Fotografías © Bicubik
Las calles y avenidas del país se han convertido en un escenario que expone un permanente despliegue de arquitecturas diversas. El trancón de tráfico puede ser entretenido si uno voltea y mira cómo crece una ciudad que está viva.
No solo hay arquitecturas nuevas, hay también sistemas constructivos novedosos y creativas formas estructurales llenando el horizonte. Lo que más llama la atención son los acabados que envuelven estas construcciones, entre los cuales destaca, sin lugar a dudas, el vidrio, por su enorme aporte estético e innumerables atributos.
El Ing. Mario Rodas Ulloa es gerente general de Ingevitro, la empresa responsable del vidrio que envuelve los proyectos más innovadores del momento. Con él, y con su hijo Mario Rodas Mancheno, mantuvimos esta interesante conversación.
Mario Rodas y Mario Rodas Mancheno
Mario padre arrancó su emprendimiento hace 44 años, este ha sido el único trabajo que ha tenido en su vida. Aquí los detalles de un camino no siempre sencillo, que hoy lo posiciona como indiscutible líder en el mercado.
¿Cómo se da la evolución en Ingevitro a través del tiempo?
El camino del emprendimiento no es fácil. En varias ocasiones los números no cuadraron y tuve que pedir ayuda para cerrar el mes, pero la persistencia y el trabajo honesto terminan dando frutos. La gente se entera de la calidad de trabajo que hacemos y poco a poco empiezan a llegar los contratos. Ser proveedor en proyectos de construcción tiene sus vaivenes. Terminas un proyecto y hay que buscar el siguiente, no es un trabajo fijo, y eso era lo que en los primeros años me causaba problemas de flujo.
¿En qué momento logró estabilizarse?
En la década de los 90 con Banco Pichincha que, en su época de oro, construyó alrededor de 150 agencias y sucursales en todo el país, y me contrataron como su proveedor de vidrio para todas ellas. Durante 10 años seguidos este fue mi único trabajo, no quedaba tiempo para otros contratos, pero fue lo que dio estabilidad a la empresa y músculo económico para crecer. Además, las empresas constructoras que trabajaron para Banco Pichincha en esas sucursales conocieron mi trabajo, y empezaron a llamarme para sus otros proyectos.
¿Qué vino después?
Fui padre de dos hijos, Mario y Santiago, que estudiaron Administración de Empresas y Finanzas, y con ello se convirtieron en los profesionales idóneos para completar lo que hacía falta en Ingevitro. Yo soy ingeniero, mi preparación es absolutamente técnica, y ese vacío me costó pérdidas de dinero en la empresa porque no había quien se encargue de las finanzas. Mi esposa, Matilde Mancheno, es la gerente administrativa de la empresa y nuestro socio, el Ing. Daniel Morán, lidera el departamento de importaciones, ahora estamos cubiertos en todos los frentes y la empresa marcha como reloj suizo.
¿En qué momento se encuentra ahora?
El camino recorrido deja muchos aprendizajes, y si a eso sumas la innovación que han traído mis hijos al escenario, ahora somos una empresa muy sólida y con visión de futuro. Antes de esto, cuando ganaba una licitación, tenía que comprar los materiales a mi competencia, es decir a otras empresas que también fabricaban vidrio, y esto limitaba mi rentabilidad porque incrementaba mis costos.
¿Qué decisión tomó?
Cuando mis hijos se involucraron en la empresa, su primera misión fue investigar lo que sucedía en el mundo del vidrio para encontrar un proveedor externo de óptima calidad. Gracias a eso, ahora manejamos tecnología de última generación y brindamos materiales innovadores que se ajustan a los requerimientos en sostenibilidad, protección del medio ambiente y parámetros estéticos internacionales.
Mario hijo, ¿cuál ha sido tu principal aporte a la empresa familiar?
Enfrentar los problemas técnicos que en ocasiones nos generaban pérdida de dinero porque no podíamos ofrecer ciertos materiales que requerían los clientes. Dimos un cambio de rumbo total hacia la sostenibilidad en los materiales que ofrecemos. Este nicho, que en Ecuador no está muy desarrollado, se convirtió en nuestro norte. Vamos de la mano de las nuevas formas de construir, como el uso de metodología BIM, y buscando certificaciones ambientales en nuestros proyectos que cada vez son más demandadas por el mercado, al tiempo que mantenemos absoluta prolijidad en la ejecución de los proyectos.
¿Los vidrios son importados?
Hace seis años encontramos el proveedor ideal. Es una compañía en Estados Unidos que produce vidrio cumpliendo todas las especificaciones técnicas que exigen los proyectos de primera categoría a nivel internacional. Desde 2019, Ingevitro es representante de la marca VIRACON para Ecuador. Se trata de la empresa más grande del mundo en fabricación de vidrio arquitectónico de alto rendimiento. Para que tenga una idea de su dimensión, de los diecisiete edificios más altos del mundo, diez cuentan con vidrios producidos por esta fábrica.
Mario Rodas
¿Por ejemplo?
