Por Caridad Vela
La vida tiene extrañas maneras de expresarse. En ocasiones las influencias vienen de líneas genéticas o de ejemplos externos, y otras son simplemente casualidades las que van formando nuestros destinos. Fiorella Tabacchi es el cúmulo de todas ellas, y en esa riqueza radica un empuje femenino de inusitadas dimensiones.
Conocerla es todo un enigma. No sonríe con el rostro, sonríe con el alma. Sus movimientos son rápidos y certeros, sus decisiones son firmes. No hay un atisbo de duda en su mensaje, ella no habla con tapujos, ella es lo que es, y esa es su mayor virtud.
Es esposa y madre, también arquitecta e interiorista. No le teme al trabajo duro. Va con igual soltura en tacones altos o botas empolvadas. En su esencia de mujer caben todas esas facetas, se complementan y se fortalecen diariamente, gracias al ejemplo de dos mujeres a las que admira mucho.
Fiorella Tabacchi
Una es su madre. “Es la persona más importante en mi vida, mi ejemplo y mi motivación. Dedicó su vida a cuidarnos y a darnos un hogar maravilloso. Nos guió por el camino correcto, nos enseñó que sin esfuerzo no hay resultados, y nos dio valor para levantarnos después de cada caída.”
El otro ejemplo que lo tiene calado en su esencia es el de su abuela paterna. “Mujer luchadora, pionera en bienes raíces que por su trabajo se convirtió en referente de esa actividad en Guayaquil. Trabajó desde los 18 años, en mis recuerdos la veo siempre trabajando, vengo de esa escuela”. Ahora Fiorella hace lo propio con sus hijos, los educa con su ejemplo de mujer profesional, independiente y emprendedora.
Su afición por crear espacios, modificarlos y potenciarlos a su máximo nivel la tiene desde niña. Observar, sentir, palpar, imaginar y plasmar aquellas ideas en dibujos que luego se convierten en planos y se materializan en espacios llenos de vida, es su sueño hecho realidad.
Si bien ese fue su talento innato, y con eso tenía de sobra, no dudó a la hora de obtener un título académico en arquitectura, otorgado por la UESS, para inmediatamente ejercer su profesión, que, a la par, es su pasión. Arrancó como residente de obra en la construcción de la torre de control del aeropuerto de Guayaquil, para más adelante involucrarse en el mundo del interiorismo.
Su primer paso fue con una diseñadora muy prestigiosa en Guayaquil. Fiorella era una más del equipo de diseño y acumuló valiosa experiencia y conocimientos. Aprendió grandes lecciones: la estética debe ser funcional, todo debe tener al bienestar del ser humano como punto central, y además, ceñirse a un presupuesto.
Se casó. Salió del país. Vivió algunos años en Estados Unidos donde no ejerció su profesión. Volvió a Guayaquil y se dedicó a la construcción trabajando para terceras personas. Hace un año su vida dio un importante giro y nació en ella el espíritu emprendedor. Fundó su empresa, Tabacchi Studio, con Antonella Tabacchi, su sobrina y socia.
La empresa se especializa en arquitectura interior. Decidió que ese era su camino porque tiene una habilidad especial para entender a la gente, leer su mente, interpretar sus anhelos. “Lo más importante en interiorismo es que la casa refleje la personalidad del cliente y se adapte a su estilo de vida”, me dice. No se trata de aplicar las últimas tendencias, “se trata de que el cliente que habitará esa residencia se sienta a gusto en los espacios y se apropie de ellos”.
Fiorella considera que las modas son importantes, pero resalta que es fundamental que el interiorismo se haga sobre una base conceptual de atemporalidad. “No me siento cómoda aplicando tendencias al 100%, lo mío es diseñar espacios que con pocos cambios superan el paso del tiempo y se mantienen siempre actuales”.
En gustos y colores hay de todo, y en ese sentido, Fiorella afirma: “hay estilos que me cuesta un poco más desarrollar, pero no por eso los rechazo. Son desafíos que me sacan de mi zona cómoda y los ejecuto con más ganas hasta lograr la completa satisfacción del cliente”.
La tecnología actual permite a la gente mirar cientos de miles de diseños y alimentar sus sueños con ellos. De hecho, más que expresar sus anhelos en palabras lo hacen con fotos. “Tienen una infinidad de ideas, quieren la puerta de una foto con el piso de otra y los ventanales de otra. Conversar con ellos me lleva a presentar opciones hasta alcanzar el resultado que buscan, porque es la esencia del cliente lo que hará que sus espacios reflejen su personalidad”.
