VIVIR MÁS DE CIEN AÑOS DISFRUTÁNDOLO
Texto y fotos: László Károlyi
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Se dice que en la actualidad, un individuo promedio recibe más información en un día, que la que un individuo del año 1800 recibía en toda su vida.
Ecuador tiene la privilegiada virtud de zonas geográficas donde sus habitantes gozan de gran salud y longevidad, como es el caso del Valle de Vilcabamba, famoso mundialmente por su calidad y expectativa de vida, con una altitud moderada, clima templado y, sobre todo, con fuentes naturales de agua con propiedades alcalinas que al parecer no solamente previenen muchísimas enfermedades, sino que también, en combinación con los demás factores geográficos y climáticos, alargan la vida de sus habitantes.
En distintos viajes realizados a este mágico valle he podido conversar con algunos de los más añosos de sus habitantes y es sorprendente la actividad física que despliegan. Entre las anécdotas quiero recalcar que mientras conversaba con el más joven anciano que he conocido, caminábamos por un hermoso cafetal, mientras, en una colina cercana, se veía a una persona que con gran vigor la subía cargando un grueso tronco de madera. Al preguntarle a mi interlocutor de quién se trataba, me dijo “es mi padre, tiene 100 años”.
Claro está que el ejemplo a seguir es una actividad física integral, en donde todos los músculos y partes del cuerpo son usados diariamente, sin que haya picos de esfuerzo o picos de sedentarismo, recalcándose el alto consumo de agua y las largas horas de placentero sueño, en un contexto geográfico en el que los ruidos de la noche nos arrullan como las historias de nuestras madres cuando nos tenían en brazos.
Este es el caso del bellísimo hotel Descanso del Toro, que cuenta con 25 suites maravillosamente diseñadas, donde incluso tienen oceánicos jacuzzis, todas con vistas privilegiadas hacia el impresionante paisaje del valle.
El Spa del hotel definitivamente está en una clase aparte, puesto que se encuentra diseñado dentro de uno de los más amplios y bellos jardines de cualquier hotel del país. Dentro de sus instalaciones se incluyen cabinas para masajes desde las cuales se percibe el increíble paisaje, entre trinos de pájaros y aromas de flores.
Pasear a caballo por el campo a las riveras de los ríos en el Valle de Vilcabamba, es sin duda una experiencia única que nos transporta a otra dimensión, aquella en la que el tiempo no transcurre y en la cual finalmente llegamos a Macondo.
Los residentes extranjeros del Valle son de todas las nacionalidades del mundo, e incluyen astronautas, poetas y actores de cine, quienes narran desde avistamientos de ovnis hasta conversaciones con seres de otros planetas.
Definitivamente es incomparable el nivel de descanso y recuperación física que uno percibe luego de estar unos días en este encantador lugar, cuya propuesta gastronómica se nutre de los productos locales provenientes de agricultura completamente orgánica, y es irrigada por vertientes naturales que sólo en Vilcabamba se encuentran. Y si del agua hablamos, debemos recalcar el hecho de que en Descanso del Toro se producen cuatro tipos de cerveza artesanal de altísima calidad.
