Por Lorena Ballesteros
Cuando era niña suspiraba por mis amigas que tenían varias hermanas mujeres. Veía en ellas un núcleo sólido, unido por la fraternidad de crecer juntas, de intercambiar ideas, de vivir experiencias similares. Pensaba en la fortuna de compartir juguetes, ropa, amigas, accesorios…
Ahora, mientras converso con Lorena y Paola Chiriboga, siento esas mismas cosquillas de deseos pasados. Siento su complicidad, su cercanía y ese apoyo incondicional que solo se forja del amor sincero. Su tribu (de cuatro hermanas mujeres), encabezada por su madre, es una de empresarias y emprendedoras. Según cuentan, desde la adolescencia se involucraron en los temas del negocio familiar: una empresa avícola que mantuvieron por años.
Aseguran que su papá es el mimado. ¡Imaginen lo que ha visto y escuchado ese hombre! Su figura les dio una dirección estratégica de compromiso con el trabajo. Me atrevo a afirmar que en sus sobremesas se siguen topando temas diversos, discusiones que pueden ir desde lo laboral, hasta lo personal y maternal. Las charlas de negocios nunca estuvieron vetadas, al contrario, se fomentaban.
Otra particularidad de este grupo de hermanas es su afición por el fútbol. Las cuatro fueron futbolistas de la selección de su colegio. Ese deporte fomentó en ellas disciplina, dedicación, trabajo en equipo y también competitividad.
La mayor de las hermanas Chiriboga es María Elena, luego siguen Lorena, Paola y María José. Las cuatro han invertido en un nuevo negocio familiar. Quizás uno que transcienda a futuras generaciones como el avícola. Las cuatro son socias capitalistas, y también cuentan con la asesoría de su madre, pero son Lorena y Paola quienes están a cargo del día a día de Muna Munay. Una marca de joyería bañada en oro de 18 kilates, con diseños modernos y versátiles.
Ambas estudiaron Administración. Lorena se especializó en Marketing y Ventas, mientras que Paola lo hizo en temas financieros; la primera se encarga de las estrategias de promoción y distribución, y la segunda maneja las importaciones y mantiene en orden los números del emprendimiento.
Si bien comparten aficiones como el deporte, el campo y los números. Cada una tiene su personalidad delineada. Lorena es más extrovertida. Disfruta de las reuniones sociales, de cantar y tocar la guitarra, de reírse a carcajadas, de vestirse con prendas de moda y utilizar accesorios más “atrevidos”. Paola es más tradicional, casual, menos vanidosa y muy relajada. Disfruta de las actividades al aire libre, de la paz y tranquilidad del silencio.
Quienes las conocen saben de sobra que a estas chicas les invade una energía positiva. Son alegres, seguras de sí mismas. No tienen complejos. Irradian luz por donde van. Es así como, han apostado por crear una marca que entre sus propósitos está el dar luminosidad a las mujeres.
Las tareas de Muna Munay las manejan de manera remota. Lorena vive desde hace siete años en Guayaquil, con su esposo y sus hijos, Matías y Cayetana, de cuatro y dos años respectivamente. Su carrera profesional la inició trabajando para empresas grandes como Nestlé y Marathon. Actualmente, además de su emprendimiento, está vinculada al área de Marketing de Dimune, otro negocio de la familia. Paola vive en Quito. Después de terminar sus estudios en Estados Unidos, viajó a Madrid para obtener su título de cuarto nivel, y dio un paso al frente en la empresa avícola familiar. También es madre, dedica la mitad de su tiempo a Joaquín e Ignacio.
Como madres jóvenes y profesionales, ambas se han mantenido en la convicción de que la independencia económica es fundamental para su género. La libertad de ejercer y crecer en sus negocios es un legado que dejarán como ejemplo para sus hijos. Ambas coinciden en que quieren ser madres presentes, cariñosas, entregadas a la crianza; pero nunca convertirse en aquellas que solo hablan de pañales, virus infantiles o sobre los berrinches de sus pequeños. Quieren seguir alcanzando metas propias, unas que llenen de orgullo a toda la familia.
Cabe señalar que Muna Munay no es el primer emprendimiento que realizan juntas. Antes de ser madres crearon Polola, una marca de estuches impermeables con diseños y frases novedosas. Si bien, lo dejaron en pausa por un tiempo, están dispuestas a retomarlo en el mediano plazo. El chip de emprender está latente y no se conforman con poco.
El lanzamiento oficial de Muna Munay ocurrió en diciembre de 2022 en el Grand Bazaar. La acogida que tuvieron alcanzó y superó sus expectativas. Sus diseños se convirtieron en el regalo ideal para niñas y adultas. La variedad de sus aretes, earcuffs, cadenas, pulseras, anillos y próximamente charms, están dirigidas a un público diverso, tanto en edades como en gustos y preferencias. Su propósito es ser una marca que acompañe a las mujeres en todo momento, que la puedan usar desde deportistas hasta ejecutivas; desde niñas en su bautizo, hasta mujeres en el día de su matrimonio. Su visión de democratizar la bisutería fina es un lema también de empoderamiento de la mujer.
