Foto: Integrantes del Directorio 2022-2024
Traer esta historia a cuestas es cargar con orgullo un nombre que se ha grabado en la memoria de la gente con grata recordación. Formar parte de un gremio que ha trascendido durante décadas, gracias a la gestión realizada en favor de un segmento económico de gran impacto en el país, es motivo de satisfacción.
Los años pasados son pilares que sostienen un futuro cambiante, innovador y con perspectivas a largo plazo. Francisco Vergara Ortiz es el actual Presidente del Directorio de la CAPEIPI, Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha. En sus hombros ha caído la responsabilidad de celebrar este importante aniversario, de dar valor a los años vividos y enfocar el futuro con decisión. Si bien mirar hacia adelante es lo que compete, mirando atrás se corrigen errores y se reafirman valores.
Francisco fue electo para ocupar este importante cargo hasta diciembre 2024, fecha en la que podrá ser reelegido por un período adicional de dos años. Dirige la CAPEIPI acompañado de un directorio comprometido con precautelar la salud de esta asociación gremial.
Francisco Vergara Ortiz, Presidente del Directorio
Hagamos algo de historia. ¿Cómo se vivía en Ecuador hace 50 años?
El país vivía una dictadura militar y una gran etapa de crecimiento económico gracias al boom petrolero de la década de los 70. En esos años Ecuador llegó a tener más crecimiento interanual que Estados Unidos. Durante las décadas que precedieron a la era petrolera había artesanos en todos los sectores productivos, y con ese nivel de crecimiento económico, todos dieron el salto a convertirse en pequeños empresarios en distintas industrias. Cambió su identidad, ya no eran artesanos, porque a la par que crecía la demanda de sus productos, también crecían sus necesidades de nuevas destrezas en administración, contabilidad, tecnología, etc.
¿Cómo nace la CAPEIPI?
La creación de la CAPEIPI no se dio espontáneamente, fue la consecuencia natural del crecimiento económico del país, y se dio por un Decreto Supremo de la dictadura, a través del cual se creó la Ley de Fomento de la Pequeña Industria. Gracias al petróleo el país tenía un ingreso nunca visto en dólares, y la artesanía debía dar el salto hacia la industria manufacturera y a la generación de empleo. Esta ley dio la capacidad de reconocer a las asociaciones dentro de la legalidad, bajo el respeto a una normativa específica. No había Congreso ni Asamblea Nacional, lo que sí había era una posición política que buscaba redistribuir riqueza, mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos, sacarlos de la precariedad y darles dignidad.
¿Qué porcentaje de las industrias son PYMES?
El 99% de las empresas en Ecuador y en la mayoría de países son PYMES; de éstas, el 43% se encuentra en Pichincha, es decir, somos el brazo productivo de esta provincia que alberga a la ciudad capital de la República. A pesar de eso, es en esta provincia donde existe el mayor índice de desempleo, debido a la migración desde otras provincias y a los cambios en la administración pública. Por tanto, somos las PYMES el principal empleador, y esa es la vocería que representamos.
¿Cuántos sectores económicos la integran?
Son ocho: el sector metalmecánico, gráfico, alimenticio, maderero, construcción, textil, químico y eventos y servicios. Entre nuestros ocho sectores, el metalmecánico y el alimenticio son los más fuertes, pero hay que establecer mecanismos de crecimiento y actualización para todos, porque eso redundará en mayor generación de empleo digno. Además, ha llegado la hora de tener el noveno sector en nuestra cámara: el PYME exportador. Ese es el reto que estamos empeñados en superar, porque tenemos los productos, el capital humano para lograrlo, y hemos empezado a establecer relaciones con organizaciones de varios países en busca de lograr acuerdos, a pesar de las políticas públicas desarticuladas a nivel de gobierno.
¿Es necesario articular mejor las políticas públicas?
Sin el menor afán de atacar a ninguna institución, requerimos, por ejemplo, que en el Municipio haya estabilidad en el uso de suelo. En noviembre 2022 se publicó el nuevo PUGS, y resulta que gran parte de nuestras empresas están en suelo que ya no corresponde al uso que le dan, y eso ocasiona que a futuro no puedan renovar su licencia de funcionamiento. Nunca fueron consultados, ni notificados, y ahora están en esta situación. Casos similares de decisiones públicas se pueden encontrar en todos los ámbitos.
¿Y a nivel de gobierno nacional?
Tenemos expectativas positivas en relación al apoyo que el nuevo gobierno dará a las PYMES. Reclamamos ciertas garantías como seguridad, tecnología y acceso a líneas de crédito en mejores condiciones; por ejemplo, con tasas del 5% a 15 años plazo, porque es impensable pagar tasas del 15% a 5 años plazo. Recuerda que el modelo de tasas de interés no ha cambiado en décadas y no representa un apoyo real al sector productivo. Estamos dispuestos a entregar toda nuestra capacidad de trabajo honesto, pero necesitamos las herramientas de competitividad para desarrollar el potencial de las PYMES. Todo lo que hacemos tiene un solo norte: el trabajo y la dignidad del país y de los ecuatorianos.
Equipo humano – CAPEIPI
¿Cuáles herramientas de competitividad?
