Noviembre 2021
La vida nos enseña poco a poco aquello que de verdad importa, lo que vale la pena acumular y lo que sería apropiado desechar. Eso nos sucede a nivel personal y familiar, también a nivel empresarial, y cada vez estoy más convencida de que al país le sucede lo mismo. Estamos a punto de cerrar un año que ha sido mejor que el anterior, pero todavía se siente muy duro en lo material y espiritual, muy frágil en lo emocional.
Este ha sido el año del renacimiento, vamos por buen camino. Con cimientos sólidos y profundos, ladrillo a ladrillo, estamos reconstruyendo el futuro que la pandemia truncó. Caminamos hacia nuestros objetivos con pausas para recargar energía, recoger aprendizajes y tomar vuelo para enfrentar nuevos desafíos.
Nuestro reto ha sido organizar la Feria de Vivienda CLAVE en un entorno que aun se muestra esquivo para todas las actividades económicas, entre ellas la construcción. Junto a ustedes recibiremos a nuevos potenciales compradores, gente que busca un hogar permanente, que está harta de pagar arriendo, que valora más que antes sus espacios familiares y sabe que la vida puede cambiar dramáticamente sin previo aviso.
Los conocemos, sabemos exactamente cómo guiarlos para que vivan la emoción de comprar vivienda. Los conocemos porque llevamos años atendiéndolos, porque los proyectos son diseñados en base al aprendizaje acumulado, porque lo que se construye traslada al entorno urbano la imaginación de la vida perfecta.
Cada vez somos mejores. Construimos hogares, familias, sociedades y ciudades, y en la situación política y económica que el país atraviesa, es imperativo ver la imagen completa y pensar en este gran territorio que nos acoge. Las leyes son necesarias para trazar un camino, pero pesa sobre ellas el código ético, moral y humano que cada uno de nosotros lleva en el corazón. Ecuador está tocando fondo, y es imposible salir adelante sin el concurso de todos.
Si el país fuera usted, seguramente estaría decidido a dejar atrás el conflicto político, las injusticias sociales, la corrupción, la inseguridad y todo aquello que detiene el progreso. Si usted fuera Ecuador, ¿preferiría enfocar sus energías en encontrar puntos medios para multiplicar acuerdos, pagar impuestos para apoyar la salud y educación de quienes más lo necesitan, fomentar la transparencia y velar juntos por nuestra seguridad? Estoy segura que sí. Hagámoslo. Caminemos juntos por ese virtuoso sendero.
Que el año 2022 sea testigo de nuestro renacer como seres humanos, como ecuatorianos, como hermanos.