Muna Munay es un emprendimiento familiar. ¿Quiénes están involucradas?
Paola. Mis hermanas María Elena y María José son socias capitalistas. Lore y yo nos dedicamos a sacar adelante el proyecto.
¿Por qué Muna Munay?
Lore. Queríamos que la marca transmitiera lo que somos. En quechua Muna significa amor incondicional. Para nosotras ese amor incondicional es el que sentimos entre hermanas. Agregamos el Munay como un juego de palabras para que tuviera una sonoridad agradable.
¿Es complicado trabajar en familia?
Paola. La verdad es que ya habíamos trabajado juntas antes. Las tres mayores nos involucramos en el negocio familiar durante algún tiempo. Nuestros padres nos han enseñado a trabajar juntas, a ser un equipo que se complementa. Lore y yo nos llevamos súper bien, cada una cumple su rol. La idea es que Muna Munay se convierta en el negocio familiar para la siguiente generación.
¿De dónde traen la mercadería y qué características tiene?
Pao. La importamos desde Barcelona. Las piezas son de latón o de plata con un baño de oro de 18 kilates. Son piezas que, con los cuidados pertinentes, tienen una prolongada vida útil.
Lore. Además, nuestras colecciones tienen nuestro isotipo en todas las piezas, esa es una manera de diferenciar la calidad del material y la prolijidad con la que elegimos cada una de ellas.
¿Qué las llevó a apostar por la bisutería fina?
Lore. Siempre estamos pensando en qué hacer, cómo emprender. Analizamos algunas alternativas. Sin embargo, en enero del año pasado, una persona en Barcelona estaba buscando socios para su negocio. Comenzamos a conversar y trabajamos todo un año en el plan estratégico, y hacia finales de 2022 materializamos Muna Munay.
¿Cuál es el objetivo?
Lore. Tener una variada rotación de mercadería. Queremos que cada dos meses se renueven las colecciones.
Pao. Justamente lo que queremos es tener rotación. En diciembre trajimos un inventario suficientemente grande como para llegar a un público amplio, tanto en edad como en gustos y preferencias.
¿Cómo definirían el estilo de Muna Munay?
Pao. Como versátil. Joyas para el día, para la noche, para mujeres que usan accesorios llamativos, como también para las que gustan de algo más sobrio o sencillo.
Lore. El enfoque es la novedad y poder satisfacer los gustos de todo nuestro segmento, que es muy amplio y variado. Nos compran señoras de hasta 70 años y también niñas que tienen 12 o 13.
¿Con que frecuencia cambiarán las colecciones?
Pao. Tendremos variaciones pero la intención es mantener como imprescindibles a ciertos accesorios que se convierten en best sellers por la preferencia del público. Pero, cada dos meses ofreceremos unas cápsulas con nuevas tendencias y piezas de temporada.
En un momento el mercado de joyas se posicionó como costoso y muy exclusivo. ¿Qué ha cambiado?
Pao. Ahora hay más accesibilidad a tener una pieza muy bonita, de buena calidad, pero con precio accesible. Además, con las que podrás salir a la calle, sin temor a perder una joya de oro costosa. Son accesorios para el día a día y no exclusivos de las ocasiones especiales o formales. También es importante mencionar que tenemos ciertas piezas que se pueden usar de ambos lados: inferior y posterior, con un diseño distinto en cada uno.
¿Qué diferencia hay entre el mercado costeño y el serrano?
Lore. Te diría que la principal diferencia es el nivel de gasto. En las ciudades de la costa las mujeres son más noveleras, no se miden en sus gastos. Además, en esta región hay más concept stores. En la sierra el mercado es más conservador.
Pao. También sucede que los diseños tienen distinta aceptación en cada región. Por eso recurrimos a la versatilidad.
¿Cuál es el próximo paso?
Lore. La distribución a nivel nacional. Muna Munay está actualmente en cuatro tiendas, en Quito, Guayaquil, Ambato y Machala, en concept stores. También hacemos ecomerce a través de la página web. La idea es entrar pronto también en Cuenca y Manta.
Pao. El 19 y 20 de abril estaremos en nuestro primer Pop-Up. Será en en el Centro Comercial La Esquina en Cumbayá.
¿Qué ventaja tiene el haber crecido en una casa llena de mujeres?
Lore. Imagínate una casa con cinco mujeres, cuatro hermanas y mamá. Eso nos dio la pauta para entender que cada una tiene su propia personalidad. Pensamos en que una joya es un accesorio que da luz, sin importar la prenda de vestir que utilices. Resaltas tu facha y le pones la insignia de tu estilo propio.
Dentro de su familia y de la sociedad del emprendimiento hay un rango variado de edades. ¿Eso también aporta a la versatilidad?
Lore. Sin duda. Por ejemplo, nuestra hermana menor nos da perspectivas de lo que usan o les gusta a las generaciones más jóvenes.