, como iguanas, tortugas y cóndores. Su imponente estructura y sus torres, a las que se puede subir para obtener una vista panorámica de la ciudad, hacen de esta basílica un punto destacado del recorrido.
La Iglesia de Santo Domingo, con su fachada de estilo barroco y su interior que combina el arte rococó y neoclásico, es otro ejemplo del rico patrimonio religioso de Quito. Fundada en 1581, esta iglesia alberga hermosos altares y retablos dorados, así como una impresionante colección de arte religioso colonial. Su plaza adyacente es un lugar de encuentro y descanso para locales y turistas por igual.
Iglesia de Santo Domingo – Fotografía: kiyoshi by Unsplash
Cada una de estas iglesias no solo es un lugar de culto, sino también un museo viviente que narra la historia de Quito y su gente. Las iglesias del centro histórico de Quito representan la fe, la esperanza y el talento artístico de generaciones pasadas, invitando a todos a explorar y apreciar su belleza y significado. Caminar por estas iglesias es adentrarse en un viaje espiritual y cultural que deja una huella imborrable en el corazón de quienes las visitan.
Capilla de la Virgen de Pompeya
La Plaza de la Independencia, también conocida como Plaza Grande, es el corazón del centro histórico. Está rodeada por importantes edificios como el Palacio de Carondelet, que es la sede del gobierno, la Catedral Metropolitana y el Palacio Arzobispal. Para quienes no han visitado la ciudad, esta plaza es el lugar ideal para empezar una exploración de Quito. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de la arquitectura colonial y observar la vida cotidiana de los quiteños.
Gastronomía y hotelería
Quito es también un destino excelente para los amantes de la gastronomía. Las opciones de cocina quiteña, que combina ingredientes y técnicas tradicionales con influencias modernas, crea una oferta culinaria diversa y deliciosa. Pero la gastronomía en la capital del país dejó de ser solamente local y pasó a reflejar un eclecticismo culinario que acoge técnicas y platos que son producto de la creatividad de los extraordinarios chefs ecuatorianos.
Museo Capilla del Hombre
Hoy, Quito destaca porque refleja una escena de alta cocina en crecimiento. Restaurantes como Clara y La Vieja Europa, los recomendados de esta edición, ofrecen menús innovadores, variados que utilizan ingredientes locales y finos productos importados de manera creativa, proporcionando experiencias gastronómicas que rivalizan con las de cualquier capital del mundo. La carta de vinos ofrece opciones para deleitar hasta a los más exigentes, y sus acogedores ambientes trasladan a los comensales un espacio que acaricia los sentidos.
Museo del Ciudad
En hospedajes hay para escoger. Las cadenas más grandes a nivel mundial han puesto su bandera en esta ciudad, garantizando la calidad de servicios que sus marcas ostentan. Para los viajeros que buscan experiencias distintas, hay maravillosas opciones en rincones escondidos del centro histórico que vale la pena descubrir.
Museo del Ciudad
Naturaleza y Paisajes
Para aquellos que buscan vistas panorámicas impresionantes, el Teleférico de Quito es una experiencia imperdible. Este teleférico lleva a los visitantes desde la ciudad hasta el Pichincha, un volcán inactivo que ofrece vistas espectaculares de Quito y sus alrededores. Desde sus 4.000 metros de altura se puede apreciar la magnitud de la ciudad y las majestuosas montañas andinas que la rodean.
El Parque Metropolitano Guangüiltagua es uno de los espacios verdes más grandes de la capital, ofreciendo una escapada natural dentro de la ciudad. Con senderos para caminar, andar en bicicleta y áreas de picnic, este parque es un lugar popular tanto para los locales como para los turistas. Desde varios puntos del parque se pueden obtener vistas panorámicas de la ciudad y los valles cercanos, así que no olvide llevar su cámara de fotos.
La Mitad del Mundo
Monumento Mitad del Mundo
A pocos kilómetros al norte de Quito se encuentra uno de los sitios turísticos más emblemáticos de Ecuador: la Mitad del Mundo. Aquí, en la línea ecuatorial, los visitantes pueden pararse con un pie en cada hemisferio. El monumento y el museo en este sitio proporcionan información sobre las mediciones geodésicas y la importancia histórica y cultural de la línea ecuatorial. Para los amantes del ciclismo, pedalear desde Quito hasta la Mitad del Mundo es una experiencia fascinante, pues además encontrarán excelentes oportunidades para senderismo y montañismo.