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Texto y fotos por László Károlyi
Hoy cuando el mundo entero aun trata de entender los procesos del cambio climático y lo que la sustentabilidad significa, me gustaría transmitirles un hecho ocurrido hace casi 30 treinta años, mediante el cual los guerreros Achuar ubicados en el sur oriente ecuatoriano, decidieron proteger totalmente la selva y dar cabida a un proyecto de turismo autosustentable en su territorio.
Kapawi
Recibieron ayuda de importantes personalidades del calibre de Carlos Pérez Perazzo, fundador del Diario el Universo; Daniel Koupermann, pionero del turismo autosustentable; y Bill Twist precursor de la Legislación de los Derechos de la Naturaleza que hoy consta como Ley Constitucional del Ecuador. Con esta importantísima alianza nace el Lodge y reserva bio-faunística Kapawi, protegiendo 700.000 hectáreas de prístino bosque primario Amazónico, en el que constan los cuatro ecosistemas de Selva Amazónica, y en donde seguramente en años venideros se encontrarán miles de especies que aun no constan en los libros de ciencia.
El viaje comienza en Quito en el Boutique Hotel Cultura Manor, ganador de los World Travel Awards como Ecuador’s Leading Boutique Hotel, donde una charla de introducción es impartida por guías expertos, y a través de la cual experimentados viajeros de distintas latitudes del mundo inician un viaje a través de la cultura ancestral de Ecuador. A más de obtener conocimientos importantes y de encontrarse consigo mismos, los visitantes se convierten en embajadores de nuestro país cuando retornan a sus hogares.
De Quito salimos por tierra cruzando la avenida de los volcanes hacia el sureste, hasta la ciudad de Puyo, donde tomamos un vuelo charter que da cabida al grupo de expedicionarios, y nos traslada en un incomparable viaje aéreo sobre la selva, digno de cualquier película de Indiana Jones. Luego de aproximadamente 45 minutos de vuelo aterrizamos en la mitad de la selva, en una explanada adyacente a una de las comunidades Achuar. Organizamos el equipaje y los miembros de la comunidad Achuar nos transportan a pie, hacia el cercano río para embarcar en canoas de madera y realizar un trayecto de aproximadamente una hora.
Momentos antes de llegar al mítico paraje del Lodge Kapawi, el guía Achuar nos pide silencio y nos muestra una discreta silueta entre la selva, que cuando al moverse y para el asombro de todos, nos damos cuenta que es un jaguar adulto que cruza el río a nado, e inmediatamente después en la otra orilla persigue a su presa, un sajino que se encontraba en compañía de otros de su especie haciendo lo que los animales de estos míticos parajes realizan.
Kapawi Lodge cuenta con unas pasarelas de acceso que nos llevan desde el embarcadero a las distintas cabañas, construidas siguiendo las técnicas ancestrales de construcción de la comunidad Achuar. En la parte central del Lodge está ubicado el restaurante, donde se sirven deliciosos platillos preparados con productos de la región; además el bien surtido bar donde se puede disfrutar de su coctel favorito; y la sala general donde se siente un cálido y auspicioso ambiente de convivencia, que nos permite disfrutar de largas conversaciones con personas de todo el mundo. Kapawi Lodge es miembro de Exclusive Hotels and Haciendas of Ecuador www.ehhec.com.
Los días transcurren llenos de actividades que comienzan temprano en la mañana, con caminatas de observación de aves antes del desayuno, navegaciones en kayak por idílicos ríos de la selva, compartidas con delfines rosados, monos y hoatzines; seguidos por largas tertulias de almuerzo, ya sea en la misma selva o en el restaurante del Lodge, y tardes de contemplación en las que el guía Achuar nos hace distinguir cientos de distintos sonidos, entre el sol de la tarde, su ocaso y el comienzo de la noche llena de estrellas. La cena es el momento de pausa en la que a más de contarnos las historias del día, los eficientes y atentos guías nos transmiten las posibilidades de salir a observar caimanes u otros elusivos animales nocturnos de esta parte del mundo.
Entre las actividades se encuentra programada la visita a una comunidad Achuar auténtica, geográficamente aislada en el corazón de la selva, en donde el uso del protocolo acostumbrado por los Achuar nos permite entrar a su casa, y compartir con el jefe del hogar una interesantísima conversación, en la que todos los presentes, viajeros de los cuatro rincones de la tierra, nos damos cuenta lo equivocado de nuestro caminar y por qué los Achuar tomaron la decisión de conservar la selva, contra viento y marea, desde hace casi 30 años.