En la coyuntura actual, primero requerimos seguridad. También se deben analizar medidas compensatorias a los componentes salariales. Siempre con respeto a los derechos de los trabajadores, pero en Ecuador las PYMES queremos exportar nuestros productos, y a pesar de ser un país dolarizado, la masa salarial nos resta competitividad frente a los países vecinos. Mientras Colombia paga $163 mensuales al trabajador, en Ecuador pagamos aproximadamente $600 al mes, porque ese es el costo de nuestra mano de obra incluidos todos los beneficios. A esto debo añadir el tema de los cortes de luz, que espero duren poco tiempo, porque las PYMES no tenemos capacidad de invertir en los generadores que necesitaríamos para que nuestra producción no se detenga. Por tanto, producir en Ecuador es más costoso y este es un factor importante en la situación que vive nuestro país actualmente.
¿No tienen esa capacidad de respuesta?
Los empresarios nos vemos obligados a ser muy creativos para mantenernos productivos. Específicamente, las PYMES tenemos capacidad de respuesta limitada, porque los excedentes y reservas se asignan al crecimiento, y sacrifican sus fondos para contingencias, como sucedió durante la pandemia. Hay que decirlo, no estuvimos preparados para esta contingencia porque era impensable suponer que volveríamos atrás en el tiempo. Y en esta situación el país acaba de firmar un tratado de libre comercio con China. ¿Cómo vamos a lograr competir en estas condiciones que merman nuestra competitividad? Solo pedimos coherencia. Las PYMES requieren de financiamiento en condiciones adecuadas a la realidad para ampliar sus plantas, para avanzar en tecnología y estar en condiciones de convertirnos en exportadores.
¿Cuál es su producto estrella?
Tenemos varios productos estrella en cada uno de los sectores que conforman CAPEIPI, pero sin lugar a dudas el más importante, que se deriva de nuestras actividades principales, es el empleo pleno que tenemos la capacidad de crear. La pequeña industria es una gran generadora de plazas de trabajo, y a consecuencia de eso, de dignidad para el ciudadano. En estos negocios trabaja toda la familia, y todos somos gerentes, vendedores, contadores y cargadores al mismo tiempo. El 99% de las empresas en Ecuador son PYMES, y en conjunto generamos el 70% del empleo pleno en el país. Ese es nuestro producto estrella.
En este medio siglo de vida de CAPEIPI, ¿cuál ha sido el mejor año?
Todos los años han tenido sus complejidades por unas u otras circunstancias. Ecuador es todo menos aburrido. En el año 86 tuvimos el padrón más grande, con más de 3.000 afiliados, y la fuerza que llegamos a tener como gremio fue de alto impacto. El país había vuelto a la democracia y se estaban dando cambios importantes a todo nivel. Justamente en esa época, gracias a un convenio con el Municipio de Quito, es cuando nace el Centro de Exposiciones Quito, que es la herramienta que nos hacía falta para exponer, promocionar y vender los productos de nuestros socios.
Francisco Vergara Ortiz, Presidente del Directorio
¿Quién era el alcalde?
El Dr. Álvaro Pérez. El presidente de la CAPEIPI en ese entonces, Carlos Rivadeneira -quien hoy preside el Tribunal de Honor de la Institución-, hizo un acercamiento con el alcalde de Quito, y junto a los integrantes del directorio lograron que nos entreguen estas tierras en comodato por un período de 50 años. Aquí funcionaba el hipódromo, estos terrenos eran un desastre y el cabildo no veía la manera de rescatarlos. La ciudad se estaba expandiendo y Quito no tenía un centro de exposiciones, así que la CAPEIPI asumió con éxito esa responsabilidad.
¿Y el año más complicado?
A nivel de número de afiliados el año más duro fue el de la pandemia. La deserción se dio como resultado de un factor exógeno que no estaba en nuestras manos, y nos dejó una gran lección porque puso en evidencia que las pequeñas y medianas empresas no tienen ahorros para campear malos temporales, porque se mantienen en constante afán de crecimiento. Cada dólar de excedente es invertido en mejoras, porque el pequeño quiere pasar a ser mediano, y el mediano quiere crecer para ser grande. Esto debilitó su capacidad de adaptación al comercio digital y a la incorporación de otras líneas.
¿La eliminación de la obligatoriedad de pertenecer a un gremio también causó deserción?
La verdad es que no, porque los afiliados mantenían el especial cariño que nació en los años 70, cuando la ley nos otorgaba ciertas ventajas en el afán de apoyar nuestro crecimiento, por ejemplo, acceso a créditos baratos, exenciones tributarias, entre otras, y esas motivaciones nos permitieron dinamizar el crecimiento de un sector importante de la economía.
Cumplir 50 años es como llegar a un punto de quiebre. ¿Qué viene por delante?
Seguir anticipándonos al futuro con acciones en el presente, y eso se relaciona con promover la creación de políticas públicas de apoyo a las PYMES. Necesitamos estabilidad política y tributaria, seguridad, y herramientas para enfrentar los desafíos del presente, requerimos una transformación en los modelos de crédito para el sector productivo que nos permitan reaccionar con inmediatez ante cualquier contingencia, porque lo nuestro es un serio compromiso con el desarrollo de los ocho sectores económicos que representamos.