El vidrio que se puso en el One World Trade Center en New York, que con 541 metros de altura es el más alto y el más verde del hemisferio occidental, es el mismo vidrio instalado en el edificio de Banco Internacional en Quito. El edificio One Bryant Park, también en New York, es el primer rascacielos con certificación LEED Platinum, que es la más alta que existe, y también tiene este vidrio.
¿Cuáles son las virtudes de este tipo de vidrio?
Entre otras propiedades, los vidrios brindan un óptimo control térmico, solar y acústico. En Quito los podemos ver en UDLA PARK II, que fue nuestro primer proyecto con VIRACON aquí; en el edificio Le Parc, en la remodelación del edificio matriz del Banco Internacional, el Hotel Go y el Hotel Splendor ubicado en la Maná. La UDLA requirió un sistema de aireadores mecánicos incorporados en la fachada, que si bien permiten ingreso constante de aire (renovación óptima), también tienen control térmico, protección solar y aislamiento acústico para que la contaminación auditiva del exterior no invada las aulas. Se mitiga el uso de aire acondicionado en los espacios internos y con eso controlan sus gastos en energía eléctrica. Por otro lado, este vidrio ofrece todas las seguridades necesarias de resistencia ya que están certificados para uso en el estado de Florida contra huracanes. (El estado más exigente en cuanto a normas de seguridad en Estados Unidos).
La luminosidad en Ecuador es extrema. ¿Cómo actúa este vidrío ante este fenómeno?
Con las capacitaciones que recibimos en Estados Unidos estamos listos para ofrecer a cada proyecto el tipo de producto adecuado. En temas térmicos, solares y lumínicos, evaluamos la cantidad de luz que se necesita dependiendo del uso que se dará al espacio. Por ejemplo, si es de oficinas, para que la luz no haga reflejo en la computadora y que no haya destellos de luminosidad que afecten el campo visual de la gente. El vidrio que tenían en Banco Internacional tenía un 8% de ingreso de luz natural, es decir que ni bien entrar a las oficinas tenían que prender la luz artificial, que no solo es cara, sino que también afecta al estado de ánimo de la gente y la salud de sus ojos.
¿Es decir que cada vidrio es diseñado bajo requerimientos específicos?
Claro! Por eso es que en el mercado internacional lo conocen como “vidrio boutique”, porque cada pedido es realizado con detalles específicos de ingreso de luz, protección solar, aislamiento térmico, nivel acústico, color, espesor, tamaño al milímetro, y forma. La tecnología que usan es bastante compleja para que el producto final sea fiel al 100% con lo especificado. Es fundamental que el constructor con el que trabajamos sea sumamente prolijo, porque los vidrios se importan con las medidas exactas.
¿Cómo asegurarse de que no habrá errores?
Hacemos ingeniería digital, es decir, construimos digitalmente el proyecto con todos los detalles, incluso la perfilería, a una exactitud milimétrica, y según este modelo tridimensional que lo hacemos bajo parámetros BIM, obtenemos todas las medidas de los vidrios que debemos importar.
Mario Rodas Mancheno
¿Cuál ha sido el mayor desafío?
El proyecto Le Parc, diseño arquitectónico de Christian Wiese, tiene más de 600 tamaños distintos de vidrios y cumplimos con exactitud ante todas las necesidades del arquitecto y de Gabriela Sommerfield, la promotora. Con este sistema incluso ganamos tiempo en la ejecución de la obra, porque hacemos la importación cuando el edificio está empezando a construirse, de tal manera que está listo en bodega para su instalación. Los proveedores locales esperan hasta que la obra gris esté concluida para empezar a medir y fabricar los vidrios, lo cual ocasiona demoras importantes en la obra.
¿Qué parámetros estéticos tiene este vidrio?
La calidad que está plasmada en nuestros proyectos con vidrio de alto rendimiento VIRACON se respalda en más de 100 pruebas de control de calidad en esta materia, por ejemplo, cada pieza de vidrio pasa por un medidor digital llamado Osprey, que analiza el vidrio como lo hace el ojo humano y determina que la planimetría del panel sea perfecta, evitando lo que técnicamente se conoce como distorsión de rodillo, muy común en proyectos con vidrio procesado nacionalmente. Esto garantiza que todas nuestras fachadas sean totalmente planas y que los reflejos del vidrio no distorsionen el espacio colindante. Adicionalmente, todos los paneles son sometidos a un control de color por espectrofotometría como pocas compañías a nivel mundial, esto garantiza que todas las piezas sean exactamente iguales en su tono. Estas dos pruebas garantizan una fachada uniforme y perfecta estéticamente.
¿Al tratarse de un material importado y que viene bajo especificaciones puntuales y medidas exactas, no resulta difícil sustituir un panel en caso de rotura posterior a la entrega del edificio?
Ese fue uno de los mitos que rompimos en el país. Viracon cuenta con una garantía única a nivel mundial de 10 años que cubre todos los procesos del vidrio. Esta garantía incluye responder con agilidad pedidos emergentes posteriores a la entrega, ya sea por garantía o por eventos de roturas. Estos pedidos se transportan por vía aérea y el viaje normalmente dura entre 1 y 2 días, por lo que la reposición es sumamente rápida.