No le gustan las ataduras. Huye de la rigidez. Es la libertad lo que guía su trazo porque permite que su creatividad sea auténtica. “Buscar estilos en revistas es una gran ayuda, buscar una casa de revista puede ser contraproducente en un mundo globalizado, porque no todo funciona en todas partes”, me dice.
Cada vida es distinta, cada ambiente es lo que debe ser. “Los techos altos me gustan porque potencian las vistas, pero también hay que mirarlos desde la óptica de que pueden restar calidez al hogar”. Intuyo que lo suyo es el equilibrio, esa línea fina que da sin quitar, que aporta lo justo para que cada rincón tenga su protagonismo sin restárselo al resto de elementos. Es amante de las tonalidades neutras como paleta base para su interiorismo, pero involucra estratégicamente acentos de color o un statement piece para que haya un punto focal de atención, y ama involucrar plantas en la decoración. “El verde nunca pasará de moda”, me dice.
Cada espacio debe tener su razón de ser, y a la vez integrarse armónicamente a las áreas circundantes respetando sus funcionalidades. El hilo conductor pueden ser los acabados, los colores, las texturas o la iluminación, pero debe haber continuidad en el tránsito de un ambiente a otro, de interior a exterior, de planta baja a planta alta, porque un hogar es la suma de todo aquello. Sean espacios pequeños o sobredimensionados, Fiorella diseña los muebles a la medida y los fabrica con proveedores de profesionalismo probado.
Lo único que podría irrumpir en ese equilibrio son las obras de arte, “porque su valor no está en la cromática sino en lo que representan. Su presencia llama la atención por ser arte, no por combinar con la decoración”, afirma. Juega con esculturas como elementos decorativos, y afortunadamente ha encontrado excelentes artesanos que las elaboran a la perfección.
Planificar la iluminación de las diferentes áreas durante la construcción es de gran importancia, y se hace antes de que la casa esté decorada. Los cuadros necesitan luces especiales, focalizadas; otros sectores requieren luces cálidas, otros indirectas, y todo ello debe estar planificado con antelación. “Nadie quiere picar paredes cuando ya se ha mudado”, comenta.
Las cocinas han cobrado merecida importancia en las residencias. Para diseñarlas hay que considerar varios factores porque los muebles serán hechos a medida. Es decir, los electrodomésticos deben elegirse con anterioridad para saber sus medidas exactas. El espacio para preparar alimentos tendrá un tipo de luz, mientras que los anaqueles vistos se iluminarán de otra manera para que den calidez al ambiente. “El primer paso es complicado, pero una vez que se acuerdan todos los detalles y se incorporan en los planos, todo fluye sin mayor problema”.
Fiorella es muy hábil para manejar sus tiempos. Su familia es lo primero, y lo que queda libre lo reparte entre su firma de interiorismo y su trabajo para Arkitrust, empresa constructora del Arq. José Samaniego, a la que apoya en la ejecución de obras residenciales. “Dedico largas horas a dialogar con los clientes. Es agobiante para ellos estar pendientes de cada detalle de la casa en la que vivirán para siempre. Soy empática con ese estado emocional y me encargo de controlar hasta el más mínimo detalle de la obra”. Su don de gentes, sumado a sus conocimientos y experiencia, son la clave para que su trabajo sea impecable.
Esa experiencia la ha llevado a trabajar con minuciosidad, pensando siempre en que el cliente tenga todo lo que necesita y no haya razón para picar paredes porque algo faltó. Me cuenta casos y anécdotas fascinantes, pero para darles una idea, menciona los lugares de la casa donde debe haber conectores para la aspiradora, llaves de agua para lavar las ventanas, conexiones para sistemas de alarma y más. “La experiencia de vida, una vez que se mudan, debe ser completa. Ese es mi objetivo”.
Fiorella es una de las primeras mujeres involucradas en el ámbito de la construcción en el país. Este campo estuvo tradicionalmente reservado para hombres, y si bien poco a poco eso va cambiando, aún es pronto para decir que existe igualdad de género. Poco le importa este detalle a Fiorella, para ella el trabajo se basa en buenas relaciones humanas, en aprender el uno del otro para que funcione el círculo virtuoso que deriva en obras exitosas. “Cada uno es especialista en algo, aprendo mucho de los maestros porque tienen buenas ideas y son expertos en solucionar problemas”.
La vida evoluciona, las tendencias cambian y lo mismo sucede con las tradiciones del ser humano. “Cuando se construía una casa, la mujer decidía todos los detalles, y era un hombre el que supervisaba la construcción. Ahora son hombres los que toman decisiones de cómo será la casa, y quien supervisa la construcción soy yo, mujer”.